El freno a las importaciones y el contrabando desalentaron las compras que hacía Danilo Castro en el exterior. Una actitud visionaria le llevó a invertir en su fábrica de productos de belleza. Foto: Galo Paguay/ Líderes

El freno a las importaciones y el contrabando desalentaron las compras que hacía Danilo Castro en el exterior. Una actitud visionaria le llevó a invertir en su fábrica de productos de belleza. Foto: Galo Paguay/ Líderes

Cosméticos de producción local

22 de February de 2015 15:30

Danilo Castro le apostó a su intuición y ganó. Este ingeniero industrial sustituyó importaciones y ahora tiene su propia planta de fabricación de productos capilares y cosméticos .

Se trata de Laboratorios Mollie, una firma operativa desde hace más de cuatro años está ubicada en Calacalí, al norte de Quito. Desde allí produce y distribuye en todo el país tratamientos para el cabello, champú, acondicionadores, esmaltes, disolventes, etc.

Sin embargo, los inicios de esta empresa tuvieron ciertas particularidades. Hace 15 años, Castro y su familia iniciaron un negocio de importación de esmaltes. A partir del 2002 el 95% de sus compras se concentró en esmaltes de la marca colombiana Rodher y el porcentaje restante, de otras líneas.

Todo operó con total normalidad hasta el 2009, cuando se fijó la salvaguardia por balanza de pagos. Ante el impacto de la medida, Castro se contactó con los empresarios colombianos y les propuso fabricar el producto en Ecuador.

Hubo un acuerdo, se obtuvieron los permisos, se instaló la planta y para mediados del 2010 estaban casi listos para empezar. No obstante, para esa fecha la salvaguardia se desmontó y los dueños de Rodher pusieron otras condiciones al contrato de producción en Ecuador y todo se vino abajo.

Castro, sin embargo, no podía perder la inversión que hizo de unos USD 100 000. Así que, en septiembre del 2010, decidió continuar con las importaciones, pero a la vez arrancó con la producción de artículos, como champú, removedor de cutículas, etc.

Al inicio, solo laboraban cinco personas. Conforme transcurrió el tiempo, la nómina creció hasta llegar a las 16 que tiene ahora.

Este desarrollo también tuvo un origen. En septiembre del 2013 el contrabando de esmaltes Rodher era tan fuerte, que Castró decidió suspender la importación y dedicarse solo a la producción.

A inicios del año pasado, la fábrica creció, impulsada por el control de importaciones -vigente desde el 2014- y por las estrategias de marketing de la firma. “Cumplimos nuestra primera meta que fue sustituir importaciones... Hacemos promoción en casi todas las provincias del país. Contamos con impulsadoras en varios locales”, dice el Gerente.

Una de esas activaciones se encuentra actualmente en Almacenes Mendieta. Daniel Mendieta, su propietario, explica que desde inicios del año anterior hasta la fecha, las ventas de estos productos han aumentado en un 50%. Los principales compradores son los propietarios de peluquerías.

Él considera que son productos de mejor calidad que muchos extranjeros y que la gente ha valorado tal característica. Además, dice, el costo es menor que los provenientes de afuera. “Un esmalte tiene un precio de 1,70 dólares, pero los Rodher valen 3,40”.

El trabajo de la empresa le ha valido una variada cartera de clientes. Cuando importaba, tenía alrededor de 2 000, los cuales ha logrado mantener, aunque ahora les vende producto nacional. Son en total 23 artículos que Mollie ofrece en la línea capilar, para manos y para pies. Los dos últimos representan el 65% de las ventas.

Al inicio la empresa, a través de la distribuidora y comercializadora de propiedad de Castro, Diprocobe, colocó el producto solo en Cuenca. Luego se extendió a la Sierra y ahora está en todo el país.

Para la fabricación, la empresa usa casi en su totalidad materias primas e insumos nacionales. Sin embargo, existen productos como los químicos que son importados.

Wendy Miño, asesora comercial de Mercaquímicos, señala que esta firma trabaja con Mollie desde el año pasado. Además de distribuirles productos, dice, les orientan para su utilización.