Ana María Molina es ejecutiva con trayectoria en multinacionales y firmas ecuatorianas ahora tiene un reto con enfoque solidario.

Ana María Molina es ejecutiva con trayectoria en multinacionales y firmas ecuatorianas ahora tiene un reto con enfoque solidario. Foto: Cortesía

Ana María Molina: ‘Soy una persona con la filosofía de liderar con el ejemplo’

29 de abril de 2020 11:17

Para Ana María Molina la familia es lo primero. Pero, eso no quita que sea una profesional que ha destacado en empresas multinacionales y en firmas ecuatorianas.

Ella considera que cada vez existen mayores oportunidades para las profesionales, así como para las emprendedoras. Su nuevo reto está en Por Todos, un fondo ciudadano que recoge y administra recursos solidarios para contribuir con soluciones efectivas y oportunas para la mitigación de la pandemia del covid-19 en Ecuador. Allí Molina se mueve sin descanso, de manera virtual dentro y fuera del país, para obtener recursos y ayudar al país.

Las mujeres y las empresas

“Entre las mujeres empresarias hoy existe mucho optimismo. Mirando en retrospectiva, en los últimos 20 años al menos hemos avanzado mucho: nos hemos posicionado, hemos visibilizado nuestra gestión, cada vez hay más mujeres que dan un paso al frente y deciden ser el piloto de sus vidas. Allí están profesionales, con buena formación y que han priorizado sus carreras generando un balance con sus familias. Entonces encuentro mujeres dispuestas a tener un rol protagónico.

Hace 20 años las mujeres no siempre daban un siguiente paso luego de estudiar y formar una familia. Mi hija, por ejemplo, es una joven arquitecta de 24 años, que tiene el futuro por delante”.

El ejemplo y los jóvenes


“Soy de la filosofía de liderar con el ejemplo. No puedo pedir a alguien que haga algo si yo no soy capaz de hacerlo. He tenido una dualidad, siendo madre y profesional. Mi mejor carta de presentación es lo que he construido con mi esposo y en mis distintos cargos. Puedo decir que he construido un legado con el ejemplo en el hogar y en el trabajo.

Los jóvenes de hoy se preparan mucho y nos van a tomar la posta el día de mañana. Además importa mucho que tengan un buen corazón y si tienen privilegios deben sacar ventaja en el buen sentido de la palabra”.

Derecho y equidad

“He tenido la oportunidad de trabajar en empresas nacionales y multinacionales donde ha habido mucho respeto al espacio de las mujeres. Pero también admito que mi realidad no es la misma que enfrentan otras en el día a día.

Tenemos la fortuna de que cada vez las personas conocen más sobre sus derechos y obligaciones; hay un marco legal que de cierta manera protege a personas vulnerables y situaciones de acoso.

Soy una convencida de que una empresa que quiere demostrar que es socialmente responsable tiene que empezar haciendo una labor de concientización casa adentro, sobre todo en una labor tan complicada como es el acoso.

Además deben dar oportunidades equitativas porque están preparadas y dispuestas a asumir riesgos. Dar oportunidades implica equidad, no solo un rol. Esas empresas son las que trascienden en el tiempo. Es un proceso pero veo que hay más conciencia entre empresarios y trabajadores. Con reglas claras nadie se pierde.

En mi trayectoria enfrenté casos de acoso, como directora de Recursos Humanos, y las acciones tomadas fueron drásticas. Por eso me gusta cuando los códigos de ética son letra viva. Se investigó y se tomaron acciones y se hizo justicia. Eso mejoró el clima laboral”.

La familia

“La familia es lo más importante. Todo lo que hago es por el bienestar de los míos. Cuando me casé, con mi esposo pusimos claro que el trabajo era importante, pero la familia más. En mi hogar somos 10 hermanos y yo siempre quise tener hijos.

Nunca quise una vida exitosa en lo profesional, pero solitaria en lo personal. Por eso cuando se me presentaron oportunidades para trabajar en el exterior, decidí quedarme con la familia y tener estabilidad. A esto se suman ángeles’ que me acompañaron en este proceso”.

La solidaridad

“El fondo Por Todos, formado por Roque Sevilla ante la crisis del covid-19, se enfoca en llevar ayuda para los más vulnerables en una situación para la que no estuvimos preparados.
La recaudación de fondos es una carrera contra el tiempo. Es un trabajo en el que puedo devolver al país lo que he recibido. Allí están empresarios muy respetables y con muchas ganas de ayudar. Es una tarea desafiante, pero se están abriendo puertas y ventanas.

Estamos gestionando recursos en Ecuador, EE.UU., Canadá Inglaterra, con gente que conoce y quiere el Ecuador. La capacidad de las mujeres de hacer muchas cosas al mismo tiempo ayuda”.