Una imagen de la producción de Incoreg. Esta firma abastece de hidróxido y óxido de calcio a firmas industriales. Hoy genera 26 empleos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Una imagen de la producción de Incoreg. Esta firma abastece de hidróxido y óxido de calcio a firmas industriales. Hoy genera 26 empleos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Ellos abastecen de cal a empresas de todo el país

19 de junio de 2018 10:01

La renovación tecnológica constante y la expansión programada es la estrategia que Fausto Guevara y su hijo David aplicaron a su empresa Incoreg. Esta firma abastece de hidróxido y óxido de calcio a acerías, ingenios azucareros, mineras de todo el país y más.

Los productos de la firma tienen diferentes usos: blanqueamiento de azúcar, retiro de impurezas del acero y otros metales , etc.

La oferta de Incoreg tiene una alta concentración de calcio natural. La empresa tiene maquinaria que logra pulverizar la materia prima en distintos grosores.

“Estudiamos el mercado y vimos que la demanda de cal estaba insatisfecha en el país. Hay muchos hornos artesanales que proveen al sector de la construcción, pero pocas empresas producen el tipo de cal que requieren las industrias”, dice Fausto Guevara, presidente y fundador de Incoreg.

La materia prima que se procesa en la compañía se extrae en las minas de Chongón, en Guayas. Un estudio que la Incoreg realizó determinó que en ese sitio la concentración de calcio era muy alta.

El estudio se realizó en el 2008, y la compañía decidió adquirir allí su insumo. Esta elección mejoró la calidad de los productos y la firma se convirtió en una importante proveedora de cal del país. La planta está ubicada en Riobamba y desde allí se hacen envíos a las tres regiones del territorio.

“Nuestra ubicación es estratégica. Estamos en el centro del Ecuador y eso hace toda la diferencia porque el costo del transporte y logística es menor”, explica David Guevara, gerente de la empresa.

Incoreg produce unas 50 toneladas de óxido de calcio, que es el producto que más demanda la industria metalúrgica. El 100% de la producción se comercializa y aún hay demanda insatisfecha, por lo que a corto plazo la empresa incrementará su producción a 80 toneladas: 40 de óxido y 40 de hidróxido de calcio.

Con ese crecimiento de la producción, los directivos también aspiran a un incremento del 30% en las ventas, que el año pasado fueron de USD 1,13 millones.

Para cumplir con esa meta hicieron una inversión de más de USD 261 000, el año pasado, en la construcción de tres nuevos hornos y en la adquisición de maquinaria para tecnificar la producción.

Las nuevas maquinarias reducirán el tiempo y optimizarán los recursos; empezarán a funcionar en tres meses. Así la empresa espera también ampliar su planta.

La difusión de sus productos por redes sociales y otras técnicas de mercadeo están entre las estrategias para mantener la clientela de la empresa. Estos procesos funcionaron en el 2016, cuando hubo una crisis en el sector metalúrgico y varias acerías cerraron.

Incoreg se abrió oficialmente en 1990, cuando Guevara adquirió un predio en el Parque Industrial de Riobamba para convertirlo en planta procesadora de cal. Él invirtió 600 000 sucres en la preparación del terreno y la construcción de sus primeros tres hornos.
“Los ladrillos alemanes que conservan el calor son el secreto para obtener un producto de alta calidad, que se diferencie de los artesanales”, dice Fausto.

Antes de la construcción de la planta, el producto se manufacturaba de forma artesanal. Guevara se inició en esa industria en 1979, cuando se le presentó una oportunidad para comercializar cal.

Él se graduó como ingeniero civil, pero decidió convertirse en empresario cuando descubrió un mercado, que en esa época era prácticamente no explorado.

La primera inversión que hizo fue de 300 000 sucres, que obtuvo de sus ahorros y de un crédito. El dinero se invirtió en la compra de un terreno donde la cal se procesaba artesanalmente. “Tuve la visión de convertir un pequeño negocio artesanal en una gran industria”, explica Guevara.

Durante los primeros años de operación el desafío más fuerte fue conseguir materias primas y obtener capacitación especializada en el procesamiento de cal.

Ahora la empresa tiene 10 hornos industriales y una instalación de 1 000 metros cuadrados. Incluso, posee un laboratorio para asegurar la calidad de su producto y compararlo con el de otros países.

A mediano plazo la empresa se expandirá y se diversificará su oferta. Una fábrica de pinturas, construcciones y otros servicios están en el plan.