Fabricio Toscano combina su amor por los automotores con actividades al aire libre. Su empresa fue reconocida como mejor distribuidora de Hyundai en la región el 2015. Fotos:  Julio Estrella / LÍDERES

Fabricio Toscano combina su amor por los automotores con actividades al aire libre. Su empresa fue reconocida como mejor distribuidora de Hyundai en la región el 2015. Fotos: Julio Estrella / LÍDERES

Hyundai reconoció el trabajo de su compañía

30 de enero de 2017 11:53

Una de las paredes de la oficina de Fabricio Toscano es la muestra de su pasión por el sector automotor. Automóviles a escala se muestran junto a modelos de maquinaria pesada, que es la línea de negocio por la que se inclinó Toscano hace 15 años, cuando fundó Fatosla, empresa de la cual es presidente y que fue reconocida como la mejor distribuidora de maquinaria Hyundai en la región en el 2015.

Cuando era niño, su madre le regalaba autos de juguete y siempre le encantaron, por eso, cuando tuvo la oportunidad de trabajar en el sector no lo pensó dos veces. “Era una mezcla de trabajo y ‘hobby’, algo que me apasionaba”, comenta Toscano, al señalar que empezó trabajando en la línea de venta de vehículos de Mitsubishi.

Toscano se desempeña en el sector desde muy joven, impulsado no solo por su pasión por los ‘fierros’ sino también porque tuvo que ser responsable de una familia antes de los 18 años.

Dejó sus estudios universitarios de Administración de Empresas porque el tiempo no le alcanzaba. “Los clientes llegaban 10 minutos antes de que se acabara mi jornada, era imposible llegar a tiempo a clases”, comenta, al explicar que considera que salir de la universidad y mantenerse en el trabajo fue una decisión adecuada.

“Mi trabajo era también una realización personal, por lo que no fue difícil decidir”, dice. Sin embargo, eso no quiere decir que haya dejado de lado su formación, pues buscó capacitarse mediante cursos varios, llegando incluso a obtener un diplomado en el IDE Business School en Administración de Empresas, que le permitió entender el negocio técnicamente para complementar la experiencia que adquiría en el día a día.

Su hermana, Lorena Toscano, lo ve con orgullo, no solo por el crecimiento que ha tenido como persona sino también como empresario. “Él empezó creando una pequeña empresa, que gracias a su amplia visión, su honestidad y transparencia, a su compromiso social y a su arduo trabajo, ha logrado un crecimiento y fortalecimiento que contribuye al sector empresarial del país”.

Para este empresario de 52 años, crear su propia compañía fue una mezcla de factores, pero uno de los más importantes fue que él se formó en el negocio automotor, por su trabajo durante casi 23 años en diversas áreas del Grupo Morisaenz. Esta experiencia le permitió generar una relación constante con algunos representantes demarcas del sector.

Allí conoció a María Belén Cevallos, quien a la fecha es la gerente de su empresa. “He trabajado con Fabricio más de 15 años. Es una persona emprendedora, decidida y muy trabajadora”, afirma Cevallos, al señalar que Toscano es sobre todo un seguidor de sus ideales. “En la empresa empezamos tres personas y ahora hemos crecido hasta llegar a 45”.

Llegar a tener su negocio propio no fue fácil, ya que el entorno económico y político del país ha sido tan variable que siempre genera problemas para el segmento que atiende. Él recuerda que el primer ‘shock’ que tuvo fue cuando se suspendieron las importaciones apenas empezó a trabajar, ya que inició vendiendo autos y camiones,; por eso tuvo que dedicarse solo a los camiones. Otro obstáculo fue que cuando solicitaba créditos, estos venían en dólares, mientras que los ingresos eran en sucres; a esto se sumaban la inestabilidad política del país y los cambios de mandatarios que complicaban y afectaban al mercado.

Toscano asegura que la clave del éxito es el trabajo, algo que admira mucho de la cultura coreana, así como la seriedad de la cultura japonesa que ha podido conocer de cerca. Una enseñanza que le marcó la aprendió en Corea del Sur: allí el jefe no llega después de su subordinado ni se va antes. “Para mí eso significaba que el jefe tenía que trabajar mucho más”, enfatiza el empresario, al señalar que en su compañía se trata de que la gente entienda el concepto de trabajo arduo, pero que a la vez le guste lo que hace y se sienta motivada.

El empresario confirma que este negocio, si bien es apasionante, también le ha significado sacrificar el tiempo con la familia, pero que ha tratado de compensar la cantidad con calidad. Anggelo Toscano, su hijo, trabajó en la empresa durante siete años y asegura que no cabe la menor duda que la consolidación de Fatosla es por la perseverancia y sacrificio de su padre. “En el ámbito profesional, tenerlo como mentor ha sido además de una bendición, un privilegio. Tiene un liderazgo y una visión envidiables”, comenta el hijo de este emprendedor.

Ahora, el presidente de Fatosla aprovecha el tiempo libre para pasar con su familia en una pequeña propiedad que tiene en Cayambe, donde se desestresa del día a día en medio de la naturaleza.