Redacción Guayaquil
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La bisutería se convirtió en la inspiración para emprender

El gusto de Ana Andrade por la moda y los colores, la llevó a iniciar la producción de bisutería en el 2009. Su madre Johanna Rhor recuerda que en ese año, tras graduarse del colegio, le regaló a su hija algunos collares que le habían pertenecido y estaban sin uso. “Cuando se los entregué, los desarmó e hizo nuevas creaciones con las piezas”, afirma.

De esta manera comenzó la afición de la emprendedora de reutilizar materiales en la creación de diseños para su uso personal. El mismo año entró a estudiar Psicología en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo de Guayaquil (UEES).

Pronto, sus amigas, familiares y compañeras de la universidad, empezaron a hacerle pedidos. Por este motivo, en el 2010 realizó una inversión de USD 50 y compró tagua, cadenas y otros materiales en el Mercado Artesanal de la ciudad.

Sin embargo, no tenía una técnica y elaboraba únicamente collares. “Decidí investigar en Internet y consultar revistas y libros especializados en bisutería, para lograr un mejor acabado”.

En el 2011 y con el conocimiento adquirido diversificó los materiales y también los modelos. La oferta de sus productos se amplió a collares, aretes, pulseras y llaveros. Además, ese mismo año, le dio el nombre de Artesandía a sus creaciones. “Escogí ese nombre porque me inspiro en los colores de las frutas. Se me ocurrió que una mezcla de las palabras artesanía y sandía podía funcionar”, dice.

La emprendedora vende aproximadamente USD 200 mensuales en productos de bisutería. “Siempre me ha gustado tener cosas originales. Por eso nunca repito un diseño; cada pieza es única”, dice.

María José López es compañera de Andrade en la universidad. Comenta que los artículos que adquiere de la emprendedora son diferentes a las que encuentra en el mercado. “Esto lo logra, porque es muy creativa y tiene muchos años trabajando con bisuterías”.

López asegura que en muchos casos personaliza sus creaciones, de acuerdo con los pedidos del comprador.

Daniela Quiñónez también ha comprado bisuterías elaboradas por Andrade. Ella conoce a la emprendedora desde la época del colegio y destaca que siempre tuvo una faceta de innovadora. También ha adquirido unas seis pulseras en precios que oscilan entre los USD 5 y 8. Además, destaca la originalidad de los objetos. “Lo que más me gusta es el colorido”.

Para Andrade, los collares son los accesorios que tienen más demanda. Asimismo, indica que no tiene un grupo objetivo definido, sus creaciones son adquiridas por mujeres de diversas edades.

Aunque esta emprendedora tiene los diseños de los accesorios previamente desarrollados, también elabora nuevas piezas, de acuerdo con los pedidos al gusto y preferencia de cada uno de sus clientes.