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Unas Agendas elaboradas con trapos e imaginación

Lo que comenzó como un pasatiempo en épocas de colegio, se convirtió en su negocio. Daniela y María Cristina Guevara realizaban agendas con retazos de tela cuando tenían 13 y 15 años de edad. Sus padres, que son pintores, fomentaron esta actividad para que se distraigan en sus vacaciones.

A las adolescentes les gustó tanto esta actividad que comenzaron a hacer agendas para llevar al colegio. Sus compañeras les preguntaban dónde habían comprado, que querían unas iguales.

Desde ese entonces, se plantearon la idea de manufacturar sus creaciones no solo para ellas, sino también para comercializarlas. Pero no fue hasta diciembre del año pasado que el emprendimiento se concretó y salió a la luz.

La principal motivación fue que María Cristina, que es periodista, dejó su trabajo, y mientras se incorporaba a una nueva empresa decidió iniciar el negocio junto a su hermana, para obtener ingresos adicionales.

Para ello, acudieron al centro de Quito, para comprar los materiales, como telas, hilos, pegamento, entre otros. Con la ayuda de sus padres escogieron los diseños, como anclas, mostachos, lentes vintage, bicicletas, entre otros.

La inversión inicial fue de USD 60 y manufacturaron al rededor de 50 agendas. No se les ocurría un nombre, pero en una 'ocurrencia', su padre dijo: "¿Por qué no le ponen Los Trapos de María?". A la familia le gustó y las emprendedoras se decidieron por este nombre.

Comenzaron a difundir sus productos por una 'fan page' de Facebook, y al poco tiempo ya receptaron los pedidos.

Además, empezaron a comercializar las agendas en tiendas de calzado y bazares de amigos. Solo en diciembre pasado, vendieron unas 50 agendas y facturaron cerca de USD 400.

Desde este año, cada mes han tenido un promedio de ventas de unas 25 unidades, en promedio. También elaboran diseños de pedidos personalizados, que pueden incluir nombres de personas.

Consideran a su target como adolescentes y jóvenes de estrato socioeconómico medio; cada diseño tiene una historia que la cuentan en la red social.

Andrea Reinoso es una fotógrafa de 25 años y adquirió una agenda este mes. Ella pidió que su diseño contenga una cámara fotográfica. Reinoso se enteró de Los Trapos de María por Facebook y señala que "lo que más le gustó fue que cada una de las agendas son diferentes".

Para Salomé Galeas, ingeniera química, el valor de las agendas es que "poseen diseños únicos, que son hechas a mano con un estilo vintage". Ella adquirió el producto en enero de este año.

La elaboración El taller.  Manufacturan las agendas es en su casa, en el barrio El Dorado (centro-norte de Quito).

El tiempo.  Luego de definir cada diseño, manufacturan las agendas. Elaboran dos unidades por hora.

USD 10 es el valor de cada agenda elaborada en este negocio