El emprendimiento tiene una producción mensual de  3 000 fundas, que se elaboran en un taller de costura, aliado, ubicado en el norte de Quito. Foto: Julio  Estrella / LÍDERES

El emprendimiento tiene una producción mensual de 3 000 fundas, que se elaboran en un taller de costura, aliado, ubicado en el norte de Quito. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

En 2020 diversificaron sus productos ecológicos

13 de enero de 2021 12:31

El cambio hacia un estilo de vida amigable con el ambiente comienza en casa. En 2018, Elizabeth Mera y su hija, Lizbeth Correa, decidieron dejar de usar bolsas plásticas para sus compras y empezar a elaborar sus propias fundas de tela para uso personal. Esa idea se convirtió al poco tiempo en un negocio sustentable.

Correa, estudiante de biología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, fue quien incentivó a su madre a dejar los plásticos de un solo uso, como las bolsas plásticas. Al no encontrar quién las hiciera de tela, Mera se animó a hacerlas ella misma en algodón, y así empezó a llevarlas al supermercado, donde algunas personas le preguntaban por las fundas, hasta que una mujer le pidió que le fabricara una.

Ese primer pedido fue un impulso para emprender el pequeño negocio, que bautizaron como I’m Green y al que Correa ve más como un proyecto para generar un cambio de conciencia en la gente, sobre el impacto que genera el plástico en la contaminación ambiental. Familiares y amigos fueron sus primeros clientes.

Para lograr producir en mayores cantidades, en mayo del 2019 se aliaron con un grupo de tres costureras, que tienen un taller en el norte de Quito.

Industria Piolera Ponte Selva es uno de sus proveedores de lienzos y lonas 100% algodón. Le compran cerca de 100 metros de tela semanales, dependiendo de la demanda de productos, indica Fabián García, asesor comercial de la compañía textil.

En la primera producción, de 500 fundas, invirtieron USD 300. Desde el comienzo han vendido sus fundas en kits de cinco unidades, las cuales varían en tamaño y estilo; las hay de malla para los vegetales, y en lienzo, para llevar pan, granos o frutos secos. El costo del kit es de USD 12. También, ofrecen un kit de dos fundas con puntas redondeadas, que funcionan como filtros para preparar leches vegetales.

El ingreso de la marca en mayo del 2019 a Wiksi, un ‘marketplace’ exclusivo para productos artesanales, les ayudó a darse a conocer, recuerda Mera. Además de este portal de comercio electrónico y las redes sociales, llegan a los consumidores a través de 17 tiendas ecológicas, físicas y virtuales, lo que les permite estar en importantes ciudades del país.

I’m Green tiene una producción mensual de 3 000 fundas. El pasado año, durante los meses más fuertes de la pandemia, la marca amplió su oferta de productos para llegar a un público más amplio. Entre los artículos que lanzaron hay estuches para cubiertos, elaborados con retazos de telas, estilo lona, que permite llevar los cubiertos desde casa a cualquier parte.

También, rondas desmaquillantes, en tela 100% algodón, y toallas de cocina; ambos productos, reutilizables.

Gracias a la alianza con otras marcas, están desarrollando fundas para entrega de zapatos, cosméticos, joyas, sombreros, entre otros productos. Estas fundas son personalizadas con el logo de la marca y el estilo solicitado.

Lizbeth Correa y Elizabeth Mera, copropietarias del emprendimiento I´m Green , de fundas de tela, que opera comercialmente desde el 2019.

Lizbeth Correa y Elizabeth Mera, copropietarias del emprendimiento I´m Green , de fundas de tela, que opera comercialmente desde el 2019.

Uno de estos clientes es Taytta Hats, que vende sombreros de paja toquilla y paño para el mercado nacional e internacional (Estados Unidos, Canadá, México, Australia y países de Europa). “Valoramos mucho el trabajo de I’m Green, es 100% de calidad y es una empresa muy cumplida. Les hacemos pedidos de entre 200 y 300 bolsas ecológicas cada tres meses”, indica Marjorie Reyes, copropietaria de la empresa.

Una de las tiendas en línea que ofrece los productos del emprendimiento de fundas de tela es Zero Waste Store, para la que han elaborado productos exclusivos y personalizados. “Hemos crecido juntos. Sus artículos son muy importantes para mi tienda, son de algodón de alta calidad y local”, comenta Diana Godoy, propietaria del comercio electrónico.

Como consecuencia de la pandemia, 2020 fue un año de altibajos para I’m Green, cerrando con una facturación de USD 10 900, que esperan duplicar este año, asegura Elizabeth Mera.
Otra afectación de la emergencia fue que paralizaron sus planes de exportación, que ahora están retomando. Se encuentran en conversaciones para concretar envíos hacia Holanda y Portugal. A la par, están en proceso para certificarse como exportadores.

“Me gusta crear consciencia ambiental” 
Lizbeth Correa / Cofundadora

Tengo 25 años y estudió biología en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. La idea de crear I´m Green surgió porque gracias a mi carrera solía ver documentales y leer sobre la contaminación que producen los plásticos en los océanos. Por eso, le propuse a mi mamá dejar de usar plásticos de un solo uso en casa, comenzamos con este proceso en 2016. Dos años después dejamos definitivamente las bolsas plásticas y a finales de ese año comenzamos a elaborar las fundas de tela para vender, en kits. En I´m Green me encargo de buscar nuevos productos y estilos para desarrollar, coloco los cordones a las fundas y ayudo a armar los kits; los entregamos en fundas de papel o cajitas de cartón. Lo mejor de esta experiencia es que me gusta que la gente tenga concientización sobre el impacto del plástico en el ambiente y que piensen que estas fundas de tela les pueden durar hasta un año; luego incluso se pueden cortar en trozos y compostar. Para este año queremos rediseñar nuestro catálogo, innovar, y llegar a más ciudades pequeñas del país.