Enma Salangui es una clienta habitual de la Canasta Comunitaria. Fotos: Raúl Díaz para LÍDERES
Cristina Márquez. Redacción Sierra Centro / LÍDERES
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La canasta se llena con emprendedoras

En Riobamba, 30 mujeres entre indígenas y mestizas que migraron de los campos a la ciudad, se asociaron para integrar la Fundación Guamán Poma. Ellas reúnen los productos orgánicos que cosechan en sus huertas y los expenden cada sábado en canastos que contienen entre 16 y 18 vegetales, frutas, hortalizas. Este producto se denomina La Canasta Comunitaria y su precio es de USD 10.

Cada sábado, el centro donde funciona la Coordinadora Política de la Mujer, ubicado en el centro de la urbe, se convierte en un espacio donde las risas y el trabajo se conjugan. Desde las 09:00, las agricultoras se reúnen para armar las cestas con los vegetales limpios y listos para consumirse, que se cosechan durante la semana en Punín, San Martín, Columbe, Licto, San Luis y otras comunidades.

"Todos nuestros productos son muy limpios y saludables, porque evitamos el uso de químicos para combatir las plagas. Además, como valor agregado, entregamos los vegetales lavados, desgranados y seleccionados, tal como podrían encontrarlos en un supermercado, pero a menos precio", cuenta Ana María Guacho, una de las fundadoras del grupo.

Las cestas contienen acelgas, papas, tomates, cebollas, zanahorias, lechugas y otras hortalizas de temporada. Pero por un valor adicional de USD 2 se pueden adquirir huevos de campo, habas tostadas y harinas de cereales tostados como trigo, cebada, quinua, entre otros.

La organización se inició en el 2010. En ese año, Guacho logró un acuerdo con el Ministerio de Inclusión Económica y Social para distribuir los productos a los centros infantiles del buen vivir en Chimborazo y reunió a otras mujeres.

Sin embargo, su labor por motivar a las familias a asociarse se inició en 1990. En esa época, los indígenas de Chimborazo sembraban en tierras propias después de la disolución de las haciendas, pero el intermediario pagaba precios demasiado bajos por sus productos. "Monseñor Leonidas Proaño nos enseñó a unirnos para luchar por lo justo. Por eso, encontramos en la asociatividad un mecanismo para conseguir beneficios y precios justos", dice Guacho, de 68 años.

En un inicio, los productos se entregaban a instituciones y empresas comercializadoras, pero este año las mujeres se propusieron convertirse en emprendedoras autónomas y fundaron el programa La Canasta Comunitaria en abril.

La primera semana solo se elaboraron tres canastas y fue difícil venderlas en el mercado abierto; otra dificultad fue acordar los precios de los productos para que fueran competitivos. Pero después de varias reuniones de asesoramiento que les dictaron los técnicos del Ministerio de Agricultura, desarrollaron un mecanismo de organización. "Las socias no comprendían que los precios no podían manejarse volubles, como en el mercado, sino que debían ser estables. Cuando logramos comprender este principio de la economía solidaria nuestra microempresa se consolidó", cuenta Azucena Aucancela, presidenta de la organización.

Blanca Rodríguez, oriunda de Puela se integró hace seis meses. "En la Fundación no solo encontré una oportunidad para obtener ingresos, sino también el apoyo de mis compañeras. Muchas somos madres solteras o viudas".

La oferta

La venta.  La Canasta Comunitaria se expende los sábados en la Coordinadora Política de la Mujer, ubicada en las calles Olmedo y 5 de junio, de 09:00 a 15:00. Para adquirirla se puede comunica al teléfono 098 806 9841.

El grupo.  Las socias recibieron capacitaciones sobre el manejo de alimentos. Para el 2015, la meta es desarrollar una granja integral.


Clínica que 'atiende' a negocios

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Perú es uno de los países en la región que tiene altos índices de emprendimientos; sin embargo, es uno en donde los emprendedores tienen el menor acceso a la información técnica, lo que hace que muchas de las iniciativas empresariales mueran.

Considerando esta realidad, desde hace dos años, la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide) ha desarrollado la Clínica de Negocios, una iniciativa que juega con la idea de una atención médica.

Los emprendedores asisten a la clínica, indican sus preocupaciones y se les asigna un especialista (vestido como médico), quien le hace un diagnóstico de la situación y le entrega una receta a seguir.

Luis Terrones, gerente de Desarrollo de Cofide, indica que la clínica tiene tres ediciones al año y se realiza en las instalaciones de Cofide; no obstante, se implementa en la Feria del Emprendedor, que se realizó en octubre, en Lima.

La Clínica de Negocios atiende en su mayoría temas relacionados con marketing, costos, tributación, contabilidad y comercio exterior, aspectos que son los más consultados por los 'pacientes'.

Los especialistas (doctores) son voluntarios con mucha experiencia y que forman parte de la red de voluntariado que tiene la entidad financiera. Terrones explica que desde que se inició el proyecto se han dado más de 2 130 atenciones. En la última edición se dieron 452 atenciones a emprendedores.

El ejecutivo indica que se espera hacer de este proyecto una actividad itinerante de manera que la clínica también pueda atender en provincias, considerando el alto nivel de satisfacción que ha tenido la experiencia, según lo revelan las encuestas que se realizan en cada edición. Según Luis Terrones, gerente de Desarrollo de Cofide, la idea de la Feria del Emprendedor es ayudar al microempresarios en temas de financiamiento y de gestión.