El contribuyente logra beneficios pero también una mayor presión

El contribuyente natural (personas) recibieron dutrante estos años un beneficio que antes no se había contemplado: las deduciones del Impuesto a la Renta (IR) en cinco rubros de gasto: alimentación, vivienda, salud, vestimenta y educación.

La autoridad tributaria contempló esto como una forma de fomentar e incentivar la cultura tributaria entre los más de dos millones de contribuyentes del país. Y por ello, puso en vigencia la norma con una atractiva consideración: la dedución de la totalidad de los gastos en cada uno de los rubros, conforme la base imponible de cada año.

Esto, en efecto, provocó una masiva tributación de las personas naturales, algo que, por un lado, agradó a la autoridad tributaria, pero por el otro, alertó porque muchos recursos no estaban ingresando a las arcas fiscales de manera legal. Por ello, reformó el beneficio y colocó techos, hace tres años, argumentando que muchas personas deducían impuestos en comida o ropa, contrario al alma del gravámen.

Eso generó malestar entre los contribuyentes, que además vieron incrementarse otros impuestos y reforzarse las multas y sanciones.

Así, desde el 2007, aumentó la tarifa de Impuesto a los Consumos Especiales desde el 10% al 300%. Este impuesto se aplica para cigarrillos, bebidas alcohólicas y vehículos. Y se incorporó este impuesto a artículos considerados “suntuarios” y que antes no pagaban (perfumes, videojuegos, armas de fuego, focos incandescentes, etc).

Aunque se eliminó el pago de este impuesto para la telefonía fija y celular y se redujo, por ejemplo, para bebidas gaseosas y el alcohol utilizado como materia prima. Adiconalmente, se creó en noviembre del 2011 un impuesto “verde” a la contaminación vehicular, con exoneración a los autos eléctricos y los de transporte público, escolar, taxis y de transporte terrestre relacionado con la actividad productiva.

A ellos se sumó el reforzamiento de las multas desde octubre del 2011.