Jorge Hidalgo continúa con la tradición familiar de fabricar calzado; las hormas, dice, son elaboradas en el país de acuerdo con las necesidades de los clientes. Foto: Glenda Giacometti/LÌDERES

Jorge Hidalgo continúa con la tradición familiar de fabricar calzado; las hormas, dice, son elaboradas en el país de acuerdo con las necesidades de los clientes. Foto: Glenda Giacometti/LÌDERES

El calzado de seguridad se hace a mano en Ambato 

4 de septiembre de 2017 18:53

Los zapatos de seguridad industrial que se confeccionan a mano en los talleres de Calzado Hidalgo trabajan en las condiciones más extremas y exigentes.

La calidad del cuero, las suelas y el terminado artesanal dan confort, seguridad y durabilidad en todas sus líneas y modelos. Esa es la carta de presentación de esta marca ambateña que cumple con las normas ASTMF2412-05 y las especificaciones C/75, I/75 para calzado de seguridad industrial.

La constante innovación y novedosos diseños permitieron el crecimiento de esta empresa familiar. El año pasado, facturó USD 160 000 y fabricó 3 500 pares de zapatos en todas sus líneas. Los principales mercados son Quito, Esmeraldas, parte de la Amazonía, Ambato y otras ciudades.

La historia de Calzado Hidalgo se inició en 1963. Los esposos Jaime Hidalgo y Gladys Guerra fundaron la empresa familiar. Hidalgo trabajaba como maestro zapatero con Luis Carrasco. Su calzado lo usaban las autoridades y personalidades de la ciudad.

Una vez que contrajeron nupcias matrimoniales abrieron su propio taller. La inversión
inicial fue de 3 000 sucres. Con los recursos compraron herramientas y la materia prima.

Los diseños novedosos tuvieron aceptación y las ventas comenzaron a incrementarse. Luego contrató a seis oficiales. La producción subió a 80 pares semanales que la adquiría Oswaldo Ruiz propietario de un almacén de calzado en la ciudad de Portoviejo. “Todos los zapatos que fabricábamos se vendían en Manabí que fue el principal mercado del negocio”.

En 1970 Hidalgo viajó a una feria exposición en los Estados Unidos, pero un grupo de empresarios estadounidenses lo contrató para que diseñara nuevos modelos. Su esposa en Ecuador asumió el mando con 31 operarios.

Pero seis años más tarde Hidalgo retornó para asumir nuevamente la dirección de su emprendimiento. “No hemos cambiado, seguimos confeccionando calzado de seguridad industrial hecho a mano”, explicó Guerra.

Uno de sus principales clientes por más de 20 años fue la Empresa Eléctrica Quito a quien comercializaba calzado de protección di-eléctrica hasta 21 000 voltios.

Tras la muerte de Hidalgo en el 2011, sus hijos Mónica, Jorge, Carlos y Silvia asumieron la dirección de la empresa. Jorge Hidalgo está a cargo del departamento de investigación y desarrollo de nuevos materiales. Contó que a más del calzado industrial di-eléctrico y de protección mecánica produce la línea casual con botas, botines, calzado para la Policía Nacional, agentes motorizados de tránsito, ejecutivos. También, desarrolló calzado para los bomberos que resisten 300 grados de temperatura.

La Empresa Coheco dedicada la instalación, mantenimiento de ascensores y gradas eléctricas trabaja hace 10 años con Calzado Hidalgo. Jaime Benalcázar, jefe de la Unidad de Seguridad, dijo que cumplen con las normas de seguridad que otras fabricas no la tienen en el país.

“Cumplen con lo que les hemos solicitado, han pasado diferentes pruebas y han pasado esas exigencias”.

El calzado es elaborado con hormas a medida de los pies de los ecuatorianos, no importaron del extranjero. “Eso permite que el pie tenga comodidad. Son 55 años que trabajamos de esta forma”, aseguró Hidalgo.

Asimismo, invirtieron es estudios e innovación de materiales puesto que el calzado está diseñado para usos extremos. Estos son elaborados bajo pedido con el propósito de cumplir con las normas de seguridad industrial que cada empresa requiere”.