Anualmente se vende más de un millón de colchones en el país. Se calcula que por cada tonelada de colchones reciclados se deja de emitir aproximadamente 1,5 toneladas de CO2. Foto: Cortesía Chaide &Chaide

Anualmente se vende más de un millón de colchones en el país. Se calcula que por cada tonelada de colchones reciclados se deja de emitir aproximadamente 1,5 toneladas de CO2. Foto: Cortesía Chaide &Chaide

Lizette Abril
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Los colchones se reutilizan en la industria del cemento

9 de marzo de 2023 14:40

La economía circular también se aplica a los colchones que ya cumplieron su vida útil. Tres empresas hicieron una alianza para evitar que los desechos terminaran en botaderos a cielo abierto.

Se calcula que en Ecuador hay 14 millones de colchones en uso. Para mitigar el impacto ambiental que estos residuos pueden generar existe un programa para recolectarlos, tratarlos e incorporarlos a nuevos procesos productivos en la industria.

En 2021 las empresas Chaide & Chaide, Ideal Alambrec y Holcim firmaron una alianza para coprocesar los colchones. Se trata de un proceso a través del cual los colchones son desarmados y sus materiales se convierten en materia prima para elaborar cemento.
Esto evita el uso de combustibles tradicionales y disminuye las emisiones de CO2.

Raúl Estévez es gerente de Innovación de Chaide. Explica que anualmente en el país se vende más de un millón de colchones. Para mitigar el impacto ambiental decidieron incorporar los residuos que dejan estos productos a nuevos procesos de producción.

El proceso se inició con la recolección y tratamiento de 12 colchones por mes y en los últimos dos años han logrado coprocesar alrededor de 3 200 unidades. Según Estévez, al mes se recicla un promedio de 70 colchones solo en las ciudades de Quito y Guayaquil. Para este año se espera recolectar 1 000 colchones.

La materia prima se utiliza en la industria ferrosa y como insumo para los hornos de cemento. Esto permite que se utilicen menos combustibles tradicionales y se reduzcan las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.

Energía natural y menos CO2

Previo al coprocesamiento, los colchones pasan por un proceso de desarme para separar las piezas en fierro y materia textil.

Juan Andrés Arias se desempeña como gerente de Sostenibilidad de Holcim, empresa encargada de manejar Geocycle. Comenta que los textiles se utilizan para un mejor aprovechamiento energético.

El procedimiento consiste en la recolección de los colchones, su limpieza y desarme para separar los residuos considerando ciertas características físicas que permitan ingresarlos a la máquina de procesamiento. Es decir, se los separa por tamaño, humedad, peso, densidad, entre otros aspectos.

Una vez que este procedimiento está listo, la segunda parte consiste en coprocesar los colchones. La parte de metal se envía a fábricas de fundición para que se conviertan en otros productos como clavos, grapas, varillas, etc.

Mientras tanto, la tela y las esponjas ingresan a una trituradora de desechos que cuenta con una malla para aprovechar mejor el material procesado. Esto implica que los residuos ingresan en conjunto a un horno a una temperatura mayor a 900 grados Celsius para que se desintegren.

Arias sostiene que los colchones contribuyen como un aporte energético para operar la línea de fabricación de clínker, uno de los principales componentes del cemento. Esto reduce el uso de combustible tradicional, como diésel. “En la medida que cocinamos residuos baja la emisión de CO2 porque su factor de emisión es mucho menor al de los combustibles”, dice.

Un hito en Galápagos

La mayor parte de los colchones procesados se recolecta de un botadero a cielo abierto, ubicado en la isla Santa Cruz, en Galápagos.

En ese lugar se levantaron más de 1 000 colchones que fueron desarmados y trasladados a una planta de procesamiento en Guayaquil, en donde están los hornos.
Según los expertos, por cada tonelada de colchones reciclada se pueden dejar de emitir, aproximadamente 1,5 toneladas de CO2 y evitar la contaminación de los subsuelos. Esto sucede porque la mayoría de los componentes se convierte en microplásticos, que afectan al entorno de las islas.

Estévez califica a este hecho como un hito en el cuidado ambiental de las islas del archipiélago y esperan promover acciones similares en otras provincias del país a lo largo de este año.
El procesamiento de cada colchón cuesta aproximadamente USD 25 que incluye el retiro del domicilio, el desarme del colchón y su traslado hacia la planta.

De momento, este valor lo asumen las tres empresas involucradas en este novedoso proyecto. No se descarta que a futuro una parte de este costo sea trasladado a los usuarios como parte de la corresponsabilidad para el cuidado del medioambiente.

Para llegar a más usuarios se implementó una estrategia de difusión por medio de redes sociales. Incluso se entrega un bono de descuento a quienes entreguen sus colchones y adquieran uno nuevo en las tiendas directas de Chaide&Chaide.