Josué Moreno abrió el bar Sereno Moreno con su hermano Christian, en junio del 2016. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Josué Moreno abrió el bar Sereno Moreno con su hermano Christian, en junio del 2016. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Chicha, cerveza y cultura, en La Tola

11 de julio de 2019 08:19

La Tola es uno de los barrios más tradicionales de Quito, ubicado en el Centro Histórico. Con el paso del tiempo fue convirtiéndose en una zona insegura, lo cual le generó una mala fama.

Josué Moreno, de 26 años de edad, creció en este lugar. Su padre, Patricio Moreno, tuvo durante 15 años un local donde vendía fritada, funcionó en una antigua casa de dos pisos, de propiedad de la familia. Un día Patricio llamó a Josué y a Cristian, su otro hijo, para informales que cerraría el establecimiento y que ahora ellos debían decidir qué hacer.

Los dos jóvenes pensaron en aprovechar el lugar para dar vida a un proyecto que conjugue el entretenimiento con la recuperación del espacio público y reanime la convivencia de la vecindad.

Así surgió la idea de abrir el bar y restaurante Sereno Moreno, que funciona desde junio del 2016. También es un espacio de promoción cultural, para lo cual se formó el colectivo denominado ‘A verfff’, que promueve actividades dentro del establecimiento y festivales artísticos en las calles de La Tola.

Para iniciar, los hermanos ahorraron por más dos años hasta acumular USD 20 000. Josué trabajaba en un bar de cerveza artesanal, de ahí adquirió conocimientos sobre esta bebida, así como destrezas para la administración de un negocio. Cristian, un ingeniero en alimentos, laboraba en una empresa privada, tenía la intención de independizarse y crear sus propios productos.

Con el capital remodelaron el interior de la casa, imprimiendo un colorido diseño, característico del Quito antiguo. Compraron el mobiliario, las instalaciones de la cocina y las máquinas para el expendio de bebidas.

El menú de alimentos se ha ido adaptando. La oferta actual está compuesta de comida típica: fritada, costillas de cerdo, maduros con queso, mote sucio y ensalada de chulpi y tostado. Se abastecen de todos los productos en el Mercado Central, uno de los más representativos de la ciudad y que se encuentra a pocas cuadras del Sereno Moreno.

En cuanto a bebidas, al inicio la oferta era exclusivamente de cerveza artesanal, de productores locales. Aunque la acogida era positiva entre la clientela, Josué y Cristian buscaban innovar con un producto propio, que sea más económico.

“Todo nuestro menú contiene algo autóctono, de nuestras raíces, entonces nos decidimos por hacer chicha”, cuenta Josué.

Al principio fue una experimentación entre amigos y clientes más frecuentes, a quienes regalaban tragos de chicha para que los probaran. Hubo cierto recelo de algunas personas con la bebida, porque la asociaban con la chicha de yuca, tradicional de la Amazonía, que se elabora masticando y escupiendo sobre un recipiente, confiesa el propietario.

Luego del año de pruebas el Sereno Moreno puso a la venta su bebida, a la que nombraron Mucha Chicha, logrando gran acogida. Está hecha a base de morocho, hierbaluisa, piña, naranjilla y clavo de olor, no contiene malta ni lúpulo. Posee alcohol natural de 5 grados.

Normalmente este tipo de bebida es espesa, pero ellos adaptaron un proceso de purificación que la vuelve más ligera y clara.

El Sereno Moreno fue uno de los primeros lugares alternativos que funcionaron en La Tola. Hoy en ese sector hay más movimiento. Al principio la facturación mensual bordeaba los USD 1 000, ahora rebasa los USD 3 000.

“Es un lugar tranquilo, con buena atención y que se esmera en el rescate de los sabores tradicionales del Centro Histórico. Piensan en el público joven y organizan eventos variados”, dice Homero Arboleda, cliente del negocio.

Los propietarios proponen actividades diversas que involucran a la comunidad. En estos tres años, han hecho talleres de pintura, actuación, cursos vacacionales para niños. Abrieron una escuela de fútbol llamada Esmeleón (en alusión a las calles Esmeraldas y Vicente León, donde está ubicado el bar). Tomaron ese nombre por equipo de fútbol barrial, donde juegan Josué y Cristian.