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Un sacudón mueve al sector aéreo de Brasil

Tras una década de crecimiento explosivo en la que millones de personas viajaron en avión por primera vez, el mercado aéreo brasileño tiene gran potencial pero enfrenta dificultades debido al alza del combustible, la infraestructura deficiente y los nuevos impuestos.

“El 2012 puede ser calificado fácilmente como el peor año de la historia de la aviación civil comercial”, señaló Paulo Kakinoff, presidente de la aerolínea brasileña GOL, la segunda del país. Y eso por una inédita combinación de factores: el aumento significativo del costo de combustible, que subió casi 60% desde el 2009; la caída del real (-10%), el reajuste de las tasas de navegación y la creación de nuevas tarifas. La empresa estatal que administra los aeropuertos, Infraero, subió hasta 150% algunas tarifas que no eran ajustadas desde el 2005.

Con USD 500 millones de pérdidas acumuladas hasta septiembre, GOL quiere reducir costos disminuyendo su oferta y aumentando la ocupación de sus vuelos, una estrategia seguida por otras líneas aéreas. Recientemente, anunció el cierre de su filial de bajo costo Webjet y el despido de 850 trabajadores, aunque la justicia ordenó su recontratación.

La aerolínea TAM, líder del sector, que se fusionó con la chilena LAN para crear la mayor línea aérea de América Latina, LATAM, también busca reducir costos. TAM ya no publica resultados financieros por sí sola, pero los últimos datos, del primer trimestre, señalaban una caída de 21,7% en sus ganancias respecto a igual período del 2011.

“Este año gastamos mucho dinero por culpa de una infraestructura deficiente, el aumento del combustible y las nuevas tarifas”, declaró Gianfranco Beting, jefe de Comunicaciones de Azul, una aerolínea con aviones más pequeños y eficientes que opera rutas nuevas.

Las mayores cinco aerolíneas brasileñas son TAM, con un 41,1% del mercado local; GOL, con un 33,9%; Azul (9,35%), que se fusionó este año con Trip (4,53%) y luego Avianca (5,95%).

La demanda se ha estabilizado en este gigantesco país de casi 200 millones de habitantes donde el avión es indispensable para atravesar la selva amazónica. Pero aún existe un potencial inexplotado. En el 2002 se vendieron en Brasil 33 millones de boletos aéreos y en el 2011, la cifra casi se triplicó con 86 millones.

“En Brasil cada persona hace 0,4 viajes por año. En mercados maduros hay hasta 2,7 viajes anuales. Tenemos un potencial enorme de crecimiento”, dice Adalberto Febeliano, de la Asociación Brasileña de Empresas Aéreas.

Pero a raíz de los altos costos y el estancamiento de la demanda, las empresas han optado por recortar la oferta. “Para el 2013 vemos una probable estabilidad de la demanda y una retracción de la oferta para mantener la rentabilidad”, señaló Febeliano.

Esta entidad reclama al Gobierno una rebaja de impuestos o del precio del combustible. “La fórmula para fijar el precio del combustible de aviación en Brasil sigue siendo como hace 20 ó 30 años atrás, cuando se dependía de las importaciones. Hoy eso no se justifica”, explicó Gilson Garófalo, experto en aviación.

El gobierno de Dilma Rousseff ha comenzado a otorgar en concesión a privados algunos aeropuertos, pero el avance es lento. El año pasado se licitaron dos en Sao Paulo y uno en Brasilia, y para 2013 se espera la entrega en concesión de los aeropuertos de Río y Belo Horizonte.

La Presidenta de Brasil también anunció la construcción de 800 aeropuertos regionales en todo el país, al menos uno para cada ciudad de más de 100 000 habitantes.