José Javier Jaramillo junto con el equipo de operaciones de Zigo Hoteles, en las oficinas que se encuentran en el norte de Quito. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

José Javier Jaramillo junto con el equipo de operaciones de Zigo Hoteles, en las oficinas que se encuentran en el norte de Quito. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

Esta cadena hotelera crece con un modelo colaborativo

17 de diciembre de 2019 12:01

El terremoto de abril del 2016 dio paso a la creación de un modelo de economía colaborativa que empieza a rendir frutos. La tragedia que marcó a Manabí y a Esmeraldas se convirtió en una oportunidad para que surja una cadena hotelera que hoy en día suma 85 establecimientos en 35 ciudades del país.

Se trata de Zigo Hoteles, un emprendimiento social que vio la luz en enero del 2018. El proyecto surgió tras el sismo de hace ya más de tres años y ahora apunta a mantener el próximo año un crecimiento acelerado.

José Javier Jaramillo es el responsable de esta iniciativa. La familia de este emprendedor tiene desde hace 15 años el Hotel Vista al Mar, en Manta.

Con el terremoto, el hotel de la familia resultó afectado, no en su estructura pero sí como destino y como negocio. Le ocurrió lo mismo que a decenas de hoteles de Manabí: se quedó sin clientes.

Para ese entonces, Jaramillo estaba radicado fuera del país estudiando. Entonces ideó un modelo innovador que apuntaba a crear sinergias con otros hoteles. “Lo que le pasó al hotel de mi familia le pasaba a otros establecimientos en Manabí: estaban sin clientes luego del terremoto”.

Jaramillo añade que los hoteles pequeños son emprendimientos que muchas veces quedan atrapados ante las grandes cadenas. El plan era el siguiente: acercarse a hoteles pequeños y medianos y proponerles un modelo de trabajo colaborativo. Zigo Hoteles sirve como marca paraguas y se encarga de las reservas y la promoción de los integrantes de la cadena.

No se paga una membresía, pero los hoteles cancelan un porcentaje por cada reserva y/o hospedaje generado por Zigo.

Uno de los primeros negocios en ser parte fue Hotel Ficoa, en Ambato. Su fundador, Darío Cobo, explica que Jaramillo se acercó hace casi dos años a explicarles el modelo. La idea le pareció novedosa y con el tiempo sirvió para consolidar el posicionamiento que tiene este hotel, que opera desde hace cuatro años y que hoy cuenta con 10 habitaciones. “Trabajar con Zigo es un valor agregado para nosotros”, añade Cobo.

El Hotel Ficoa, ubicado en Ambato, es uno de los integrantes de Zigo Hoteles. Este negocio recibe a clientes corporativos y a turistas. Foto: cortesía

El Hotel Ficoa, ubicado en Ambato, es uno de los integrantes de Zigo Hoteles. Este negocio recibe a clientes corporativos y a turistas. Foto: cortesía

El proceso para sumar hoteles incluye una serie de filtros de calidad de los servicios de los hoteles. Además, detalla Jaramillo, la meta es que los establecimientos sean más productivos aprovechando los activos que ya tienen.

El fundador de Zigo Hoteles añade que en el trabajo existen dos retos: contactar al hotel y llenar las habitaciones. “Al principio tuvimos apertura y hubo mucha empatía al entender la idea que les proponíamos”. Eso sí, advierte Jaramillo, administrar un hotel es como un malabar, porque hay que estar pendiente de muchos factores como la limpieza, los desayunos, las operaciones, el marketing, las ventas, etc.

Otro establecimiento que forma parte es Hotel Sabet, en el norte de Quito. Su administrador, Diego Carrera, cuenta que el modelo les ha permitido crecer, gracias a la ayuda personalizada del equipo que lidera Jaramillo. Este hotel que abrió sus puertas en el 2016 se sumó a la marca Zigo, en agosto del año pasado.

A pocos días de cumplir dos años en el mercado Zigo Hoteles sigue creciendo y sumando reconocimientos. A mediados de noviembre fue condecorado por la aceleradora de emprendimientos Endeavor y su programa Scaleup, que junto con Casabaca lo nombraron el mejor emprendimiento del 2019. La cadena recibió USD 60 000. Además, acaba de levantar una “importante inversión” que le permitirá desarrollar nuevos proyectos en el 2020.

Esos recursos, dice Jaramillo, servirán para mejorar las fachadas, el ‘lobby’, las habitaciones y otros espacios de 25 de los 85 hoteles que ya son parte de la marca.

¿Cuál ha sido el principal reto en este tiempo? Jaramillo no duda y responde: el paro de octubre pasado. “El turismo tuvo una afectación brutal y los hoteles padecimos mucho en esos días”.

Pero el optimismo marca el camino de la firma. Jaramillo menciona que en el país la ocupación de los hoteles bordea el 30%, mientras que en Zigo Hoteles la cifra está sobre el 65%. “No buscamos estabilizarnos sino crecer a un ritmo acelerado. Por eso estamos buscando fondos para replicar la idea en Perú y Colombia”.

Insignia


​Trabajamos y generamos oportunidades

Sofía Herrera. Jefa de ventas

Estoy en la empresa desde el inicio de operaciones, empecé como ejecutiva de ventas. Antes yo había trabajado en cadenas grandes y me gustó la idea de unificar hoteles de mediano y pequeño tamaño porque están de algún modo en segundo plano y tienen que competir con grandes marcas y no tienen los mismos recursos. Ser la cara comercial ante empresas grandes me motivó mucho. Además visibilizar pequeños negocios es un trabajo de responsabilidad social.

Mantener un hotel es costoso y sin apoyo comercial el trabajo se complica. Por eso hemos formado alianzas importantes.

Ahora estoy encargada también de las ventas en la Costa y me responsabilizo de hacer cumplir lo lineamientos y las políticas de la marca. También desarrollo el plan de acción y ahora estamos creciendo y dando nuevas oportunidades de trabajo.

Este trabajo me llena a poder mostrar los que hacen otros hoteles. Cuando un hotel pequeño o mediano trabaja grandes empresas o multinacionales sentimos una gran satisfacción.