El presidente de la Cámara Nacional de Pesquería Bruno Leone detalla cómo la industria no paró durante la emergencia sanitaria. Foto: Mario Faustos / LÍDERES

El presidente de la Cámara Nacional de Pesquería Bruno Leone detalla cómo la industria no paró durante la emergencia. Foto: Mario Faustos / LÍDERES

Bruno Leone: ‘El aporte de la pesca ahora es vital’

29 de julio de 2020 11:54

Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería, analiza la importancia de la pesca en la economía del país y detalla cómo la industria nunca paró durante la emergencia. Ratifica, además, la necesidad de concretar acuerdos para empujar las exportaciones.

La pesca fue uno de los sectores prioritarios durante la emergencia sanitaria. ¿Cómo se manejó para operar?
Fue complicado por todos los temas en los que incidió la pandemia. El ausentismo en el personal, desde la fase extractiva hasta el procesamiento en las industrias, provocó una caída en producción del 60%. Esto se sumó a una disminución de precios internacionales por la depresión de los mercados. A pesar de estos factores, en la época más complicada (marzo y abril), nunca dejamos de trabajar.

¿Se fortalecieron los protocolos o acciones en la cadena?
Las medidas se endurecieron. La industria de alimentos ya aplicaba, desde antes, protocolos estrictos de calidad e inocuidad, lo que tocó fue ampliar el control y proteger al personal. Por suerte, no hubo nuevas exigencias de los mercados. Ellos conocen todo lo que se aplica para que el producto ecuatoriano sea trazable.

¿Cuál sería el factor positivo que dejó la pandemia?
Fuimos el rubro que alimentó en el confinamiento. Eso por el lado del consumo, porque hubo mayor demanda de enlatados tanto interna como externamente. La gente se aprovisionaba de productos. Por otro lado, fuimos uno de los pocos sectores que mantuvo sus plazas de empleo completas, no se despidió personal. La pesca da trabajo directo a 108 000 personas e incluso aumentó. Con esto quedó claro que la pesca es una actividad positiva para el país.

¿Cómo garantizaron la calidad de los productos que enviaron en esos meses?
Los estándares son altísimos y la demanda de controles es estricta. Estamos sujetos a normativas internacionales de manejo de productos alimentarios. Las auditorías del Instituto Nacional de Pesca y de las certificadoras son permanentes. Lo que ahora se ha fortalecido es el control al personal, proveedores, al producto terminado e insumos. Esto es una inversión a la que accede la industria para mantener sus mercados.

Parte de esos lineamientos se recogen en la Ley de Pesca. ¿Cómo avanza su aplicación?
Todo avanza según lo programado. La Ley se publicó en el Registro Oficial el 21 de abril del 2020 y ahora se trabaja en la elaboración del reglamento que se prevé se publique en octubre. Ahí se especificarán las líneas de aplicación de los nuevos conceptos de la ley, sobre todo, en la parte sancionatoria e investigativa. Además, simultáneamente, se avanza en la implementación de un sistema de control de trazabilidad. La plataforma ya está siendo analizada por la Cartera de Telecomunicaciones. Son cuestiones de forma.

¿Existen puntos de la Ley que ya se aplican?
Claro, la autorización previa para importar productos pesqueros. Esto consta en la Ley y es parte del Plan de Acción para levantar la Tarjeta Amarilla que impuso la Unión Europea (UE). El contingente que se importa (250 000 toneladas) ahora es normado para que tenga la legalidad debida. Es un avance inmenso que hace bien al país como jurisdicción pesquera y que está alineado a la lucha contra la pesca ilegal.

La promulgación de la Ley era clave para superar la Tarjeta Amarilla con la UE. ¿Qué avances hay en esa gestión?
Existe intercambio de información y diálogo directo. Cuando se impuso la sanción (16 de octubre, 2019), se solicitó que en seis meses se debía enviar un plan de acción para subsanar 28 puntos, entre ellos la reforma a la Ley de Pesca. Eso se envió. Sin embargo, como todo proceso, con la pandemia se retrasó. Pero hay que aclarar que no se frenó. La retroalimentación recibida del bloque europeo es que Ecuador es responsable con el cumplimiento de lo solicitado.

¿Cómo quedó la verificación ‘in situ’ de la UE?
La visita de autoridades de la Dirección de Asuntos Marítimos y de Pesca (DG Mare) estaba prevista en abril, pero por la pandemia no se dio. Ecuador y la UE siguen intercambiando información y, a nivel de país, hay celeridad para cumplir lo que se solicita. No hemos recibido respuestas negativas de lo que se ha enviado.

¿Hay nuevas exigencias?
No, continúan las mismas exigencias del inicio. Todo encaminado a normar y fortalecer la lucha contra la pesca ilegal. Lo que sí han solicitado las autoridades europeas es que sea visible la aplicación de todas estas normas, no solo para levantar la sanción, sino para traducirlas en políticas públicas que fortalezcan al sector.

La UE es más exigente con los productos que recibe…
Definitivamente. Es una economía que va encaminada al pacto verde y es algo que significa, sin duda, mayores exigencias. El sector se ha preparado para cumplir con todo lo que soliciten.

¿Cómo manejan la política de contingentes arancelarios que mantiene la UE para algunos productos pesqueros?
Es complicada, dado que lo consideramos como competencia desleal. El acuerdo comercial que entró en vigor en 2017 mantiene acceso libre de aranceles para la producción atunera. Pero, a pesar de lo alcanzado en las negociaciones, la existencia de la política de contingentes arancelarios autónomos de la UE para ciertos productos pesqueros, como los lomos precocidos de atún y su omisión en las negociaciones, hoy en día erosionan las preferencias arancelarias logradas en este mercado porque tienden a aumentar.

¿Cómo les afecta?
A través de estas resoluciones o contingentes, acceden a productos de Asia que no cumplen todo lo que nos exigen a nosotros como país. Lucha contra la pesca ilegal, trazabilidad, laborales, etc. Hemos pedido que intervenga la Cancillería para que eso no suceda y más bien disminuya y no nos quite espacio en nuestro principal mercado. Las reglas del juego deben ser iguales para todos.

¿La entrada en vigencia del acuerdo con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), qué les representa?
Es un acuerdo complementario. Muchos de los productos comprados por un determinado país en Europa iban a estas naciones. Los mercados que están ahí son estables. El Viejo Continente es nuestro principal destino.

Las miras de un acuerdo serían con…
EE.UU., definitivamente. El país está geográficamente en nuestra zona y es un gran consumidor de productos del mar, sobre todo del atún. Es importante que concluya para entrar con nuestro producto en funda o ‘pouch’ sin impuestos. Hay que poner todo el empeño en ese acuerdo. Está en el tejido productivo del país empujar este carro que se llama Ecuador.

¿Qué oportunidades se ven para el segundo semestre?
Oportunidades como tal, no hay. Se espera estabilidad en los mercados y que el mundo se recupere, para tener niveles de consumo de antes de la pandemia. La proyección del sector no es de crecimiento, pero sí cerrar con cifras parecidas al 2019, que fueron mejores.

Hoja de vida
Su formación
.  Ingeniero Industrial de la Universidad de Guayaquil. Programa de Alta Dirección Empresarial del Instituto de Desarrollo Empresarial (IDE).
Su experiencia.  Presidente del Grupo Pesquero Servigroup desde 1989. Fue gerente del Grupo Camaronero Nirsa. En el sector bancario se desempeñó como subgerente de la sucursal mayor del Banco Central del Ecuador y también como gerente general de la Agencia de Garantías de Depósito (AGD).
En los gremios.  Lidera la Cámara Nacional de Pesquería desde el 2015. También fue director de la Cámara de Comercio y de Industrias de Guayaquil.