Rock Candy es un emprendimiento que surgió en noviembre del 2012, en Quito. Se especializa en elaboración de caramelos artesanales. Foto: LÍDERES

Créditos, trámites, riesgo, inexperiencia... son obstáculos

Hablar de la actividad emprendedora temprana o TEA es referirse a la concepción, al nacimiento y al sostenimiento de una empresa. En esta etapa participan el emprendedor naciente y, pasados cerca de tres años y medio, ya se puede hablar del dueño o administrador de un nuevo negocio.

En esta fase, los expertos también se refieren al 'valle de la muerte'; es decir, a la etapa de supervivencia de una iniciativa. El tiempo que toma 'atravesar' ese valle oscila entre los tres años y medio, y los cuatro años, según los expertos.

Pedro Cruz y su microempresa Rock Candy encajan en la definición de actividad emprendedora temprana. El negocio que montó Cruz -en Quito- se dedica a la elaboración de caramelos de manera artesanal, desde noviembre del 2012.

Este joven de 26 años y con estudios vinculados con el mundo gastronómico decidió emprender luego de vivir y trabajar una temporada fuera del país. Cruz cuenta que al regresar a Ecuador tuvo la intención de integrarse a una empresa, pero no tuvo suerte. Entonces, por necesidad, se lanzó a su emprendimiento. "Vencí los miedos que tenía y me lancé a la aventura. Investigué y planifiqué la idea de los caramelos artesanales".

Para Cruz, este año y medio como emprendedor ha sido un tiempo de aprendizaje y de paciencia. Obtener los permisos municipales o el registro sanitario, asegura este microempresario, es un proceso largo y tedioso que impide un crecimiento más rápido. También pesó la falta de experiencia en el mundo de los negocios.

La opinión de Cruz la comparte Fernando Méndez, gerente de la empresa Caditex, con sede en Cuenca. Su negocio desarrolla máquinas con aplicaciones láser que permiten hacer cortes y grabados en materiales no metálicos. "Nosotros investigamos para desarrollar tecnología y generamos conocimiento. Desafortunadamente, el conocimiento no tiene un valor cuantitativo y por eso se nos ha complicado el financiamiento. Las entidades de crédito buscan tangibles y los intangibles no son valorados, prefieren activos como casas, terrenos, autos...".

En Caditex, no obstante, están convencidos de que el talento humano del ecuatoriano es grande. "Somos imaginativos y eso nos permite salir adelante en cualquier situación", dice Méndez.

El estudio Global Entrepreneurship Monitor GEM Ecuador 2013 trae datos respecto al registro y formalización de negocios. La investigación señala que en el 2013, un 11,1% de emprendedores se suscribieron al Régimen Impositivo Simplificado Ecuatoriano (RISE) y que un 16,8% había obtenido una patente municipal. Estas tasas se han incrementado con respecto a lo observado en el 2012.

Incluso, agrega el estudio, "un 21% de los emprendedores afirmaron que sus negocios estaban registrados en al menos uno de los dos sistemas, casi duplicando a lo observado en el 2012".

Para Luis Cruz, fundador de la empresa de mantenimiento industrial preventivo Insercruz, los inicios de su emprendimiento fueron complicados. Él compara la tramitología con un laberinto y señala que el acceso al crédito resultó complejo. "Para una empresa que está empezando resulta casi imposible cumplir las exigencias".

Este emprendedor añade que cuando la empresa empezó a dar frutos económicos, en los bancos, especialmente privados, sí se ofreció ayuda, "pero los plazos e intereses son un obstáculo". En la banca pública, en cambio, no existen créditos para empresas prestadoras de servicios aunque sean innovadoras, lo que se convierte en un gran obstáculo.

En el tema del financiamiento, el estudio desarrollado para Ecuador por la Espae Graduate School of Management, indica que hay mucho por hacer. Allí se sugiere que las políticas orientadas hacia el financiamiento de emprendimientos noten las diferencias entre: capital semilla, capital de riesgo o inversiones ángeles y financiamiento tradicional. Esto, porque cada etapa está asociada con un distinto nivel de riesgo y por ende las condiciones serán diferentes.

También se recomienda mayores niveles de capital semilla para crear, no solo más empresas, sino de mayor tamaño y que pueden ser más dinámicas. Además, es importante que se fomenten redes de inversionistas ángeles desde el Gobierno, las escuelas de negocios o los mismos emprendedores.

El talento humano es otro de los elementos cruciales en el tema del emprendimiento. Los emprendedores, según el estudio, tienen la percepción de que cuentan con los conocimientos y habilidades necesarios. Sin embargo, el GEM sostiene que existen muchos retos.

Entre otros está la idea de formar a los emprendedores para que amplíen su horizonte hacia los mercados internacionales. Allí, el trabajo empieza desde la escuela y el colegio, y se refuerza en la universidad. También es necesario entender que no todas las personas son emprendedoras, pero sí pueden aportar como intraemprendedores o como mano de obra altamente calificada.