El emprendedor Marcelo Torres y su esposa Lilia Gualán tienen un local en el centro de Loja. Sus productos también se venden en el norte de Perú. Foto: Lilia Arias / LÍDERES
Redacción Loja
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El transportista pesado es su fiel cliente

En un espacio rentado, en el centro de Loja, los obreros de Carpas Torres realizan su labor. Esta iniciativa lojana, que lleva 15 años en el mercado local, confecciona carpas en diferentes tipos, tanto para vehículos (livianos, transporte pesado), como para eventos sociales, tapizados, colchonetas, mochilas... Su gerente Marcelo Torres dice que la idea surgió por la necesidad de generar empleo para él y su familia.

Sus productos se comercializan en provincias como Guayas, Pichincha, Galápagos, Sucumbíos, Pastaza, Orellana… y en el norte del Perú. Sus artículos se identifican con un logo circular y en cuyo centro se destaca la imagen de un tigre y la marca Carpas Torres.

Sin embargo, desde agosto pasado esta firma se ha beneficiado del Portal Conexión y Negocios de la Corporación Financiera Nacional (CFN) y eso le ha permitido incrementar sus ingresos.

Actualmente, este negocio tiene una facturación promedio de USD 6 000 mensuales. A esos ingresos se restan los gastos en materia prima y el pago de rentas que permite obtener una ganancia de USD 1 600. A inicios de este año las ventas no superaban los USD 5 000. Las lonas e implementos para fabricar las carpas se adquieren en ciudades como: Guayaquil, Machala, Cuenca y Quito.

Lilia Gualán, esposa de Torres, dice que promocionarse en www.conexionynegocios.com de la CFN les permite tener más trabajo. Esto ha generado que más familiares se sumen al emprendimiento. Por ejemplo, Jorge Gualán, su hermano, retornó hace seis meses de España. Él se sumó al negocio y se encarga de elaborar las estructuras metálicas de las carpas para eventos o viviendas. Con lo que gana financia la educación de sus dos hijos y el gasto del hogar.

El próximo año se prevé que su hermana Olga Gualán, también migrante, se sume a la distribución de lonas para reducir los costos operativos del negocio. "Lo importante es tener trabajo para la familia, y eso nos llena de satisfacción: podernos dar la mano entre todos", reflexiona Lilia Gualán.

Torres recuerda que la fabricación de las carpas, en los primeros años de esta pyme, era totalmente manual. Con dos máquinas semiindustriales -dice- su esposa cosía los acabados; mientras que él se encargaba de los cortes y reforzados de las lonas. Para unirlas utilizaban pegamento común, que tenía que usarse con precaución, por su efecto tóxico.

Sin embargo, continuar con la microempresa demandaba la actualización de los equipos. Es así que en el 2009 adquirieron una máquina termoselladora, de origen colombiano y ensamblada en Ecuador, por un monto de USD 25 000.

Esa compra fue financiada con recursos propios y un crédito con el Banco de Loja por USD 15 000. Este equipo les permite unir los cortes de la lona y evitar tener contacto directo con el pegamento. A esta inversión se suma la adquisición de dos máquinas de coser, que reemplazarán a las existentes, explica el emprendedor.

Para Rosalino Molina, uno de sus clientes, el trabajo de Carpas Torres es garantizado y a gusto del cliente. Este transportista de carga pesada tiene tres camiones y a cada uno le confecciona una carpa nueva cada tres años.

Mensualmente, este emprendimiento lojano elabora unas 40 carpas que van desde los USD 300 a los 2 000, se informa el sitio web de la CFN.