Diego Pastor, gerente de textilera Pasteur, supervisa constantemente la calidad y el trabajo y la calidad de las 70 colaboradoras de la empresa. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES

Diego Pastor, gerente de textilera Pasteur, supervisa constantemente la calidad y el trabajo y la calidad de las 70 colaboradoras de la empresa. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES

Con ropa interior se abre paso en el mercado nacional

19 de July de 2015 14:12

Textiles Pasteur el año pasado facturó USD 1 787 500. Almacenes y cadenas de ropa de Guayaquil, Quito, Cuenca, Ambato, entre otras ciudades, distribuyen sus productos.

La ropa interior que fabrica y comercializa la empresa textilera Pasteur se adapta a la moda y las tendencias del mercado. La firma ambateña con su marca Boho tiene presencia en las principales cadenas y almacenes especializados de Guayaquil, Quito, Cuenca, Ambato, Ibarra, Santo Domingo y otras ciudades del país.

Este emprendimiento familiar se inició como una maquiladora de ropa interior para importantes empresas del país. En el 2003, su fundadora, María Teresa Cabezas, vio que la calidad en la confección era una de sus fortalezas y decidió instalar su propio negocio; eso sí, con la meta de superar lo logrado hasta ese momento.

Con una inversión de unos USD 10 000 desarrolló la marca Boho, que “es sinónimo de comodidad, suavidad y elegancia”, en ropa interior y en prendas de vestir como pantalones, camisas, para sus clientes. Eso le permitió el año pasado facturar USD 1 787 500.

El emprendimiento arrancó con siete colaboradores en un taller que improvisó en su vivienda localizada en el barrio La Victoria, en el norte de Ambato. Con la experiencia de haber trabajado como Jefa de Producción de varias fábricas textileras, ayudó para poner en marcha su proyecto. Y no se equivocó, en la actualidad cuenta con 40 empleados. Además, labora con 8 maquiladoras.

Diego Pastor, gerente de textiles Pasteur, asumió este cargo en el 2007. Desde entonces, decidió impulsar a la marca con la idea de que sea sinónimo de confort, comodidad y de seguridad para las personas que la vistan.

La primera línea fue ropa interior para niños y niñas, y posteriormente de adultos y junior. La aceptación en el mercado responde a las materias primas (telas de algodón y licra), que se importan desde Colombia y Perú.

Pastor recuerda que ingresar al mercado no fue nada fácil, especialmente con las grandes cadenas comerciales. El primer mercado fue en los locales del centro de Guayaquil. “La gente fue conociendo nuestro producto y empezaron a pedir más mercadería”.

Posteriormente, buscó contactos con los almacenes y tiendas a escala nacional. Así lograron entrar en cadenas como Súper Éxito.

Una de las dificultades que ha enfrentado este emprendimiento familiar es el acceso a un plan de financiamiento de los proveedores de la materia prima, pues pedían el pago en efectivo. Para cubrir la demanda y los pedidos tuvieron que hipotecar la casa de la familia por
USD 30 000.

Con los recursos se compraron las telas necesarias y comenzaron a producir sus propios modelos y estampados. Asimismo, la oferta de prendas con precios bajos ayudó en el crecimiento de las ventas. A esto se sumó el desarrollo tecnológico de los procesos de producción y la capacitación del personal, con técnicos colombianos y peruanos. En el 2012, la firma tenía expectativas de exportación, pero la capacidad productiva frenó esta posibilidad.

Por eso, Pastor decidió trabajar en el posicionamiento de la marca en el mercado nacional. Así, la empresa incursionó en el marketing digital con el apoyo de especialistas extranjeros. Ellos diseñaron un manual de marca, logotipo y la imagen corporativa.

Carlos Sánchez, propietario de Megasocks, en Quito, es uno de los 80 distribuidores del país y trabaja hace 3 años con Boho. Él manifiesta que el incremento en las ventas de estas prendas ha llegado hasta el 40%. “La calidad y la suavidad desplazó a otras marcas”.

La textilera Pasteur al momento trabaja en una nueva colección que saldrá al mercado en octubre de este año en todo el país.