Alejandro Ribadeneira explica cómo se promueve la formación dual en los institutos técnicos superiores públicos del país. FOTO: Cortesía: Senescyt

Alejandro Ribadeneira explica cómo se promueve la formación dual en los institutos técnicos superiores públicos del país. FOTO: Cortesía: Senescyt

Alejandro Ribadeneira: ‘Se vincula al alumno con la empresa’

20 de febrero de 2022 22:22

El titular de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) explica cómo se promueve la formación dual en los institutos técnicos superiores públicos del país.


¿Cómo es la formación dual que promueve la Senescyt?

Es un proceso de formación de las personas, que involucran la teoría y la práctica, tanto en una institución de educación superior como en una empresa o en una institución pública, que son parte de este programa. Para eso, tenemos que estar estrechamente vinculados con el sector productivo, para analizar sus necesidades de talento humano calificado, en qué áreas y en qué territorios.

¿Desde cuándo funciona?
Desde el 2010 cuando se aprobó la nueva la Ley de Educación Superior, los institutos tecnológicos superiores públicos que eran del Ministerio de Educación pasaron al Senescyt. Desde ese momento se miró la posibilidad de impulsar la formación dual. Hay países como Alemania, Suiza o España, que dan importancia a esa formación. Hemos hecho contacto para aprovechar esa experiencia, que tienen procesos avanzados.

¿Cómo opera ese sistema?
Para los institutos tecnológicos hemos promovido contactos con instituciones, como la Corporación Formados y fundación Sparkassenstiftung Alemana. La una se enfoca en el sector productivo en áreas agrícolas y la otra, en lo financiero. Tenemos convenios con Tecniagro, pesquera Santa Ana, agroindustria Herchán, editorial Edinacho, Arca Continental, Inalecsa, Unilever, Aglomerados Cotopaxi, por mencionar algunas; y entidades públicas.

¿Qué trabas hay?
Hay nudos críticos que debemos ir destrabando, que no atrae a las empresas a entrar a este sistema. Por ejemplo, no podían participar en los procesos de selección de los estudiantes, de acuerdo con sus necesidades y perfiles. Hay que dar soluciones, para que este proceso se haga más potente.

¿Esta formación solo es para los institutos públicos o también para las universidades privadas y públicas?
Este proceso está abierto para todos. Yo creo que este proceso debe ser a todo nivel, pero debemos ir abriendo caminos para apuntar a una colaboración más estrecha entre la academia y el sector productivo. La idea es que seamos socios estratégicos.

¿Cuántos estudiantes están vinculados al programa?

En 2021 se lograron 725 convenios, que favorecen a más de 8 000 estudiantes de los institutos públicos. Tenemos que hacer mucho más, porque el futuro del Ecuador está en la formación técnica y tecnológica, para garantizar un sustento digno.

¿Se realizan convocatorias para que las empresas participen o cómo se contactan?
Estamos eliminando todas las trabas normativas, que impiden ese proceso participativo a las empresas. La idea es que no dependa de la Senescyt y estamos trabajando en ese proceso. Por ejemplo, la Corporación Formados va a firmar un convenio de cooperación con la Escuela Politécnica Nacional, para el lanzamiento de una nueva carrera tecnológica: agroforestación. Se trabaja con los industriales de la madera.

¿En qué áreas se aplica la formación dual?
Hay de todo un poco. Por ejemplo, Sparkassenstiftung Alemana firmó un acuerdo con la Universidad de Cuenca y el Instituto Técnicos Superior Azuay, para formar personas especializadas en el área financiera, para que sean asesores en las cooperativas de ahorro. Hay diversos campos. Otras podrían ser la metalmecánica, electricidad, construcción, mecánica automotriz, administración de empresas, transporte o industria del calzado.

¿Los estudiantes que forman parte de este programa se relacionan con las áreas de la innovación, startup y tecnología?
Uno de los elementos fundamentales en los institutos es que no solamente hay que fomentar el afán de tener una profesión para que consiga empleo, sino que sean emprendedores. El emprendimiento viene de las innovaciones. Hay casos como el Instituto Técnico Superior Cotopaxi, que forma técnicos en el área agrícola y muchos de ellos trabajan en sus propias parcelas en producción agrícola. Ese es el objetivo: formar personas que vayan a hacer emprendimiento y dotarles de herramientas para que innoven los procesos, para cultivar mejor, regenerar el suelo y otros espacios. Lo mismo hacemos en otras áreas de la metalmecánica, tecnología, diseño de software o nanotecnología. Eso hay que potenciar en los institutos y también visibilizarlos. Las escuelas y las universidades también tienen la potestad de enseñar sobre el emprendimiento.

¿Cuántos institutos hay?

62 institutos públicos y más de 150 técnicos privados.

En 2021, ¿cómo fue la aprobación de carreras de pregrado y posgrado, relacionadas con el emprendimiento?

Dentro del sistema de educación superior tenemos carreras que tienen que ver con el emprendimiento. La Universidad Espíritu Santo, de Guayaquil, tiene una licenciatura en liderazgo en emprendimiento educativo; hay una carrera de gestión de emprendimiento de proyectos culturales en la Universidad de Otavalo; y en el Instituto Tecnológico Superior de Estudios de Televisión hay una tecnología en actuación, dirección escénica y emprendimiento digital. Tenemos que darles las herramientas para que puedan ser emprendedores, pero también se necesita del acompañamiento de políticas públicas.