El negocio de Daniela Jara dispone de productos de maquillaje comprados en Estados Unidos y Europa, está ubicado en el centro de Riobamba, la capital de Chimborazo. Foto: Glenda Giacometti/LÍDERES

El negocio de Daniela Jara dispone de productos de maquillaje comprados en Estados Unidos y Europa, está ubicado en el centro de Riobamba, la capital de Chimborazo. Foto: Glenda Giacometti/LÍDERES

El arte de esta maquillista está de moda en Riobamba

10 de agosto de 2017 21:15

Daniela Jara es una de las maquillistas más jóvenes de Riobamba, solo tiene 21 años y ya cuenta con un amplio estudio de maquillaje y peinados, que se diseñan de forma personalizada para cada clienta y de acuerdo a cada ocasión. El servicio se inicia con una conversación. Esto es indispensable en el proceso creativo, pues ella se toma su tiempo, entre 30 y 40 minutos, para analizar cuidadosamente a las mujeres.

No solo estudia los rasgos faciales y el tipo de piel, que es lo usual en el maquillaje, sino que también hace un estudio de colorimetría y personalidad para decidir los mejores tonos y técnicas que recomendará a su clientela. “El maquillaje no es transformismo. Aquí buscamos destacar los rasgos de cada mujer”, explica Jara.

Su técnica se caracteriza por la combinación precisa de tonos y acabados naturales, para que su maquillaje no luzca sobrecargado o pastoso. La idea es que, al salir de la estética, la mujer siga luciendo como ella misma. La selección de colores es el paso clave.

“Ella es una conocedora, una artista. Sabe exactamente qué tipo de producto es más conveniente para las necesidades de mi piel, por eso no la cambio por nadie”, dice Gabriela Haro, una de las clientas más asiduas.

La mayor cantidad de clientas pide una combinación de tonos sobrios y elegantes con un acabado natural, pero de alta definición. Daniela explica que eso solo puede lograrse con la selección correcta de productos, por eso sus vitrinas están llenas de bases de maquillaje, polvos, sombras, brochas y una infinidad de cosméticos de diversas marcas.

Al menos un 30% de su capital inicial (USD 20 000), se invirtió en la adquisición de maquillajes de Alemania y Estados Unidos, que marcan la diferencia en los acabados. Otra parte del dinero se invirtió en mobiliario y la decoración de su local ubicado en el cuarto piso de un edificio situado en el centro de Riobamba.

El local se inauguró en abril del 2014, aunque la idea del emprendimiento surgió unos meses antes. Daniela optó en aplazar su sueño de estudiar leyes para capacitarse como maquillista cuando contrajo matrimonio. Ella buscaba un trabajo que le permitiera cuidar de su familia y a la vez desarrollarse profesionalmente. En un inicio instaló su estudio de maquillaje en su casa, y sus primeras clientas fueron sus amigas y familiares. Su talento para lograr vistosas combinaciones de color se popularizó rápidamente, por lo que decidió iniciar su negocio. Sus padres y la familia de su esposo le ayudaron a reunir el dinero y a adecuar el salón, tal como lo imaginaba en sus sueños. “Hicimos un breve estudio de mercado y vimos necesidades insatisfechas. Las redes sociales estaban poniendo de moda nuevas tendencias y las chicas buscaban esa modernidad y valor agregado”, recuerda Jara.

El primer servicio adicional fue una escuela de maquillaje para que sus clientas no solo obtuvieran un maquillaje para una ocasión especial, sino que puedan aprender los mejores trucos para sacarle provecho a sus rasgos físicos. Otro servicio es la colocación de pestañas postizas con una técnica extranjera, que consiste en incrustar cabello por cabello.

Pero el servicio estrella es el maquillaje social, artístico o de fotografía. Un maquillaje sencillo cuesta USD 20, pero hay paquetes especiales para quinceañeras o novias que pueden costar hasta USD 250. Los paquetes más costosos son los de las novias. Incluyen maquillaje y peinado de prueba para las dos ceremonias, civil y eclesiástica, además se incluye maquillaje para la madre de la novia y para su dama de honor.