El economista Juan Carlos Urgilés posa en la biblioteca familiar. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

El economista Juan Carlos Urgilés posa en la biblioteca familiar. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

Compartir libros es su modo de enseñar a otros

1 de noviembre de 2017 15:23

Pese a la insistencia de su padre, no le gustaba leer y si lo hacía era por obligación. “Lee por favor lee, después no has de tener tiempo”, repetía Lauro Urgilés a su hijo Juan Carlos, en su infancia.

Pero ese gusto recién surgió cuando el actual Gerente de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo terminaba la carrera universitaria de economía. Cuando hacía su tesis sobre la ‘Evaluación del impacto ambiental de la actividad petrolera en la Amazonía’ estudió la Teoría del Desarrollo para plantear el enfoque de trabajo.

Desde febrero de 1996 empezó a trabajar en Jardín Azuayo, en el cantón azuayo de Paute. En ese entonces, con su esposa querían seguir una maestría, pero no se concretó por los costos y la distancia. Por ello, optó por aprovechar el tiempo libre con la lectura.

Empezó con ‘Mercados Financieros Internacionales’ de Franco Modigliani y Frank J. Fabozzi. Lo leyó detalladamente durante cuatro meses. “Me contaba cosas que necesitaba y obtenía repuestas... Me di cuenta de que, pese a que estaba lejos, podía acceder al conocimiento a través de un libro”. Luego revisó las publicaciones de Manfred Max Neef.

Desde entonces considera que “un texto bueno y bien leído es la mejor inversión”. Urgilés lee de tres a cuatro libros a la vez. Ahora, por ejemplo, está con ‘El gobierno de los bienes comunes’ de Elinor Ostrom y ‘Educomunicación’, de Victorino Zecchetto.

También, revisa los ‘Derechos Humanos desde la Interculturalidad’, de Piedad Vázquez, hasta una tesis doctoral de la Flacso sobre las condiciones del buen vivir de las cooperativas.
Según Urgilés, del libro ‘El gobierno de los bienes comunes’ aprende que el problema más grave de una organización no es técnico ni productivo ni de mercado, sino de propiedad. “Si la empresa es familiar es viable por ese vínculo social y se hace gobernable, pero cuando empieza a crecer la cosa se complica”.

Para Urgilés, un beneficio de un libro es la capacidad que tiene para ofrecer el resumen de tanto trabajo del autor. Pero también, agrega que hay textos que causan desilusión porque son mediocres. Por esa razón, cuando adquiere alguno se asesora bien.

Le interesan las publicaciones de historia económica, antropología y sociología económica, derechos humanos, ciencia política y gobierno. Además de pedagogía, psicología, sociología... porque su cargo no solo le exige tener habilidades técnicas-financieras sino también comunicacionales para transmitir los conocimientos.

Según él, lee despacio porque anota las ideas y al final hace una ficha. “Después es complicado encontrar las ideas principales o las que me marcaron”. También, es un apasionado de la música y poesía. Entre otras, destaca ‘Poemas sin permiso’ de Jaime Galarza Zavala. Urgilés recita de memoria los poemas de esa publicación.

Como costumbre le gusta regalar libros en la cooperativa Jardín Azuayo. Lo hace cuando quiere explicar o que se conozca algún tema. De esa forma presiona para que su grupo de trabajo lea.