Uno de los estands que estuvieron presentes en la galería donde se mostraron  los proyectos. Se ubicó en Guayaquil. Fotos: Cortesía Premio Latinoamérica Verde

Uno de los estands que estuvieron presentes en la galería donde se mostraron los proyectos. Se ubicó en Guayaquil. Fotos: Cortesía Premio Latinoamérica Verde

La economía verde requiere de inversiones en la región

29 de agosto de 2018 09:45

La edición 2018 de los Premios Latinoamérica Verde registró 2 733 proyectos sociales y ambientales que inscribieron representantes de 713 ciudades de Latinoamérica y el Caribe.

En el Puerto Santa Ana, ubicado en el centro de Guayaquil, se desarrolló una galería en la que se destacaron los 500 mejores proyectos que ingresaron al ranking y grupo de finalistas.

La exposición se extendió por tres días.

El encuentro incluyó charlas sobre las historias detrás de la ejecución de estos proyectos exitosos, un diálogo de “economía verde”, una plataforma de negocios sostenibles y la gala de premiación.

Los ganadores fueron los representantes de proyectos de Guatemala, Colombia, Haití, México y Venezuela.

La iniciativa ecuatoriana Galápagos 2050, de la Fundación Charles Darwin, fue una de las finalistas en la categoría Agua. Esta iniciativa recibió el reconocimiento Protagonistas, junto con proyectos de Chile y Haití.

Y que en la categoría Desarrollo Humano, la otra iniciativa ecuatoriana finalista fue la microfranquicias de mujeres para la recolección de aceite de cocina usado.

Matile Moor, directora de Desarrollo Sostenible y Resiliencia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que en la actualidad existen economías que aún están basadas en la actividad extractiva, sobre recursos naturales que no necesariamente tienen valor agregado e incluso tienen impacto negativo en el medio ambiente y no son inclusivas socialmente.

Pero, considera que hay un cambio fuerte en la región hacia alternativas más audaces en materia de sostenibilidad, lo que ha implicado un cambio de mentalidad en el sector privado y público.

“Las políticas que se están fomentando a partir de diferentes gobiernos son sumamente importantes. Como quitar subsidios dañinos y montar sistemas de incentivos. Hay países que llevan haciendo esto por años y hay resultados muy interesantes”, dice.

Menciona a Costa Rica y su programa de apoyo al mantenimiento de los bosques, que implementa desde hace dos décadas.

Asegura que en el contexto de las negociaciones por el cambio climático, ese país se convertiría en carbono-neutral.

La organización que dirige Moor atiende a 34 países y territorios en América Latina y el Caribe, y ha evaluado los diferentes contextos.

De acuerdo con la especialista, en unas naciones hay restricciones más fuertes, principalmente en el ámbito financiero. Y la “agenda verde” requiere de inversiones importantes.

“Uno de los desafíos es cómo hacemos un ‘match’ entre las inversiones necesarias, los proyectos que están ahí afuera y la financiación disponible”, analiza.

Recomienda los proyectos de envergadura, pues considera que hay espacio para hacer una producción más sostenible para grandes industrias.

Actualmente, muchos de los proyectos hacia una economía sostenible se orientan al cambio climático y también a iniciativas sobre energías renovables.

El mercado se ha ido adaptando a estas dinámicas, en una reducción de los precios de paneles solares en el contexto mundial.

En el área de eficiencia energética, por ejemplo, Uruguay es un caso que destaca la organización. En la nación sureña se trabajó en un cambio legislativo para facilitar la inversión en energía renovable.

“Hoy, es un país cuyo 98% de electricidad es producida por renovables”, complementa Moor.

La producción agrícola es otro de los segmentos hacia donde se orientan las inversiones, a través de los llamados “green commodities” y cómo se puede producir de manera más inclusiva en términos sociales. En esto, se incluyen el ganado y la palma africana.

Al comparar al continente americano con Europa, señala Moor, que aún se puede ser “más audaz” para abordar los proyectos y acceder a las nuevas tecnologías.

Esto quedó sentado en las propuestas que se incluyeron en la edición de los premios.

Allí se exhibieron iniciativas como la casa inteligente con paneles y electrodomésticos solares; el área de niños y el área de arte, con esculturas creadas con chatarra por Federico Oporto y una exhibición fotográfica del venezolano Donaldo Barros con sonidos de la naturaleza.