La firma surcoreana Kia es una de las pioneras en el mercado de vehículos eléctricos. La empresa comercializa en el Ecuador el modelo Soul; el año pasado vendió 82 unidades. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

La firma surcoreana Kia es una de las pioneras en el mercado de vehículos eléctricos. La empresa comercializa en el Ecuador el modelo Soul; el año pasado vendió 82 unidades. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Los vehículos eléctricos ruedan por el país y desean acelerar

16 de enero de 2018 08:07

La historia de los vehículos eléctricos en Ecuador es reciente y por eso el número de unidades circulando por las calles y carreteras del país aún es mínima.

Las primeras unidades, cinco para ser específicos, llegaron en 2014 y en el 2015, las autoridades de gobierno anunciaron un plan de introducción de estos vehículos. El programa tuvo el respaldo de la empresa privada.

El programa planteado por el anterior Gobierno hablaba de beneficios arancelarios, así como de la instalación de electrolineras para cargar la batería de los vehículos. La expectativa fue grande.
Hoy en día se registran ciertos avances en el tema. Las cifras oficiales del sector automotor hablan de alrededor de 240 vehículos eléctricos comercializados desde el 2015 hasta el año pasado.

Además, estos medios de transporte tienen beneficios tributarios: los modelos que cuestan hasta USD 40 000 no pagan aranceles y aquellos cuyo valor no supera los 35 000 están exonerados del pago de impuesto al valor agregado y del impuesto a consumos especiales.

Según la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade), en el 2016 se vendieron 90 vehículos eléctricos y el año pasado la cifra subió a 136. Para Genaro Baldeón, presidente ejecutivo de este gremio, la introducción de esta clase de vehículos es un proceso gradual, en Ecuador y a escala global.

“La tecnología aún tiene costos elevados frente a la tecnología de combustión. Además se requieren políticas integrales”. Baldeón añade que en el proceso de los consumidores juegan un rol clave porque tendrán que familiarizarse con una nueva tecnología y por los hábitos que desarrollará cargar la batería de esta clase de vehículos y para conducir.

La batería de estos vehículos se puede cargar en electrolineras (instaladas en concesionarias o sitios públicos como centros comerciales) o en la casa, de una manera algo parecida a la que se carga un teléfono celular, es decir con un cable. En el mercado nacional los vehículos que usan esta tecnología pueden rodar, en promedio, cerca de 160 kilómetros con una sola carga.

El auto indica el nivel de la batería y esto permite que el conductor sepa la distancia que puede recorrer. La carga toma entre dos y ocho horas, según la fuente de energía.Para el vocero de la Aeade un buen indicador sobre vehículos más amigables con el ambiente es lo que ocurrió con los modelos híbridos que se ofertan en el mercado desde hace cerca de 10 años. Desde el 2007 hasta el año pasado se vendieron cerca de 13 400 vehículos híbridos. “Eso permitirá la llegada de más eléctricos”.

En Kia son optimistas frente al futuro de este segmento. Ricardo Rosales, director general de Kia en Ecuador, compara la llegada de los autos eléctricos con la aparición de los teléfonos celulares. “Al inicio de la telefonía móvil el consumidor era desconfiado, los equipos eran grandes, los costos eran alto”. Algo similar pasó con los vehículos eléctricos, pero cada vez existe más confianza entre los consumidores, asegura Rosales.

El ejecutivo añade que en el país existe un perfil de cliente que busca vehículos que no generen emisiones de CO2 y que sean fáciles de conducir. “Nos ajustamos a ese cliente”. Kia vendió 82 vehículos eléctricos en 2017 y este año espera llegar a 200 unidades.

¿Qué hace falta para que la demanda crezca? Baldeón dice que hay que estimular la demanda y ofrecer más beneficios a los compradores. Rosales añade que se necesita mayor promoción de parte de las empresas del sector.

Bicicletas y motos también se posicionan

El uso de bicicletas eléctricas en Ecuador es una práctica relativamente nueva. Este tipo de vehículos empezaron a rodar en el país desde abril del 2016.

Quito fue una de las primeras ciudades del país en donde se implementó su uso. El Municipio de la ciudad, por ejemplo, adquirió 300 bicicletas de estas características para los usuarios del sistema de transporte Bici Quito.

La diferencia entre las bicicletas eléctricas y las convencionales es que las primeras tienen un motor incluido. Esto permite que este vehículo tenga una mayor fuerza y que el esfuerzo del usuario sea menor que en una ‘bici’ normal.

Así no se requiere que el usuario de estos vehículos tenga un gran estado físico. Las personas que conducen ‘bicis’ eléctricas pueden subir cuestas o hacer recorridos largos, sin mayor esfuerzo.

Su uso se recomienda también para quienes tienen alguna afección cardíaca, problemas en las articulaciones, personas de la tercera edad u oficinistas que no quieren llegar transpirados al trabajo, refiere Andrés Mesías, director de Electrobike Ecuador.

Considerando que existe este mercado potencial, Mesías decidió en octubre del 2016 traer al país una franquicia mexicana.

Estas unidades vienen preensambladas y en Ecuador un grupo de técnicos capacitado le da los últimos toques para venderlos al público. El negocio cuenta con siete modelos, cuyo precio base parte desde los USD 800.

Electrobike tiene dos tiendas en Quito y en Cumbayá. Desde su apertura han vendido unas 800 bicicletas; 720 son eléctricas.

Los usuarios que más demandan de estas unidades son ejecutivos jóvenes de entre 25 y 45 años, preocupados por el cuidado del ambiente y, sobre todo, que quieren evitar el tráfico vehicular.

Una bicicleta eléctrica requiere ser cargada durante unas cinco horas en tomacorrientes de 110 voltios. Esto garantiza una autonomía de 45 kilómetros de recorrido. La vida útil promedio de la batería es de tres años.

Para activar el motor se requiere accionar una llave. La conducción puede ser convencional, asistida y mediante un acelerador.

Aparte de las bicicletas, existen empresas que ofertan también motocicletas eléctricas. Jorge Luis Nicolalde, gerente de Mecaniza Motos, comenta que hace un año y medio importaron de China dos modelos que funcionan con electricidad para hacer pruebas de durabilidad, mantenimiento, autonomía.

Ahora, esta firma tiene planificado importar 80 motocicletas eléctricas que tienen una autonomía de 100 kilómetros en la Sierra, y 130 en la Costa. Estas tienen una potencia equivalente a una moto de 150 centímetros cúbicos. La carga es similar a la de las bicis.

Los precios están por definir. Nicolalde considera que no serán más caras que las convencionales y precisa que las motos eléctricas no son para trabajo, sino para estudiantes u oficinistas.

Los autos eléctricos representan menos del 1% de las ventas totales

La tecnología de movilidad eléctrica es aún nueva a escala mundial. Hasta el 2016, la comercialización de vehículos eléctricos a escala global representaba menos del 1% de las ventas totales.

Según la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade), cada año se venden en todo el planeta 93,8 millones de unidades. Esto significa que cada año las ventas de eléctricos no supera el millón de unidades.

En mercados como Estados Unidos y Europa, en donde existe una mayor penetración de esta tecnología, la venta de eléctricos es mayor que la que se registra en América Latina, pero es de todas formas inferior al volumen total de ventas de vehículos de combustión. “En ese sentido, la realidad que vive nuestro país en este ámbito no es totalmente ajena a la de otros países de la región o del mundo”, dice la Aeade.

El gremio destaca que los gobiernos de países europeos y estadounidense son conscientes de que lograr un cambio en los hábitos de consumo de los ciudadanos, especialmente de uno tan significativo como pasar de tecnología de combustión a tecnología 100% eléctrica para movilización, requiere de fuertes estímulos.

Parte de estos incentivos son monetarios: por ejemplo, en EE.UU., quienes optan por un vehículo eléctrico reciben hasta USD 7 500 como subsidio.

El gremio añade que en los ejemplos de los países citados, se ha comprobado que la adopción de la tecnología de movilidad eléctrica es un proceso gradual y requiere que las autoridades gubernamentales planteen políticas integrales que incluya incentivos a todo nivel: económicos, al uso, en la tarifa eléctrica par recarga y también en la infraestructura, con electrolineras, por ejemplo.