Escandón transformó el negocio desde una pequeña tienda de venta de máquinas de coser usadas, a una de las principales distribuidoras para la industria textil. Fotos: Joffre Flores/ LÍDERES

Escandón transformó el negocio desde una pequeña tienda de venta de máquinas de coser usadas, a una de las principales distribuidoras para la industria textil. Fotos: Joffre Flores/ LÍDERES

Redacción Guayaquil
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La diversificación, su estrategia

4 de enero de 2017 10:54

En 22 años, esta compañía evolucionó vertiginosamente, desde un pequeño local de venta de máquinas de coser y repuestos usados, a una de las principales proveedoras para la industria textil ecuatoriana y la principal comercializadora de calculadoras. En el camino, Macoser encontró en la diversificación el secreto para sortear crisis y ganar mercado.

La firma nació en un estrecho local en las calles Rumichaca y Quisquis, en el centro de Guayaquil. Al poco tiempo, y con la confianza de una creciente clientela,dejó la venta de cosedoras usadas y comenzó a empezó a importar las máquinas, primero desde Estados Unidos. Lo hacía directamente, sin tener distribución directa. Pero no era suficiente. Para el 2000 la todavía pequeña empresa vio que necesitaba darle un giro al negocio, un ritmo diferente. La crisis bancaria y la dolarización también la empujaron a cambiar. Estos dos factores provocaron efectos negativos en la industria textil, porque llegaba una gran cantidad de ropa usada desde fuera, y la venta de máquinas de coser decayó.

La compañía buscó otro enfoque de negocios y lo halló, en parte, en la distribución exclusiva de marcas japonesas de máquinas de coser. Pasaron dos años hasta que la firma logró concretar negocios con la japonesa Brother, que fabrica cosedoras domésticas e industriales. Ahora es una de sus tres distribuidoras exclusivas en Ecuador.

Progresivamente la firma guayaquileña fue sumando la distribución exclusiva en Ecuador de otras 12 marcas de máquinas de coser y afines para la industria textil, provenientes de otros países, como Alemania e Italia.

La diversificación del negocio de Macoser empezó en el 2007. La compañía incursionó en la comercialización de equipos electrónicos, entre ellos televisores y aires acondicionados.

Dos años después, en el 2009, la firma decidió incorporar a su oferta la venta de calculadoras, un negocio que consideraba muy descuidado en el país. “Hicimos varios viajes a Japón para convencer a los fabricantes de tener la distribución en Ecuador. A la compañía Casio le presentamos un interesante plan de negocios, y luego de más de cuatro citas en Japón, los convencimos”, menciona Carlos Escandón, presidente de la compañía. Ese plan de negocios incluía un proyecto interesante que según escandón finalmente convenció a los japoneses. Se trataba de un proceso a través del cual se capacitaba a los profesores de matemáticas de colegios del país, sobre el uso de las calculadoras. En el negocio de la venta de estos equipos, el nicho de los maestros y estudiantes es fundamental.

Según Escandón, cuando empezaron con la venta de la marca japonesa de calculadoras, esta tenía solo el 6% del mercado ecuatoriano. Ahora, afirma el ejecutivo, tiene el 85% del mercado, y Macoser es su distribuidora exclusiva.

Aunque la distribución de esta marca de calculadoras no es la principal fuente de ingresos de la compañía, sí ha sido la excusa para impulsar un plan de capacitación a los maestros que ha ganado reconocimientos, uno de ellos del Ministerio de Educación.

A través del proyecto de capacitación sin costo a profesores de matemáticas se replica los conocimientos a los estudiantes. La instrucción a los maestros está a cargo, a su vez, de profesores politécnicos contratados por la firma. A la fecha, mediante el proyecto se ha capacitado a alrededor de 3 000 maestros de planteles secundarios del país.

Dentro del proyecto de capacitación, la compañía organiza una vez al año una olimpiada colegial de matemáticas. “La calculadora es una herramienta importante para mejorar la capacidad de aprender. No pensamos solo en vender, creemos que ayudamos a mejorar la calidad de la educación en el país”, considera Escandón.

Este proyecto con los maestros y las cifras de la compañía llamaron la atención de los directivos de la firma japonesa. Takatomo Miyakawa, gerente general de la división Casio Calculadoras manifestó, durante una reciente visita al país en noviembre, que la estrategia de Macoser les ha servido como ejemplo para otros mercados. “Estamos muy contentos con el desempeño de la compañía”, manifestó.

La compañía replicó la idea de la capacitación en el manejo de las máquinas textiles. La compañía creó un programa para maestros y estudiantes de academias de costura en el país. A la fecha, a través de estas instruido, se ha llegado a unos 2 000 alumnos, y 300 docentes, en dos años.