La familia Charpentier elabora panes con ingredientes novedosos como el ají, las aceitunas, los arándanos... Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

La familia Charpentier elabora panes con ingredientes novedosos como el ají, las aceitunas, los arándanos... Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

Ají, pimiento e higo hacen un pan diferente 

19 de julio de 2016 09:38

El aroma del pan mezclado con el pimiento, las pasas o los arándanos inundan el ambiente en el local de Andrei Charpentier, un emprendedor y propietario de la panadería Charpentier. El joven decidió levantar su negocio con la ayuda de su padre Petronio y de su hermano Diego.

Esta panadería no es un simple negocio que se ubicó en el norte de Quito. Su particularidad son los ingredientes que añaden al pan. El sabor picante del ají o el toque exótico de la aceituna se unen con la masa para dar como resultado una mezcla deliciosa, que puede acompañarse con café, chocolate o cualquier otra bebida.

El sueño de Andrei Charpentier se volvió realidad hace un año. Lo primero que hizo fue buscar un local. No fue difícil porque la familia de su padre tiene una vivienda en el sector de El Batán.

El siguiente paso fue conseguir la indumentaria para elaborar pan. El joven tuvo suerte, porque su tío Pablo y su primo Hugo les regalaron una refrigeradora y una amasadora. “Ellos fueron un motor que nos impulsaron a que salgamos adelante”, dice este ingeniero en alimentos.

Desde el inicio, esta panadería tuvo ingresos buenos. Al momento, la facturación es de unos USD 200 al día y la inversión no fue excesiva. Alcanzó a los USD 9 000. “Siempre tuve la idea de descubrir algo nuevo y siempre le hemos visto como un negocio lucrativo pero sacrificado”.

Una de las fortalezas del emprendimiento es que une a toda la familia. Andrei y Diego son los encargados de la elaboración del pan. Petronio atiende y comercializa las delicias panaderas.

La unión de esta familia se refuerza porque uno de sus primos empezó a trabajar con ellos desde la semana pasada. “Se interesó y viene a hacer una especie de pasantías en el local”.

Los ingredientes diferentes y el sabor es la principal razón que atrajo a William Fueres, un cliente. El joven acostumbra a comprar pan en este local porque “le gusta el sabor distinto”.

En Charpentier también tienen otros ingredientes. El pan de albahaca y orégano, el de higo, el de queso y panela son algunos de los más consumidos porque son elaborados con masa integral.

Además, ofrece empanadas o moldes con refrito de queso. O el pan sueco que tienen harina xde centeno orgánica, arándanos y nuez. Charpentier reconoce que algunas de sus recetas son de su tío, pero ellos también le han apostado a algo nuevo como el pan con jalapeños. Aunque es muy picante tiene clientela, comenta.

Los precios de los panes son económicos. Hay desde USD 0,15 hasta moldes de 2. Y los especiales, que son más grandes y dietéticos (no tienen grasa ni azúcar), están a USD 2,50.
Otra diferencia de esta panadería es que todos los días sacan sabores diferentes. Es decir, un lunes elaboran pan con ají y el martes con aceitunas.

La producción de lunes a viernes es estable. Se genera entre 60 y 70 libras de pan. Estos días son movidos por las personas de las oficinas del sector. Mientras que el sábado es bajo, porque hay poca carga vehicular y peatonal.

¿Cómo es emprender en Quito? Andrei responde que la gente es ávida de nuevas cosas, pero de calidad. La idea es apostarle a un producto novedoso, artesanal y orgánico. Busca extender su negocio y abrir más panaderías.