Julissa Villanueva / Redacción Guayaquil
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En 50 años la publicidad se conecta más al cliente

De ‘La negra Blanquita’ a ‘El Acolitador’. Ambos personajes insignes de campañas creadas por la agencia Norlop JWT marcan una evolución del mercado publicitario que en Ecuador tomó fuerza hace unos 50 años, con el ingreso de la televisión.

Para entonces, el pautaje en la pantalla chica resultaba complicado, porque las personas preferían escuchar radio. Este era el medio de mayor demanda. Por eso, los jingles eran primordiales para una campaña publicitaria, solo que en ese momento había que ponerles rostro.

Poco a poco las estrategias comenzaron a crearse en el camino, porque la publicidad en Ecuador era incipiente, destaca Francisco Solá Tanca, presidente ejecutivo de Norlop JWT.

La firma celebra este año medio siglo y fue creada por Presley Norton y Alberto López: de las iniciales de ambos apellidos surge el nombre de la compañía. Tres años después, en 1966, Francisco Solá Medina, quien empezó con ellos en otros cargos, quedó al frente de la compañía. En 1969, él junto a Peter Mussfeldt, compraron la totalidad de las acciones y continuaron el desarrollo de la compañía. Pero este último se mantuvo como socio solo hasta 1980.

Solá Tanca destaca que en los inicios no había una industria formada con un departamento de mercadeo, que hoy es indispensable. La promoción estaba más ligada a ventas y tampoco había carreras universitarias para formar a los expertos en el área. “El punto de partida era cero”, manifiesta este ejecutivo, que dirige la compañía junto a su hermana Cecilia Solá Tanca, desde la gerencia general.

Al inicio, el trabajo fue arduo y pronto dio resultados. En la década de los setenta la televisión logró protagonismo.

Una campaña que confirma ello es la de un detergente. ¡Deja, deja, deja… deja lava mejor! En escena estaba ‘Blanquita’, una mujer afro vestida de blanco, mientras lavaba la ropa. El primer personaje surgió en 1979. La pieza, repetida una y otra vez, logró tal éxito que vinieron nuevas generaciones de ‘Blanquitas’.

Leandro Lavizzari, creativo de origen argentino que trabaja en Guayaquil, cree que aún con el paso del tiempo la música característica es clave en una pieza publicitaria multimedia. “Con ese ‘sonidito’ podemos levantarnos o acostarnos”.

Lavizzari participó hace tres años en la creación de un jingle para una marca de leche para niños, de 1 a 3 años en Argentina. La canción de Sancor BB3 pegó tanto allá, que se puso de moda no solo en niños, sino en adolescentes, recuerda.

Pero en la última década, los mensajes también evolucionaron acorde al desarrollo de la tecnología. No basta con cumplir el objetivo de vender.

En ese contexto, en noviembre del 2011 surgió ‘El Acolitador’, un hombre calvo que aparece en el momento que más se necesita. Forma parte de la campaña de la firma Marcimex y ha tenido resultados favorables, según Francisco Solá hijo. “Acolítame, que yo te acolito”, se lee en la web de la firma que vende artefactos para el hogar. El mensaje motiva llevar a un nuevo comprador y, a cambio, recibe un regalo.

También, en las redes sociales (Twitter y Facebook), difunde información de ayuda social. ‘El Acolitador’ entregando enseres a una escuela que carece de recursos para su operación.

La tecnología marcó un cambio. Mientras los medios tradicionales envían mensajes -prácticamente de una sola vía-, en las redes sociales ya se puede opinar sobre productos o servicios recalca Lavizzari. Es una tendencia mundial. En ello coincide el presidente de Norlop JWT.

Un cliente suyo, por ejemplo, recibió un mensaje en Facebook donde se promocionaba su producto. Los seguidores preguntaron ¿por qué había subido el precio? “Ese era un momento de la verdad, había que responder con rapidez, pero no teníamos listo el guión”. Finalmente se explicó que el producto mejoró su calidad y para ello era necesario modificar el envase, que motivó el incremento.

Una breve historia

La firma.  En 1982, la compañía Norlop se asoció a J. Walter Thompson, una de las agencias más grandes del mundo.

La empresa.  Norlop JWT tiene oficinas en Guayaquil y Quito, forman parte de ella 126 personas a nivel nacional.

La producción.  Norlop JWT ha realizado miles de anuncios. Entre las memorables que constan en sus archivos están: El ‘BancoBanco’ del Banco del Pacífico; ‘El hombre de Buchanans’, para Dispacif; ‘Flantástico, para Flan Royal; ‘Do re mi’, para McDougal; ‘Tarjeta Navideña si señor’, para Mi Comisariato; ‘Difiérelo’, para MasterCard, entre otros.

Los premios.  En 50 años Norlop JWT ha recibido más de mil galardones a nivel nacional e internacional, y ha introducido más de 200 marcas y productos.