La Cooperativa Jardín Azuayo, cuya matriz está en Cuenca, es la segunda más grande del país con USD 849 millones en activos. La primera es la JEP, que también tiene su sede en Azuay. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

La Cooperativa Jardín Azuayo, cuya matriz está en Cuenca, es la segunda más grande del país con USD 849 millones en activos. La primera es la JEP, que también tiene su sede en Azuay. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

Giovany Astudillo
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Las cooperativas se consolidan dentro del sistema financiero

8 de enero de 2019 09:47


Las cooperativas de ahorro y crédito se consolidan en el mercado financiero nacional. Hace una década no representaba ni el 5% del sistema, en el 2013 llegaron al 16% y, ahora, alcanzan el 26%, de acuerdo con la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria.

Son 614 entidades que funcionan en el país y que, en promedio, cuentan con 13 oficinas por cada 100 000 habitantes. Siete millones de personas son atendidas por las cooperativas de ahorro y crédito.

Si se excluye a los cinco bancos privados más grandes del Ecuador, todo el sector popular y solidario tiene activos superiores a los 19 bancos restantes (medianos y pequeños). Los activos de las cooperativas sumaron USD 13 600 millones en octubre pasado. Esos 19 bancos tienen USD 11 608 millones, señala el director de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur (Ucacsur), Juan Pablo Guerra.

Él explica que esta evolución ratifica la consolidación del sector, que “tuvo un importante crecimiento el último año”. Añade que al comparar las cifras de diciembre del 2017 con las de octubre pasado que fueron publicadas por la Superintendencia, hay un crecimiento del 22% en la cartera de crédito, y del 11% en los depósitos.

Ese crecimiento en el 2018 se sustentó en algunos factores. El primero es la innovación en las metodologías y atención de las necesidades de los socios, lo que mejoró los productos y servicios, señala Guerra. “Tenemos cooperativas que están preparadas con mejores metodologías de gestión de riesgos, calificaciones crediticias y captación de depósitos”.

Puso como ejemplo, que en el país se otorgaron USD 5 392 millones en microcréditos hasta octubre. De ese monto, el 69% fue colocado por las cooperativas. Guerra sostiene que eso ratifica el compromiso con el desarrollo. “Somos las entidades que más importancia damos a la reactivación económica y productiva basada en el microcrédito”.

La segunda razón, según Guerra, es la mayor participación del buen gobierno cooperativo. Para él, estas dos razones mejoraron los procesos y la confianza de los socios. Él dice que hay factores externos que también favorecieron.

Entre otros, destaca, el fondo de liquidez, seguro de depósitos, controles de la Superintendencia, implementación de normas de prudencia, educación financiera y aporte de la Corporación de Finanzas Populares.

Según el presidente de la Asociación de Bancos del Ecuador, Julio José Prado, las cooperativas del segmento 1 (más de USD 80 millones en activos) son bastante eficientes, “tienen buenos balances y una regulación adecuada”.

Para Prado las entidades del segmento 2 (entre USD 20 millones y 80 millones en activos) también son relevantes en el ámbito local y regional. Lo importante es mantener los controles continuos a las cooperativas más pequeñas.

Al respecto, Guerra dice que es necesario que estas últimas pasen por procesos de fortalecimiento y que tengan el apoyo de las más grandes, a través de convenios. Para ello, es necesario promover durante el 2019 el fortalecimiento de la integración cooperativa.
Otro objetivo es incidir en la construcción de política pública para que exista la articulación entre los sectores financiero popular y solidario y el real porque estas entidades se convirtieron en dinamizadores, según Guerra.

Además, plantean reformas a la Ley Orgánica de Economía Popular y Solidaria y al Código Orgánico Económico y Financiero y se relacionan con los medios de pagos e inversiones.

Para Édgar Peñaherrera, gerente de Icored, que agrupa a 137 cooperativas, el desempeño del sector fue mejor al previsto en el 2018, porque los entes apuntaron a la innovación. Añade que a pesar de los impactos macroeconómicos que se esperan para el 2019, las cooperativas continuarán creciendo, porque tienen un marco normativo estricto y porque han logrado generar confianza en los sectores a los que atienden.

El crédito creció un 30,3% en el 2018

El 2018 fue un año de menor inyección de liquidez por parte del Gobierno en la economía ecuatoriana, lo que derivó en una ralentización de los depósitos en el sistema financiero.

Sin embargo, la colocación de crédito de las cooperativas mantuvo cifras de crecimiento. “Las cooperativas fueron bastante proactivas y buscaron impulsar el crédito enfocándose en nichos y segmentos específicos, sabiendo que el crédito dinamiza la economía”, explica Marisela Flores, asesora técnica en cooperativas del norte del país.

Según un informe de la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), a noviembre del 2018, la cartera bruta de crédito otorgado por las cooperativas alcanzó USD 8 615 millones; esto es un 30,3% más que en el mismo mes del 2017.

Esta tasa de crecimiento es más alta que la de los bancos, que fue de 11,6 % en igual período.

Mariella Baquerizo, managing director del buró de crédito Equifax, detalla que las entidades del sector de la Economía Popular y Solidaria han asumido el reto de llegar sobre todo al nicho de clientes que nunca antes habían tenido un crédito. Según datos de Equifax, cada mes aproximadamente unas 5 000 personas acceden a su primer crédito y el 70% lo hacen a través cooperativas.

Baquerizo añade que el buró acompaña a las cooperativas en este reto a través de mecanismos de análisis inteligente de datos.

“Como son clientes que no tienen un historial crediticio, a base de variables sociodemográficas y atributos de georreferenciación desarrollamos modelos que permiten aportar a la inclusión financiera”, sostiene Baquerizo.

Del total de créditos otorgados por las cooperativas hasta noviembre del 2018, USD 4 712 millones se destinaron al consumo; es decir, el 55% de la cartera.

Esto significa que hasta ese mes, el sector colocó USD 1 077 millones más que igual mes del 2017; esto es un crecimiento de 30,7%.

Stalin Muñoz, gerente general de la Cooperativa Cooprogreso, señala que este tipo de crédito es más demandado en las cooperativas porque tiene tasas de interés más bajas y es más fácil de obtener que el microcédito. De ahí que suele ser utilizado para negocios y emprendimientos que buscan financiamiento más cómodo.

En esta cooperativa, la cartera total que se colocó en el 2018 alcanzó los USD 191,7 millones, unos USD 42 millones más que en el 2017, señala Muñoz.

Y aunque el de consumo y el microcrédito son los préstamos más demandados por sus clientes, en porcentaje, el que más creció fue el inmobiliario. Según el vocero de Cooprogreso, la cartera de préstamos para la vivienda creció un 67%; mientras que el microcrédito y el de consumo crecieron alrededor de 20%.

Según el informe de Asobanca, el caso de esta cooperativa refleja lo que sucedió en el sector el 2018.

Aunque es el que tiene menor participación en el pastel (representa el 8% de la cartera bruta), el crédito para la vivienda es el que tuvo tasas más altas de crecimiento. Hasta noviembre se colocaron USD 659 millones; es decir, USD 247 millones más que en el 2017.

Es decir, los préstamos para la vivienda tuvieron un incremento interanual de 60%.
A pesar del escenario de menor liquidez que vivió el país el año pasado, otro indicador que las cooperativas mantuvieron estable en el 2018 fue el de la morosidad.  
 
Según Asobanca, la morosidad se ubicó en 3,8%, esto es 1,4 puntos porcentuales menos que en igual mes del 2017.