El BID pronostica que entre 2016 y 2019 el crecimiento será de 3% Anual. Por ende, se alejan las épocas de la bonanza, entre 2003 y 2008, cuando el ritmo subió al 4,7% anual. Foto: Marcelo sayao/ EFE

El BID pronostica que entre 2016 y 2019 el crecimiento será de 3% Anual. Por ende, se alejan las épocas de la bonanza, entre 2003 y 2008, cuando el ritmo subió al 4,7% anual. Foto: Marcelo sayao/ EFE

Economías de América Latina estarían de regreso al pasado

30 de marzo de 2015 12:27
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Un parte que podría calificarse como inquietante fue el que recibieron el pasado 28 de marzo en Corea del Sur los ministros de Hacienda de América Latina y el Caribe que asistieron a la Asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo. El mensaje está contenido en un documento técnico, elaborado por los economistas de la institución multilateral, que lleva el título de ‘El laberinto’.

Según la Real Academia, la palabra de origen griego describe un “'lugar formado artificiosamente por calles y encrucijadas, para confundir a quien se adentre en él, de modo que no pueda acertar con la salida”'. Tal parece que ese es el caso de las economías de la región, muchas de las cuales están experimentando problemas.

Un menor ritmo

El síntoma más notorio es la caída en la tasa de crecimiento. De acuerdo con el pronóstico del Fondo Monetario Internacional, el Producto Interno Bruto regional debería aumentar apenas en 1,3% este 2015, una cifra muy inferior al promedio mundial.

La desaceleración no es nueva. “Completamos cinco años en los que el desempeño del periodo actual, es peor que el visto en el inmediatamente anterior”, explica José Juan Ruiz, el economista jefe de la institución.

Si se miran las cosas con un lente más amplio, es fácil afirmar que el área retornó al pasado. El alza del PIB entre 2010 y 2015 sería del 3,1% en promedio, muy similar al 2,9% observado entre 1990 y 1999.

Y la situación no mejora. El BID pronostica que entre 2016 y 2019 el crecimiento sería de apenas 3% por año. En consecuencia, se ven lejanas las épocas de la bonanza sucedida entre 2003 y 2008 cuando el ritmo subió al 4,7% anual.

Las razones son conocidas. La caída en los precios de las materias primas que exportan sobre todo las naciones suramericanas ha sido profunda. Petróleo, cobre, soya o maíz se encuentran muy por debajo de sus máximos recientes y los modelos usados para hacer pronósticos no permiten vislumbrar una recuperación pronta.

Pocas opciones

Al mismo tiempo, la política monetaria que usan los países más ricos es divergente. Mientras todo apunta a una tasa de interés más alta en Estados Unidos, Europa se encuentra inundada de liquidez, por cuenta de la estrategia usada por el Banco Central Europeo. Eso ha impactado las tasas de cambio de las monedas nacionales, tanto frente al dólar como frente al euro.

Teniendo en cuenta que la deuda externa, sobre todo del sector privado, subió mucho en tiempos recientes, es posible que algunas firmas tengan dificultades para pagar sus acreencias. Y aunque en principio sería fácil emitir papeles en otra divisa y acudir al Viejo Continente, la experiencia sugiere que no es tan fácil salir del billete verde.

Sea como sea, los bancos centrales latinoamericanos tienen menos cartas en su mano para estimular las economías de la región. Apretar o aflojar los intereses no solo tiene implicaciones cambiarias, sino que la inflación se encuentra por encima de los objetivos fijados por las autoridades, en la mayoría de los casos.

Y si por aquí llueve, por el lado de la política fiscal no escampa. El superávit que llegó a existir en las cuentas públicas ha desaparecido y los saldos en rojo se hacen más evidentes.

Según el BID, entre 2007 y 2014 el gasto oficial en América Latina y el Caribe subió en el equivalente de 3,7 puntos del PIB. Lamentablemente, la mayor parte de ese incremento se fue en salarios y subsidios, mientras que al capítulo de la inversión apenas se destinaron 0,3 puntos porcentuales. Tal realidad hace que los recortes sean difíciles de hacer.

Más de lo mismo

No obstante, hay que poner la casa en orden. Dependiendo de la realidad de cada país, el Banco sugiere recortes o conseguir más ingresos, a través de una mejor administración tributaria.

Pero quizás la mejor opción es la de “hacer más con lo mismo”, según las palabras del presidente de la entidad, Luis Alberto Moreno. Aunque la afirmación pueda parecer un contrasentido, hay un gran espacio para mejorar la eficiencia del gasto social.

En el documento que fue entregado a los ministros se observa que tanto en salud como en educación, al igual que en estrategias de lucha contra la pobreza, hay desperdicios. Un ejemplo es que hay subsidios para familias que no los merecen o prácticas que estimulan la informalidad.

Y adicionalmente, están pendientes las mejoras en productividad, que tienen su propia lista de recetas. La calidad de la educación, el acceso al crédito, los cuellos de botella en la infraestructura, todos forman parte de los elementos que le cuestan al crecimiento regional un par de puntos porcentuales al año.

La pregunta, entonces, es si hay voluntad de hacer las tareas pendientes. Y aunque ninguna es fácil, el mensaje que se escuchó en Corea del Sur es que si las naciones latinoamericanas se quedan con los brazos cruzados, les va a ser muy difícil salir del laberinto.

Al otro lado del Pacífico

Una posibilidad que tienen las naciones latinoamericanas para mejorar su desempeño económico es mirar más hacia el Asia, sostuvo en la noche del pasado 28 de marzo en Busán el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno.

Durante la sesión inaugural de la Asamblea de la entidad, el exministro colombiano abogó por ''una relación más equilibrada en lo comercial, basada en el largo plazo y en la construcción de lazos perdurables''.

En su intervención, el funcionario internacional reconoció el peso creciente del continente más populoso del mundo en la región. Señaló que las exportaciones hacia los mercados asiáticos pasaron del 5 al 19% del total entre 2000 y 2012, mientras que las importaciones evolucionaron del 11 al 27%.

El comercio bilateral es el segundo más importante, después del de Estados Unidos y ya superó al que se tiene con la Unión Europea.

No obstante, hay que hacer más para vender bienes latinoamericanos con mayor valor agregado.

En ese propósito se destacó el ejemplo de Corea, que hace algo más de medio siglo tuvo un punto de partida similar al de la mayoría de naciones de la región y que hoy tiene un ingreso por habitante que casi triplica el América Latina.

Nada de eso será posible, afirmó Moreno, si el acertijo de la productividad no se resuelve. Desde la educación hasta la infraestructura se encuentran en la lista de tareas pendientes.

Por otra parte, el presidente del Banco destacó el papel del sector privado, con el cual el BID quiere trabajar más de cerca. ''La ecuación no está completa si olvidamos (ese) liderazgo'', afirmó.

Dependiendo de las aprobaciones que consiga, la institución debería aumentar el volumen de créditos en América Latina y el Caribe. En el 2014 financió 168 proyectos por un valor superior a los USD 13 800 millones.

Alianza para nueva línea de financiamiento

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Gobierno de Corea expandieron su actual y efectiva asociación con el establecimiento de una nueva línea de crédito de USD 100 millones.

El presidente del BID Luis Alberto Moreno y el viceprimer ministro y ministro de estrategia y finanzas de Corea, Choi Kyung Hwan, pusieron en marcha el Mecanismo de Cofinanciamiento para el Desarrollo de Infraestructura de Corea para América Latina y el Caribe.

Se espera que esa nueva línea de financiamiento, que tendrá un fondo inicial de USD 100 millones, sirva de plataforma principal de cofinanciamiento entre el BID y Corea, permitiendo a los socios financiar proyectos en una variedad de sectores para contribuir al desarrollo de la región.