Dennis RodrÍguez P. -Desde Caracas, EL COMERCIO
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Cuentas poco claras

En Venezuela, todo se según el cristal con el cual se mire. Y la economía no resulta una excepción, en el país más polarizado de América Latina.

Por un lado, el presidente Hugo Chávez, quien está en plena campaña en busca de su tercera reelección hasta el 2019, ha dicho en estos días que la economía venezolana "es una de las más fuertes del mundo". Las proyecciones oficiales apuntan a que el país puede alcanzar un 5% de crecimiento del PIB en este año.

Y, por otro, analistas especializados van más allá de los indicadores del 2012 y machacan sobre lo que consideran manejo errático de la economía.

En su análisis 'La tragedia de un mal gobierno', el portal Entorno Inteligente cuestiona la gestión del chavismo. "La más grande tragedia que ha vivido Venezuela en los últimos 14 años es tener un gobierno inepto, que ha despilfarrado la mayor bonanza petrolera de la historia (...)".

El sitio se refiere al destino del billón de dólares que, según cálculos conservadores, ingresaron a las arcas del Estado como resultado de las ventas de crudo a lo largo de la administración bolivariana.

En el país no se observan obras de enorme calado y los retrasos son una constante en las que se hacen. Asimismo, la reciente tragedia en la refinería de Amuay, en el estado de Falcón, donde fallecieron al menos 41 personas, prendió las alarmas por la presencia de una 'bomba de tiempo' que amenaza a la infraestructura petrolera, que es la principal fuente de divisas. Un gigante petrolero con pies de barro, resumió el diario francés Le Monde.

El siniestro evidenció el envejecimiento y la falta de mantenimiento de las instalaciones del gigante estatal Pdvsa, que se ha convertido en una vaca lechera de la que se extraen fondos de manera ilimitada.

Entorno inteligente coloca sobre el tapete más datos reveladores. Así, la 'revolución bolivariana' empujó hacia la quiebra a 4 000 empresas industriales. Además, con su política de control de precios arruinó a los productores agropecuarios y ocasionó la caída de la producción de alimentos y la consiguiente dependencia de las importaciones. Venezuela compra, según diversas fuentes, entre el 70 y el 90% de lo que consume.

La bonanza petrolera ha permitido paliar los impactos de las políticas oficiales. Pero no ha servido para aliviar la situación de seis millones de venezolanos que no tienen un empleo digno y que sobreviven en la economía informal. Tampoco ha sido útil para frenar la inseguridad en un país que exhibe cifras de muertes propias de un Estado en guerra, pues al menos 53 personas fallecen cada día a causa de la violencia.