El otavaleño Jaime Morales es el diseñador y fabricante de los artículos de la tienda Walkas Bisutería.

El otavaleño Jaime Morales es el diseñador y fabricante de los artículos de la tienda Walkas Bisutería. Foto: José Luis Rosales / EL COMERCIO

Artesanías con un toque contemporáneo

2 de abril de 2019 10:30

Tras residir 25 años en el exterior, el otavaleño Jaime Morales Jimbo retornó a su ciudad para impulsar su propio negocio: Walkas Bisutería.

Hace un año y medio está al frente de esta firma que elabora productos con un toque étnico y personalizado. Siempre fue su sueño tener una tienda completa, con artesanías y joyería.

El gusto por los textiles lo heredó de sus padres: Enrique Morales y Zoila Jimbo. Ellos se dedican a la confección de ponchos de lana para los diferentes pueblos y nacionalidades indígenas del país.

Jaime le apostó por innovar usando su creatividad. Asegura que lo que más le agrada es hacer cosas originales.

En su permanencia en Italia, Suiza y España tomó algunos cursos sobre sublimación, bisutería y confección en cuero. Le gusta aprender, ver programas en Internet relacionados a lo que hace.

Una de las líneas que más destaca en Walkas Bisutería son los trabajos personalizados. Con la técnica del sublimado puede plasmar la imagen que un cliente desee en prendas de vestir, llaveros, platos, tazas, cojines, estuches de celulares y edredones.

En la joyería de acero, en cambio, graba imágenes de fotografías, nombres, dibujos y símbolos que adornan anillos, pulseras, colgantes, entre otros.

Desde hace varios años empezó a coleccionar fotografías antiguas de Otavalo, que han sido publicadas en redes sociales. Hay imágenes en blanco y negro de la Plaza de los Ponchos, la cascada de Peguche, el lago San Pablo, un músico kichwa tocando una bocina, un rondador, entre otros.

Esas gráficas las ha replicado en camisetas, buzos, carteras, bolsos. Gustan muchos a los clientes, especialmente extranjeros.

Una de las cosas que Morales destaca es el servicio de sublimación en gran formato, que permite optimizar tiempo y material.

El emprendedor señala que la inversión que ha hecho para adquirir la maquinaria para su taller alcanza los USD 60 000.

Cuenta que uno de los países en el que pasó más tiempo fue en España. Incluso, asegura, tiene maquinaria y herramienta guardada con la que realizaba el mismo oficio en ese territorio.

Una de las nuevas líneas de trabajo en las que incursionó este creativo es la de fabricación de calzado con telas artesanales, adornadas con íconos kichwas. Hay para damas y caballeros; trabaja en tallas de la 35 a la 43.

Los zapatos también son confeccionados a la medida y al gusto de cliente. Jaime Morales asegura que puede confeccionar zapatos para una persona y entregarlos en una hora, por que dispone de una amplia variedad de piezas para ensamblarlas.

Por ahora, los pares llevan la marca Walkas. Sin embargo, analiza la posibilidad de desarrollar un nombre con identidad.

A clientes como Jaime Cedeño, que llegó desde Quito, le gustaron las zapatillas. Comenta que son ideales para vestir a los integrantes de un grupo de danza del colectivo 60 y Piquito.
Otra de las especialidades de este establecimiento artesanal es la bisutería. Si bien los anillos, aretes, cadenas, colgantes y otros son importados, Morales asegura que el cliente le pone el toque final. Es decir, letras, figuras, fotos.

En las vitrinas resaltan colgantes traídos de destinos lejanos como India y Tailandia y de naciones regionales como Colombia y Brasil. De este último país provienen materiales de bisutería en macramé, que es un tejido trenzado manualmente con hilos.

También se encuentran en el sitio las tradicionales walcas ecuatorianas, que son los collares que lucen las mujeres indígenas de la región interandina.

Estos artículos son confeccionados con un toque contemporáneo. Las doradas y gruesas esferas, por ejemplo, han sido reemplazadas por delgados y finos mullos de vidrio. “No es tan fácil haber vivido en otros países y retornar a Otavalo a abrirse mercado”, explica Morales. Sin embargo, la creatividad le permite mantenerse a flote en esta población de Imbabura.