La inversión en medidas de protección para ataques informáticos en el ámbito corporativo sigue incrementándose y este año ascenderá a USD 38 millones en Perú y 870 millones en Sudamérica, dice Andrés Galindo, director de Alianzas Estratégicas de Digiware.

Según detalló, las empresas de la región han incrementado su gasto en seguridad, porque han visto elevados los atentados informáticos, en especial los ataques focalizados. Es decir, aquellos que burlan la seguridad valiéndose de errores involuntarios de los trabajadores, proveedores o firmas conexas, que no tienen una cultura adecuada en protección de datos.

"Hoy en día, sobre todo, se busca a las personas para atacar a las empresas porque son el eslabón más débil", dice Galindo. Añade que hay mucha información en las redes sociales, en especial en las profesionales (tipo LinkedIn), donde los criminales aprovechan para investigar. Los impactos de estos ataques son de muy alto nivel de gravedad, como la pérdida de dinero, fraudes, propiedad intelectual, planes de negocio, entre otros.

Las unidades de delincuencia organizada, añadió, tienen al Perú en el tercer lugar en Latinoamérica en términos de vulnerabilidad. El primer lugar es para Colombia y el segundo para Argentina. Sin embargo, hay un tipo de ataque (exploit) en el que Perú ocupa el primer lugar y es justo en aquellos que permiten accesos de forma no autorizada o toma de control de un sistema informático.

De hecho, en los últimos 24 meses, como evidenció un estudio de PwC, una de cada cinco empresas peruanas fue víctima de estos crímenes, los cuales fueron en el 73% de los casos perpetuados por trabajadores con menos de cinco años en la empresa. A raíz de esta problemática ha surgido una toma de conciencia y la madurez en torno al tema ha mejorado.