La agromilenial Viviana Arango recoge café en su finca Las Marías, en el municipio de Andes, Antioquia. Foto: EFE

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Agencia EFE
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Los agromilenials triunfan en el campo colombiano

5 de julio de 2019 11:06

Los frondosos cafetales de la finca Las Marías, anclada entre las montañas del departamento de Antioquia, fueron para Viviana María Arango, de 29 años, el mejor argumento para permanecer en el campo y desestimar los atractivos que ofrece la ciudad.

La emprendedora lidera su agroempresa familiar en el municipio de Andes, donde descubrió que con visión e ideas innovadoras puede “hacer maravillas” con los 4 000 árboles de café que su abuela Blanca Emilia le enseñó a amar y cultivar.

“Cuando entendí que mis ideas movían a este lugar, supe que podía permanecer aquí y sacarle provecho a lo que hago”, expresó la mujer quien declinó su idea de ser comunicadora social al detectar “futuro en el campo”.

Para ella, el mayor reto ha sido resolver los desacuerdos originados por la brecha intergeneracional, pues la tradición guiaba las actividades agrícolas.

“Mi abuela me dice niña, toda la vida lo hemos hecho así, por qué vamos a cambiar. Transformar mentes es difícil. Al principio no creen y tienen miedo, pero les doy seguridad con mis decisiones”.

Arango hace parte del grupo de agromileniales que capacita la Corporación Interactuar con un programa que atiende a jóvenes entre 18 y 38 años que apostaron por las empresas agropecuarias que poseían sus familias.

La coordinadora de la Metodología de desarrollo rural de interactuar, Adriana Zapata, explicó que la población joven ha generado dinámicas “muy interesantes” en el campo con otras habilidades, en sus computadores, conectados a las redes e interpretando mejor lo que trae ahora el mercado.

“Esa fuerza y capacidad de trabajo rutinaria que tiene el hombre de campo tradicional se suma a esa nueva capacidad que tiene el agromilenial de analizar, documentar e innovar”, dijo Zapata.

Para la experta, esta generación de mente abierta y dispuesta a los cambios es más afín a los temas ambientales, por ello fácilmente ponen en marcha buenas prácticas agrícolas, apuestan por la mitigación y utilizan tecnologías amigables con el medioambiente.

Al programa rural, que desde el 2011 ha llegado a 53 municipios de los departamentos de Antioquia, Córdoba y Tolima, han entrado 2 960 agroempresarios, de los cuales el 36 % pertenece a población joven.

Según Zapata, la mayoría de horticultura orgánica en esas zonas del país la están desarrollando los jóvenes, pero también hay un grupo dedicado al tema de la fruticultura exótica y en la región del Urabá (noroeste) hay cultivadores de plátano y una generación que ha crecido con el cacao.

En ese segmento se destaca Jhon Restrepo, otro joven caficultor de Andes que viene consolidando su producto hasta el punto que el café de su finca El Vergel fue reconocido en 2018 como la mejor taza en un concurso regional por sus notas cítricas y vinosas.

Ese logro lo llevó a buscar mejores variedades en los 33 000 árboles que tiene sembrados y a perfeccionar el empaque de su café con la ayuda de su hermana Yenny Paola, de 25 años, quien también apoya la agroempresa en el manejo de redes sociales, logística, costos y contactos comerciales, además de ser la responsable de la presentación del producto.

“No pensé que mi café iba a tener acogida, pero se expandió. Primero llegó un comprador de Chile y luego de Bélgica. Cada mes estoy sacando 180 libras”, contó Jhon Jaime, de 31 años.
Entre árboles frutales y el paisaje, estos agromileniales llevan las riendas de la empresa que ha ido entrando en la modernidad, pero que no los aleja de labores.