Los productos de Daiva Design son fabricados a mano y toman unos tres días en elaborarse. Los precios van desde USD 22 a 35. Foto: Cortesía Ivana Fadul

Los productos de Daiva Design son fabricados a mano y toman unos tres días en elaborarse. Los precios van desde USD 22 a 35. Foto: Cortesía Ivana Fadul

Arte y diseño se funden en un emprendimiento

13 de diciembre de 2015 14:17

Un jarro blanco de cerámica que pudiera ser usado para beber café, en las manos de Ivana Fadul es en un lienzo que, luego de ser trabajado con meticulosos trazos a pincel, se convertirá en un regalo de aniversario, de cumpleaños o de San Valentín.

Esta machaleña de 26 años confiesa que el arte y el diseño son sus pasatiempos favoritos, pero desde hace dos años, se convirtieron en su trabajo de tiempo completo.

Fadul comenzó su microempresa Daiva Design en diciembre del 2013, con la que elaboraba jarros pintados a mano con diseños personalizados. Sin embargo, al poco tiempo, por las sugerencias de clientes, amplió la oferta a copas, platos, almohadas, bolsos, retratos, entre otros artículos.

Cada dibujo plasmado por Fadul corresponde a una caricatura inspirada en una foto que es enviada por el cliente. Así, en su oferta se encuentran productos en los que ha plasmado familias enteras transformadas en caricaturas, mascotas y personajes de series de televisión y películas.

“Al principio trabajaba como diseñadora gráfica en una universidad, y Daiva era un pasatiempo en mis tiempos libres. Pero fue tanta la acogida que poco a poco el emprendimiento demandaba más tiempo que mi propio trabajo, así que renuncié y ahora dedico el 100% de mi tiempo a Daiva”, comenta esta joven graduada en Diseño Gráfico y Publicidad en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).

Fadul señala que se siente feliz de haber convertido su pasatiempo en un trabajo y quiere que su labor se dé a conocer en más lugares. La inversión inicial, recuerda, fue de USD 200, para comprar materiales como pinturas y jarros.

Actualmente, cada mes percibe ganancias de unos USD 500 y entrega unos 20 pedidos, aunque en fechas como San Valentín, Navidad y Día de la Madre, los pedidos prácticamente se duplican, cuenta Fadul.

Los trabajos le toman unos tres días laborables en promedio y los elabora desde su casa en Machala. Además de esa ciudad, atiende a clientes en Guayaquil, Manta, Esmeraldas y Cuenca, ya que puede realizar los envíos a cualquier ciudad del Ecuador.

Una de sus clientes en Guayaquil es María Inés Moreira, que ha comprado al menos unos 20 productos de Daiva, desde que conoció la marca. “Le he hecho muchos pedidos, porque me encanta su trabajo. Es muy perfeccionista y era la primera vez que veía un producto así con estas características”, cuenta Moreira.

Aunque a futuro espera tener una tienda virtual y luego un local, Fadul cuenta que por ahora la plataforma de difusión de su trabajo está en las redes sociales, sobre todo Instagram.

En su cuenta @daivadesign, muestra su trabajo y recibe pedidos y comentarios. “Todavía no tengo tienda, porque por ahora quiero seguir con este tipo de trabajo personalizado y bajo pedido. Pero más adelante, espero sacar una línea de productos, talvez con frases, con un ‘stock’ determinado para vender en tienda”, señala.

Para sus clientes, el privilegio de obsequiar un presente único y hecho a mano es la esencia de los productos de Daiva, cuyos precios oscilan entre los USD 22 y 35, dependiendo del nivel de dificultad del producto.

Marcela Romero, otra de sus clientas frecuentes, señala que cuando ha obsequiado un producto de Daiva, quien lo recibe queda fascinado por la originalidad del detalle. “Me gusta porque vende cosas con un estilo propio, son hechas por ella a mano, incluso las cajas en las que envía, y es muy prolija en todo lo que hace. Le he comprado unas siete veces y la gente se sorprende bastante cuando ve este regalo, porque es bastante original”, dice Romero.