Azucarera Valdez cuenta con la Certificación Ecuatoriana Ambiental Punto Verde. Foto: Mario Faustos / LÍDERES

Azucarera Valdez cuenta con la Certificación Ecuatoriana Ambiental Punto Verde. Foto: Mario Faustos / LÍDERES

Firmas seguras para invertir

22 de noviembre de 2019 15:26

La decisión de invertir en un negocio evoluciona junto a la aplicación de tendencias basadas en la sostenibilidad. La eficiencia en lo ambiental, social y gobernabilidad corporativa vuelve atractiva a una empresa y da un ‘plus’ porque el ambiente la muestra como segura.

En el Global Sustainable Investment Review 2018 (GSIA, por sus siglas en inglés) se detalla que la inversión sostenible ha crecido en los dos últimos años.

Países como Canadá, Australia y Nueva Zelanda concentran el 50% de activos; le siguen Estados Unido con 26% y Japón con 18%. Lo que deja a América Latina y el Caribe en un plano secundario de inversiones.

Sin embargo, Roberto Salas, fundador de Sustainable Management Initiative, detalla que a escala regional y local se va por buen camino. Cada vez son más las empresas que incluyen dentro de su gestión la trilogía de la sostenibilidad. Soluciones ambientales, sociales y de gobiernos corporativos ya no son una moda, sino que obedecen a una exigencia mundial, señala Salas.

Los inversores buscan ‘targets’ con mayor impacto y menor riesgo. Esto quiere decir, que cuenten con estructuras de capital sanas, estrategias con ventajas competitivas, sistemas de gestión de riesgos estructurados, transparencia en la información y gestión responsable de los ‘stakeholders’.

Salas indica que actualmente existen nuevos instrumentos financieros como: Fondos de inversión Social Responsable, bonos verdes y bonos de carbono, que captan dinero a largo plazo pero el impacto y el aporte en sostenibilidad es mayor.

Jorge Rodríguez, profesor de la Escuela de Negocios de la Espol (Espae), explica que para este tipo de inversores se vuelve más atractiva la sostenibilidad, porque aseguran un retorno de su capital a largo plazo.

Esto quiere decir que aunque el proceso demora un poco y la sustentabilidad exige sacrificios de corto plazo, los resultados se medirán a futuro.

El docente universitario añade que en la actualidad es raro ver a una empresa que cotice en la Bolsa o que sea sujeto de inversión que no cuente con este tipo de prácticas que están alineadas con la Agenda Global que está dada por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

¿Un ejemplo? La compañía azucarera Valdez cuenta con la Certificación Ecuatoriana Ambiental Punto Verde como empresa Eco-Eficiente. La Unidad de Negocios Agroindustrial ha invertido USD 29,6 millones en mejoras al medioambiente.

El sector productivo ya aplica planes

Redacción Guayaquil (I)
redaccion@revistalideres.ec

Las inversiones que realizan los sectores productivos para apegarse a la tendencia mundial de sostenibilidad son notables, dice José Javier Guarderas, gerente general de Soluciones Ambientales Totales (Sambito).

Esto implica cumplir con estándares de sostenibilidad y protección al medioambiente, ofreciendo productos más confiables y naturales para los consumidores.

Uno de los puntos que más rescata es la iniciativa de reducir la huella de carbono. En el país hay 70 firmas financieras, turísticas y comerciales, así como industrias petroleras y agrícolas han sido certificadas por su manejo eficiente de emisiones de gases.

La agroindustria ha ido implementando este tipo de mecanismos para tener un valor agregado. Así mismo, las empresas que exportan productos frescos adoptan técnicas de sostenibilidad y trazabilidad.

Para empresas como la compañía azucarera Valdez, el tema es prioridad. Paula Chacón, directora de Sostenibilidad, cuenta que uno de los aportes que hacen al ambiente es que las calderas de la industria operan por debajo del límite de emisión de CO2 particulado al aire.

En 1992, Valdez operaba con ocho calderas de baja presión con un consumo aproximado de 1,2 millones de galones de fuel oil por zafra.

Actualmente, la industria opera con dos calderas propulsadas por bagazo de caña, con una reducción de aproximadamente 60 000 toneladas del gas que eran anteriormente emitidas a la atmósfera.

Del lado exportador, los sectores bananero, camaronero y atunero optaron por prácticas sostenibles. En marzo se presentó en Boston, EE.UU., el primer lote de 1 000 toneladas de camarón calificado Sustainable Shrimp Partnership (SSP).

Este camarón fue certificado por la Aquaculture Stewardship Council (ASC), como un crustáceo cultivado sin el uso de antibióticos, que mantiene completa trazabilidad y es producido sin generar impacto negativo al medioambiente.

Con el banano, se ha destacado la importancia de promover la sostenibilidad en el sector con el cumplimiento de normas y certificaciones además de prácticas sociales para alcanzar una mayor competitividad y apertura de mercados.

Las empresas atuneras también trabajan en planes para modelos más trazables en sus productos.

En el ámbito educativo existen instituciones que se quieren sumar a los modelos sostenibles.

La Universidad Ecotec, por ejemplo, busca convertirse en el primer centro educativo verde, al ser considerado ‘carbono neutro’. Este centro de estudios firmó finales de octubre pasado un convenio para trabajar en el levantamiento de un plan con alternativas para un entorno más equilibrado.