Expresidente de la Junta Consultiva de la Organización Mundial del Cacao ICCO (2015-2016). Expresidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao (2012-2015) y actualmente Director Principal. Empresario. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES

Expresidente de la Junta Consultiva de la Organización Mundial del Cacao ICCO (2015-2016). Expresidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao (2012-2015) y actualmente Director Principal. Empresario. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES

El cacao necesita una agenda conjunta

10 de abril de 2017 11:38

Iván Ontaneda, el expresidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao y actual presidente de Eco-Kakao analiza la caída de los precios del cacao. Este empresario asegura que es necesario un trabajo de largo plazo entre entidades privadas y públicas.

En los últimos meses el precio internacional del cacao por tonelada era de USD
3 300, pero ahora bajó a cerca de 2 000. ¿Cómo impacta esta situación a los cacaoteros ecuatorianos?

La industria cacaotera, la cadena agroproductiva, está en una crisis tremenda que va más allá de los números fríos. Esta crisis viene por un exceso de producción mundial de cacao. Los dos principales países productores, Costa de Marfil y Ghana, están con un excedente de 300 000 toneladas de cacao puestas en el mercado entre 2016 y 2017. A ese exceso de oferta se suma el descenso del consumo de chocolate, en los últimos cuatro años, en Europa, Estados Unidos y Asia. Todos los productores pusimos muchas esperanzas en China, con inversiones importantes. Pero la situación económica mundial ocasionó una caída en la demanda de chocolate. Por el exceso se está pudriendo el cacao en las bodegas de los productores. No hay a quién vender.

¿Por qué bajó el consumo de chocolate?

Es por la situación económica global. Y el chocolate no es un producto de primera necesidad. Si antes una persona compraba tres tabletas a la semana, ahora compra una; y el que compraba una ya no lo hace.

Esto pasa a escala global...

Esto que digo es el arranque de la crisis. A esto se suma el drama que pasan los pequeños productores en el país. Hace pocos días recorrí Napo, Sucumbíos, Manabí y allí hay problemas serios. Uno se encuentra con productores que tienen fincas de cuatro hectáreas y que producen cinco quintales por hectárea. Un productor promedio, de esas características, recibe hoy en día 50 dólares por un quintal. Siete meses antes recibía hasta 130 dólares por ese mismo quintal; estamos hablando de una caída altísima en los ingresos del productor. Lo más triste es que ese ingreso no les sirve para cubrir sus necesidades.

¿Se puede controlar los precios?

Un país como Ecuador y su sector cacaotero no puede estar tan expuesto a esas externalidades. Hay que dejar claro que el precio del cacao no lo maneja ni el gobierno, ni el productor. Es una variable externa que se maneja en base a la oferta y la demanda en la Bolsa de Nueva York, porque el cacao es un ‘comodittie’ como el oro, el petróleo, el café, etc. Cuando hay una variable que no la maneja el productor este tiene que identificar una variable que sí la maneje y así encontrar una oportunidad. Esta crisis de precios hay que tomarla como una alerta a la que se debe tener en cuenta. Hay que protegerse de alguna manera y esta caída de precios nos ha tomado descubiertos y el más afectado es el productor.

¿La situación de otros países productores es similar a escala nacional?

De las 500 000 hectáreas sembradas en el Ecuador, el 90% está en manos de pequeños productores. Eso significa que la mayoría está en esa situación que le menciono. Hay productores quebrados que no pueden subsistir. A esto se suma el invierno que afecta a las plantaciones de dos formas: el exceso de lluvias y humedad genera una atmósfera para que surjan enfermedades que afectan la productividad de las plantas de cacao. Si un árbol cargaba 80 mazorcas, ahora con la lluvia se pierde la mayoría. Y las mazorcas que resisten se tiene que vender en un menor precio; así no tienen ingresos para cuidar sus plantaciones. Algo tenemos que hacer para salir de esta situación y mejorar los indicadores.

¿Y cuáles son los planes o estrategias para cambiar esta situación?

El Ecuador tiene una baja productividad de cacao. Son entre cinco y seis quintales por hectárea. Entonces, lo que sí puede hacer el productor es aumentar la productividad de los pequeños agricultores y eso es responsabilidad de los sectores privado y público. Para esto se necesitan estrategias público-privadas. Hay que armar una agenda conjunta de largo plazo, una ruta en la que la meta sea superar los niveles de producción. Con alianzas entre empresas privadas, sector público organizaciones no gubernamentales, la banca con crédito se da acompañamiento para elevar los indicadores de producción. Si se duplica o triplica la producción, la variable de precio no va a ser tan importante. La competitividad también es un problema, los costos son elevados. La competitividad nace con los productores que ofrezcan cacao de más calidad.

¿Hay algún programa que ya trabaje en esto?

En Eco-Kakao trabajamos, desde hace cinco años, con Blommer Chocolate Company, de EE.UU., en un programa de sostenibilidad que acompaña al pequeño productor para mejorar su finca y su rendimiento. Tenemos un plan piloto en el que trabajamos con unos 4 000 productores en la Amazonía ecuatoriana. Primero hacemos capacitación mediante escuelas de campo, en donde se enseñan tareas agrícolas directas para mejorar su producción. Un segundo objetivo es mejorar la calidad con mejores procesos en la poscosecha porque así lo exige el mercado global. Además, garantizamos, bajo un paraguas comercial, un buen precio y en vez de que el productor reciba cincuenta dólares por un quintal, ellos reciben noventa dólares. Los programas funcionan siempre que hay oferta y demanda asegurada. Dentro de esta alianza buscamos que otros se sumen, por eso hemos pasado el sombrero para que aporten y mejoren la calidad de vida de los productores. Los pequeños productores con los que trabajamos se sienten atendidos; la clave es que la industria se acerque al productor y lo acompañe.

¿Qué están haciendo otros países que también son productores de cacao?

Costa de Marfil enfrenta otros problemas. La situación política y económica allá es muy complicada y el productor recibe apenas 30 dólares por quintal. No se está haciendo nada. Es diferente la situación para nosotros, porque nos jactamos de tener un gran posicionamiento en el mercado de cacao, pero en esta crisis hay que ayudar al sector, no con soluciones parches sino con trabajo sostenido y convertir al productor. Todo con un fin: mejorar la calidad de vida del productor.