Un chef de la carrera de Gastronomía de la Universidad ofrece su clase en un taller, con todos sus utensilios. Foto: cortesía UDLA

Un chef de la carrera de Gastronomía de la Universidad ofrece su clase en un taller, con todos sus utensilios. Foto: cortesía UDLA

Cámaras para mejorar la teleeducación

9 de septiembre de 2020 17:30

A partir del 21 de septiembre del 2020, cuando se inicia un nuevo semestre en la Universidad de Las Américas (UDLA), los alumnos tendrán la posibilidad de ver en sus computadores a sus maestros, en tiempo real, dando clases desde las aulas en el campus.

Lenin Landázuri, director de Tecnología y Proyectos de la institución, explica que esta modalidad es parte de las innovaciones que hizo la universidad para responder a las necesidades de la educación virtual, tras la pandemia por el covid-19. Con la medida también se evitan contagios.

El propósito es que los jóvenes sientan una experiencia similar a la que se siente en las clases presenciales. Las cámaras se encuentran en 280 aulas y 110 laboratorios; están en talleres gastronómicos, simuladores de un lobby y habitación de hotel, laboratorios de arquitectura, entre otros.

La entidad cuenta con 15 000 estudiantes y 1 460 docentes: ellos aplicarán este nuevo sistema.

Los profesores estarán en sus aulas. Incluso, tienen la opción de escribir en una pantalla, como si fuera el pizarrón, y lo estudiantes podrán ver lo que allí colocan.

Uno de los catedráticos que ya tiene experiencia en este proceso es Luis Vaca. Él dicta clases de Banca y Regulación, en la Facultad de Economía, y asegura que este sistema ayuda a que los estudiantes puedan ver sus gestos de manera más directa, escucharlo con naturalidad, revisar los apuntes y estar en interacción permanente.

“A mí me encanta porque rompe las barreras físicas”, dice. Un estudiante puede acceder a clases desde cualquier lugar y reduce la cantidad de faltas y atrasos.

Las limitaciones que pueden presentarse están relacionadas con temas de conectividad. Para Vaca es importante, además, que los jóvenes enciendan sus cámaras, con el objetivo de entender su gestualidad y si hay comprensión.

Un paralelo tiene, en promedio, 25 alumnos. Puede haber clases en las que haya más o menos.

Una de las carreras que participó en el proyecto piloto es la de Gastronomía. El hecho de que la mayoría de sus clases sean prácticas permite que la transmisión a través de cámaras se convierta en un elemento exitoso para el proceso de educación virtual.

El chef desarrolla sus preparaciones y los jóvenes pueden seguir las técnicas y procesos.
Matheu Tul es estudiante de octavo semestre de esta carrera. Él participó del piloto y dice que es importante mantenerse cocinando; al contar con videos de preparaciones en todos los ángulos puede aprender como si estuviera físicamente en clase.

Además, es posible la interacción entre compañeros porque todos pueden escucharse. De igual manera pueden hacer consultas al catedrático que dicta la clase.

Landázuri explica que si en algún momento las autoridades permiten que las clases presenciales se realicen con un aforo reducido, el grupo de jóvenes que no asista físicamente podrá seguirlas virtualmente, gracias a las cámaras instaladas. 

La virtualidad
Las clases vía Internet. Estas han permitido que haya mejores condiciones de asistencia. El semestre pasado, dice el docente Luis Vaca, se registró un 92% de asistencia; en presencial, el 88%.

Tecnología. La infraestructura tecnológica estará instalada de manera permanente. Esto permitirá a la UDLA, dice Landázuri, solventar problemas para asistir a clases -por fuera de la pandemia- como el paro del 2019.

Recursos. El docente tiene un control remoto a través del cual puede hacer acercamientos o movimientos de las cámaras.