Desde hace más de 10 años, China es el mayor prestamista del mundo. Una situación que empieza a preocupar y pone en riesgo la estabilidad financiera y política de ciertos países. Con más de 5 mil billones de dólares (cinco trillones en inglés), los préstamos chinos representan el 6% del crédito mundial.

Dentro de los receptores de los préstamos chinos se encuentran no solamente las economías más grandes del mundo sino también países pobres y emergentes. El caso es que hoy en día, el monto total del crédito chino, supera ampliamente a los concedidos por el FMI y el Banco Mundial juntos.

En términos generales, la deuda alemana con la China representa el 10% de Producto Interno Bruto y el 5% de la deuda total de los EE.UU. En estos dos casos, la deuda corresponde a inversiones en deuda soberana. En países pobres, los créditos chinos tienen mayor complejidad porque son préstamos directos para infraestructura en los cuales los beneficiarios serían exclusivamente compañías de este país. El peso de la China no solamente pasa por lo comercial sino también por lo financiero.