Tokmetzis y Veerman invitan a los usuarios de las redes sociales a reflexionar sobre el uso comercial del material gráfico que se expone en Internet.

Tokmetzis y Veerman invitan a los usuarios de las redes sociales a reflexionar sobre el uso comercial del material gráfico que se expone en Internet.

Facebook paga USD 2 por usuario al año

13 de March de 2015 16:47

Asiáticos, rubios, afros… El emprendimiento desarrollado por los periodistas holandeses Dimitri Tokmetzis y Yuri Veerman no discrimina en el momento de seleccionar fotos de niños publicadas en redes sociales e imprimirlas en jarros que están a la venta.

Los ‘souvenirs’ cuestan casi USD 17 y es posible adquirirlos a través de la página
Koppie-koppie.biz. Contrario a lo que podría pensarse, el negocio no viola ningún tipo de ley.

Si bien lucran de la imagen de menores de edad, el polémico emprendimiento tiene en su trasfondo una finalidad social. Tokmetzis y Veerman invitan a los usuarios de las redes sociales a reflexionar sobre el uso comercial del material gráfico que se expone en Internet.

El artículo ‘Las fotos ‘online’ de tu hijo son un negocio’, publicado en Elpais.com, cita un ejemplo. Cuando en la plataforma Flickr se acepta la licencia Creative Commons, se autoriza el uso comercial de las imágenes publicadas.

En ese contexto, Koppie Koppie integra un proyecto holandés más amplio, Iedereen Spion, que pretende concienciar sobre la necesidad de defender la privacidad en el mundo digital.

Según los desarrolladores de la plataforma, los datos personales que el usuario acepta compartir son, en algunas ocasiones, subastados a compañías como aseguradoras que luego se emplean para evaluar cuánto deben cobrar a un cliente por su póliza, en función de lo que saben de él.

El negocio gira en torno a la comercialización de los datos privados. Ese sería el precio que el internauta paga, sin saberlo, por acceder a contenidos gratuitos en la Red.

En el artículo se menciona que, por ejemplo, a Facebook le cuesta unos dos euros (poco más de USD 2) al año cada usuario. Si el usuario paga ese monto es posible evitar que Facebook lo monitorice para compensar por el servicio.

Bernardo Hernández, director de Flickr, aclara en el citado artículo de manera más detalla ese particular. Enfatiza que todas las fotografías que se suben a las cuentas son privadas por defecto y para que puedan usarse se precisa del permiso expreso del usuario. Para ello es necesario cambiar el tipo de licencia, en la cuenta, a Creative Commons.