Alfredo López es el cofundador de la empresa ecuatoriana Cannandes, que tiene sus plantaciones en Tabacundo. Produce flores, biomasa y extractos. FOTO:  Patricio Terán / LÍDERES

Alfredo López es el cofundador de la empresa ecuatoriana Cannandes, que tiene sus plantaciones en Tabacundo. Produce flores, biomasa y extractos. FOTO: Patricio Terán / LÍDERES

Cannandes apuesta al cultivo de cáñamo con una inversión de USD 3 millones

14 de agosto de 2022 20:01

Parece un bosque seco al revés dentro de un cuarto oscuro. Cientos de arbolitos marrones aparecen suspendidos en el aire, a través de alambres.

En esa posición se secan las plantas de cáñamo (hemp) que se cultivan en Tabacundo (Pedro Moncayo), en el norte de Pichincha. De esa producción se exportaron los primeros cinco kilos de flor seca de cáñamo hacia Suiza.

La empresa ecuatoriana Cannandes envió este producto a Profields SA, su primer cliente que es una firma suiza. Después de esa venta, ambas acordaron otro envío de 100 kilos para este mes y están por suscribir un nuevo contrato para proveer 500 kilos mensuales.

Alfredo López, cofundador de Cannandes, cuenta este logro, al que considera un hito para el país, ya que esta empresa ecuatoriana abre el camino para la exportación de cannabis no sicoactivo y sus productos derivados.

Estas flores tienen menos del 1% de THC, un componente sicoactivo, y el resto es CBD (más o menos 16%), otro elemento que no produce los efectos del primero. Este 1% se encuentra regulado en la Ley que aprobó el cultivo del cannabis no sicoactivo en Ecuador.

En el cáñamo las flores no son de colores. Se parecen a pequeñas bolitas no tan redondas y de un color verdoso, que luego de secarse y recortarse se empacan al vacío. Este producto agradó al cliente, ya que le gustó el recorte que tenía cada flor; es decir, hubo un buen proceso de poscosecha, indica López.

De este buen recorte se encargan seis mujeres de poscosecha. Nina Tapia, gerenta de Desarrollo del Producto, explica que este trabajo necesita de la delicadeza de las manos de las mujeres.

La firma tiene su propia finca: cuenta con nueve hectáreas, de las que una está en producción y todas con licencia.

En un invernadero, las mujeres también seleccionan los esquejes de las mejores plantas ‘madres’, para la reproducción de las nuevas plantas, que se utilizarán en la siembra para obtener la producción, sea para flores o biomasa. También se aprovechan los tallos, que pueden servir para procesar celulosa.

En otro invernadero se desarrollan cientos de plantas, que se cosechan a los dos meses si se siembran clones y a los tres meses si provienen de semillas. Muchas ya tienen sus flores (también llamados cogollos), que huelen a mango, limoncillo y otros aromas. Cuando las plantas están listas se cortan y se llevan al cuarto de secado. Después de ese proceso comienza el recorte de las flores, para luego vender.

En la finca opera una pequeña planta de procesamiento, pero este año esperan instalar una maquinaria con mayor capacidad, para expandir el negocio.

López comenta que Cannandes ha hecho los protocolos para la exportación, con la participación de la Policía Antinarcóticos, el control de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria, el Ministerio de Agricultura y otros entes de regulación.

Cannandes tiene siete licencias para desarrollar su actividad y el área agroindustrial, para producir materias primas y todo lo que contemplan los permisos. La idea no solo es vender materia prima, sino productos elaborados de todo tipo.

Tapia comenta que con este cultivo se puede desarrollar una infinidad de productos, de acuerdo con las necesidades de los clientes.

Por ahora se desarrollan crudo, destilado, isolado y nano CBD (hidrosoluble), además de la biomasa. También tienen productos finales con registro sanitario como el café Dreambean, té de Eva en tres presentaciones.

En cosméticos elaboran champú, acondicionador, gel antibacterial y jabón líquido con la marca PHI. Otros son suplementos y productos naturales de uso medicinal. La elaboración de bebidas es uno de sus próximos proyectos.

Otra línea de negocio es su local Joint, en Quito, donde los clientes pueden tener una experiencia con el CBD. Ofrecen sus productos y se degustan comida y bebidas con CBD. En esta tienda también se encuentran los productos de otros emprendedores, que son exhibidos en el primer piso de este negocio, situado en la zona de la González Suárez.

Adicionalmente, maneja el Centro de Especialidades Médicas en el Ecuador, enfocado en el tratamiento terapéutico con cannabis.

Cannandes nació en 2020, después de que los socios se conocieran en las mesas técnicas que discutían la normativa de cannabis. “Tuvimos los mismos principios e ideas y decidimos crear Cannandes”, recuerda López.

Algunas cifras

309 hectáreas de tierras tiene la empresa para el cultivo del cáñamo. Nueve están en Pichincha y el resto en la Costa. El cultivo se da hasta 3 200 metros de altitud.

2 millones de  dólares se obtuvieron de un préstamo de Estados Unidos.

1 millón de  dólares fueron concedidos como crédito verde por parte de Produbanco.

30 personas laboran en esta empresa, en la que participan tres socios.