Ángel Toalombo es el Gerente General de la Cooperativa de Ahorro y Crédito indígena SAC analiza el impacto de la crisis sanitaria en el trabajo de la economía social y solidaria. Añade que una de las prioridades del sector es conservar el empleo y reactiv

Ángel Toalombo es el Gerente General de la Cooperativa de Ahorro y Crédito indígena SAC analiza el impacto de la crisis sanitaria en el trabajo de la economía social y solidaria. Añade que una de las prioridades del sector es conservar el empleo y reactivar la productividad. Foto: Cortesía

Ángel Toalombo: ‘Hoy es clave la asesoría financiera’

1 de junio de 2020 10:54

¿Cómo miran desde la Cooperativa de ahorro y crédito indígena SAC al actual momento económico del Ecuador en medio de la epidemia del covid-19?

Estamos ante un momento decisivo para el país y para su economía. Vemos muchas dificultades a la hora de ir hacia la nueva normalidad, en especial en el tema de la movilidad y ante las decisiones de los gobiernos seccionales de aún no hallar un equilibrio entre la prevención y el impulso a la economía. También vemos oportunidades para aprender y usar nuevas tecnologías y allí podemos hacer una diferencia fuerte porque las cooperativas de ahorro y crédito siempre se han caracterizado por su cercanía con las personas. Somos empáticos y cercanos con las personas.

¿Cómo se ha afectado esa cercanía que usted menciona, ahora que vivimos una crisis sanitaria y ante el llamado distanciamiento social?

Nos afecta de muchas maneras. Pero hemos desarrollado protocolos de seguridad bastante fuertes, uso de trajes de bioseguridad, mascarillas, y otros elementos. A pesar de su uso hemos perdido cercanía con la gente. La movilidad también es un desafío, la gente no tiene para pagar, los anuncios económicos hechos por el gobierno, el tema del empleo también nos afecta. ¿Qué tenemos que hacer? Entender el momento, ser empático con la gente y tener claro que un bien precioso de la gente en estos momentos es conservar el empleo.

¿Qué dicen los socios de la cooperativa, la gente que llega a sus oficinas? ¿Qué sensaciones o sentimientos tienen las personas?

Estamos con una estrategia para saber actuar en estos momentos. Tenemos un programa social y hemos entregado 4 500 kits alimenticios a familias pobres, hemos tratado de llamar a todos los socios para preguntarles cómo están en su salid, hemos levantado bases de datos para levantar una base de datos e identificar posibles focos de infección. Nos hemos separado un poco del trabajo financiero y hemos priorizado el saber cómo están las personas. Además vemos que los depósitos siguen, las inversiones de los socios continúan. La liquidez se mantiene en esta temporada y nos agrada el trabajo que hacemos en favor de los socios y vemos que ellos siguen productivos.

¿Cómo cambiaron los planes de la cooperativa con la llegada del covid-19?

Este año teníamos planeado llegar a ser una cooperativa del segmento 1 (NDLR: donde están las cooperativas más grandes del país). El año anterior fuimos de las cooperativas más dinámicas, crecimos un 43% en cartera, 111% en patrimonio. Con esos indicadores aspirábamos llegar al segmento 1. Pero hoy ese plan se pospone, primero tenemos que salir de la crisis sanitaria. Vemos que con la salida del confinamiento en ciertos puntos del país, vendrá una cierta normalidad y según eso vamos a proyectar la parte financiera. En este momento nos hemos enfocado en mantener el empleo: somos cerca de 170 empleados, más servicios externos con los que seríamos unas 200 personas. Ellos son nuestra prioridad, con los que podemos atender a cerca de 63 000 socios a escala nacional.

Las cooperativas de ahorro y crédito siguen creciendo y mantienen una buena imagen. ¿Cuáles han sido las acciones del sector para desarrollar una imagen fuerte?

Es un tema de cercanía y empatía. Esto nos permite atender sectores que no eran atendidos por los bancos. Nos enfocamos en pequeños empresarios que inician negocios, con empresas familiares. También está el trabajo hecho en parroquias alejadas y sectores económicos frágiles. Por allí esta el trabajo que han hecho las cooperativas de ahorro y crédito en el país.

¿En esta temporada de la epidemia y la cuarentena ha variado el tipo de crédito que ustedes entregan?


Hay afectación en todos los segmentos y ahora tenemos que resetear el trabajo porque gente que antes de la emergencia pedía un crédito ahora es más cauta y frena un negocio o una inversión. Hay que evolucionar muy rápido y en ese camino hemos desarrollado soluciones informáticas ara que la gente pueda pedir crédito, midiendo siempre los riesgos. Tenemos personas y negocios que florecen con negocios vinculados a l covid-19 como las empresas que hacen desinfecciones, que venden mascarillas o gel, restaurantes con delivery, etc. También hay negocios y sectores que van a tardar e recuperarse y allí debemos tener la sensibilidad para saber en qué momento es bueno invertir y asesorar a estos negocios. Una de la tareas en estos momentos para todas las cooperativas es ofrecer asesoría financiera en todo nivel.

¿Cuál es el segmento de crédito con más demanda en el caso de SAC?

El microcrédito para emprendedores es el más fuerte. Allí están pequeños comercios, pequeñas empresas familiares, que han sido históricamente nuestra base social.

¿Para lo que queda del 2020, pensando en el segundo semestre, qué perspectivas mira usted para el sector de las cooperativas de ahorro y crédito?

El segundo semestre se viene complicado y complejo en lo financiero. Estamos apuntando a preparar y formar a las personas para mantener adecuados indicadores financieros. Otro reto es mantener el empleo de las personas, este es el mayor desafío. La economía caerá de manera pronunciada. Si llegan los desembolsos anunciados de organismos multilaterales no tendremos mucho inconveniente con la liquidez, pero nuestro rol fundamental es dinamizar la economía, conservar el empleo, dar facilidades a empleados para que trabajen desde sus casas.

La educación financiera es clave tanto para cooperativas como para bancos. ¿Qué tan educado es el ecuatoriano?

Hemos visto que no hay una cultura de ahorro en Ecuador, que sería de gran ayuda en estos momentos tanto para las familias como para los empleadores. En la cooperativa tenemos una plataforma de educación financiera y es una oportunidad para acercarnos a los clientes y darles un servicio de mucha utilidad. Incluso para sacar un crédito es vital el tema de la educación financiera. Ecuador no estuvo preparado para enfrentar esta situación, pero no por eso nos vamos a quedar sin hacer nada. Hoy es el momento para desarrollar y hacer lo que no se ha hecho aprovechando tecnologías para continuar siendo productivos.