Uno de los efectos que se pretende, que los bancos concedan más créditos, tomará tiempo. Foto: Valda Kalnina/ EFE

Uno de los efectos que se pretende, que los bancos concedan más créditos, tomará tiempo. Foto: Valda Kalnina/ EFE

El Banco Central Europeo altera a los mercados financieros

13 de marzo de 2015 12:37

Un euro cercano a la paridad con el dólar, el rendimiento de la deuda casi a cero, las bolsas europeas, pletóricas. El plan de reactivación lanzado el pasado 9 de marzo por el Banco Central Europeo (BCE) ha alterado a los mercados financieros.

Las plazas financieras esperaban desde hace meses las inyecciones masivas de dinero del Banco Central Europeo en el marco de su programa de compra de activos sin precedentes: 60 000 millones de euros mensuales hasta septiembre de 2016, en total, 1,14 billones para el sistema financiero.

El día que entró en vigor, el 9 de marzo, el BCE reiteraba su deseo de permanecer "neutro". Pero menos de una semana después, los efectos, pese a que ya se habían anticipado, no se han hecho esperar. Y la tendencia que ha llegado de la mano de este programa de expansión cuantitativa "QE" europeo parece duradera.

"El BCE realmente ha cambiado la situación de los mercados", dice Christopher Dembik, economista en el Banco Saxo. "Hay una nueva normalidad con las tasas de los créditos vecinas a cero y los mercados han entrado en una fase de exuberancia irracional relacionada con la política monetaria acomodaticia" del BCE, tras la de la Reserva Federal estadounidense, explica.

"Las lecciones de los primeros días hacen pensar que habrá una ampliación neta de los movimientos ya engendrados por la perspectiva de este QE", subraya por su parte Patrick Jacq, experto del mercado de la deuda del BNP Paribas. El primer efecto espectacular ha sido la caída del euro, iniciada ya con los primeros rumores de un programa europeo de expansión cuantitativa a principios del verano pasado, y que se ha acelerado en los últimos días hundiendo la moneda única al nivel de marzo de 2003, que la acerca a la paridad con el dólar.

El rendimiento que pagan los grandes países europeos por la deuda, que estaba bajo presión desde hace meses, marca cada día nuevos mínimos. La referencia del mercado de la deuda soberana, el famoso Bund alemán a 10 años, se situó en el 0,186% este 12 de marzo. Y todos las tasas de interés para préstamos por menos de seis años son negativas.

Paralelamente, los índices bursátiles se han disparado y en el caso del Dax alemán ha alcanzado cumbres históricas. En cambio, en el caso de los mercados de fuera de la zona euro, como Wall Street o Tokio, han registrado sesiones difíciles los días que el euro caía seriamente.

La economía real tarda en sentirlo 

En este punto, los expertos identifican pocos factores susceptibles de invertir la tendencia.

Más allá de la subida, surge el problema de la "total desconexión del precio del mercado con los fundamentales de los países y las empresas", alerta Dembik. Aunque el BCE buscaba algunos efectos, como la caída del euro, sigue en pie el interrogante sobre la eficacia para la economía.

"El impacto para la economía seguirá siendo relativamente débil en términos de crecimiento", dice Dembik, y el "proceso para que las empresas empiecen a recuperar partes de mercado que llevarían a la contratación es muy largo, dos o tres años como mínimo".

"Uno de los efectos que se pretende, que los bancos concedan más créditos, tomará tiempo", dice por su parte Jacq. "En cambio, en términos de pura especulación, es el buen momento", dice Dembik.

Una oportunidad que no ha escapado a los inversores del otro lado del Atlántico que en los últimos meses "han invertido 70 000 millones en activos europeos, de ellos 38% por empresas estadounidenses", dice Pascale Seivy, responsable del consejo de inversiones del banco Pictet. "Se aprovechan del euro bajo para salir de compras en Europa".