Esta modalidad es oportuna en una época en la cual se analizan jornadas parciales de trabajo. En Ecuador ya se aplica esta iniciativa en firmas como Kimberly-Clark.

Esta modalidad es oportuna en una época en la cual se analizan jornadas parciales de trabajo. En Ecuador ya se aplica esta iniciativa en firmas como Kimberly-Clark.

Redacción Guayaquil (I)
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Teletrabajo es una opción con flexibilidad

28 de febrero de 2016 15:50

Una vez al mes, los empleados de la firma multinacional Kimberly-Clark en Ecuador adoptan una modalidad de trabajo, que poco a poco va ganando fuerza entre las empresas del país. Un día, cada cuatro semanas, los trabajadores de las áreas administrativas de esta firma, que tiene 20 años de presencia en el país, laboran desde sus hogares.

Aunque lo hacen de forma parcial, ellos son parte de una modalidad de empleo que, pese a no ser nueva, recién ahora está ganando impulso: el teletrabajo, o ‘homeoffice’ según otras definiciones.

En el Convenio sobre Teletrabajo de la Unión Europea, del 2002, ya se acordó una definición para esta alternativa al trabajo en oficina: “El término teletrabajo, cuya definición ha planteado históricamente diversas dificultades, se consigna en el acuerdo para aludir al trabajo en el que se utilizan las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y que se lleva a cabo de manera regular fuera de las instalaciones del empleador”. Así se define esta modalidad.
En ese sentido, el convenio cobija diversos tipos de empleados, así por ejemplo los trabajadores ‘móviles’, y los que ejecutan su labor desde su domicilio.

Los datos más cercanos sobre teletrabajo en Latinoamérica se desprenden de un estudio del 2013 de la Cepal, que no incluye a Ecuador, pero coloca a México, Chile y Brasil, como ejemplos de una mayor penetración de esta modalidad de empleo en la región.

En las páginas web especializadas en la búsqueda y la oferta de empleo, se puede hallar decenas de propuestas de teletrabajo en Ecuador. Las opciones de posibilidades laborales sin embargo se concentran en las áreas de atención al cliente, servicios de ‘call centers’ y de ‘contact centers’, en tareas de análisis de datos, como también en el desarrollo de estrategias de marketing.

Para Andrés Erráez, consultor laboral, las ventajas del teletrabajo son muchas, tanto para el empleador como para el empleado. “Obviamente, para las empresas una de las mayores ventajas es el ahorro de recursos, tanto en infraestructura como en gestión de personal: menos gastos de luz, servicios de alimentación, si esta es subvencionada por la empresa, entre otras posibilidades”.

Erráez precisa que no todas las empresas pueden implementar en el 100% de sus empleados la modalidad del teletrabajo. “Todo depende del perfil de su negocio. Una fábrica solo podría hacerlo con las áreas administrativas, y estas a su vez podrían adoptarse modalidades mixtas, que impliquen trabajar unos días en la oficina, y otros desde el hogar”.

El teletrabajo es una opción que las empresas consideran dentro de los esquemas de flexibilidad laboral. Para el empleado, la modalidad trae beneficios. Uno de ellos es dedicarle mayor tiempo de calidad a su familia.

En el país hay propuestas para impulsar el teletrabajo, y que no necesariamente provienen desde las propias empresas. En enero pasado, la Agencia de Productividad y Desarrollo Económico de Quito (ConQuito) organizó jornadas de capacitación en teletrabajo. La meta de la entidad fue atraer a unas 6 000 personas. La iniciativa se concretó tras un proyecto piloto que llegó a 250 personas en el 2015. Según ConQuito, estas personas capacitadas lograron en su gran mayoría conseguir un empleo bajo esta modalidad.

En Kimberly-Clark Ecuador decidieron ir más allá en la implementación del teletrabajo. Siguiendo una estrategia que ya se aplica en la mayoría de los países en los que opera, en Ecuador decidió que 45 empleados de su oficina administrativa en Quito laboren bajo esta modalidad.

Alejandro Gutiérrez, gerente de Recursos Humanos de la compañía, menciona que desde marzo próximo sus empleados en la capital trabajarán desde sus hogares. Actualmente, el 35% de sus empleados trabaja desde sus hogares, un día al mes.

“La base de toda esta metodología es la confianza, porque medimos a nuestros empleados por resultados, no tanto por horario”, manifiesta Gutiérrez.

Las empresas que optan por esta modalidad de trabajo deben dotar a los empleados de herramientas que les permitan realizar sus tareas desde el hogar. Una de ellas es la instalación de software para interactuar a distancia a través de voz o videoconferencia. En el caso de Kimberly-Clark Ecuador, esta además de haber capacitado a sus empleados en teletrabajo con meses de anticipación, también los dotará de facilidades como auxilios monetarios, mobiliario y herramientas tecnológicas para la conexión desde las portátiles o las computadoras de sus hogares.

Gutiérrez considera que hay otras ventajas para el empleador que opta por el teletrabajo, como para el empleado. “Hay una mayor inclusión del personal con discapacidad, una disminución de costos administrativos, reducción del ausentismo; y para el empleado, la ventaja de la elección del entorno de trabajo”.