Los estudios de Jean Tirole han arrojado luz sobre cómo se regulan los sectores dominados por pocas empresas. Foto: Stephen Jaffe / EFE
MARTA GARDE (I) París, AFP
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El economista que arroja luz sobre la competencia

La investigación es un universo que no conocía. Y la economía no fue para mí una elección natural", llegó a decir el francés Jean Tirole, galardonado la semana pasada con el Premio Nobel de Economía 2014 por sus análisis del poder de los mercados y su regulación.

Nacido el 9 de agosto de 1953 en Troyes, Francia, de padre médico y madre profesora, Tirole vio en la economía una disciplina atractiva, que le fascinó como vínculo entre las matemáticas y las ciencias sociales.

"Poder enfrentarse a problemas teóricos exigentes, y por lo tanto intelectualmente apasionantes, y contribuir al mismo tiempo a la toma de decisiones es muy atractivo", afirmaba quien en 1981 se doctoró en Economía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Ese centro, en el que firmó la tesis 'Ensayos en teoría económica', cuenta con un total de 80 premios Nobel entre sus alumnos y profesores.

Tirole es el tercer francés que logra el reconocimiento, tras Gérard Debreu (1983) y Maurice Allais (1988), y aunque su libro 'The Theory of Industrial Organization' es obra de referencia sobre la organización industrial y la competencia, se destaca por su extrema discreción y su escasa exposición mediática.

Autor de más de 160 publicaciones científicas en grandes revistas internacionales, de una decena de libros y de más de medio centenar de discursos, el francés considera que ha tenido la suerte de "estar en el momento y en el lugar adecuados".

Su carrera empezó en un momento en que "dos interesantes teorías matemáticas pasaron a primer plano: la Teoría de Juegos y la Teoría de la Información", de las que se ha convertido en uno de los mayores expertos en su aplicación. Ambas ramas le permitieron, según añadió, utilizar un enfoque teórico y aplicado a la hora de analizar áreas específicas como la competencia, las finanzas o las crisis financieras.

La Academia sueca consideró que sus estudios han arrojado luz sobre cómo se regulan los sectores económicos dominados por pocas empresas y sobre la capacidad de los gobiernos para fomentar la competencia. De él se destacó también que demostrara teóricamente que la búsqueda de principios generales para todos los sectores, con reglas simples como la limitación de los precios de los monopolios, podía funcionar bajo determinadas circunstancias, pero también ser más dañina que beneficiosa en otras.

Pese a la aplicación práctica de sus teorías y a su defensa de la necesidad de adaptar las políticas a cada sector de la economía, el investigador suele evitar decantarse públicamente a favor de uno u otro candidato político. "Una proximidad con el mundo político puede hacer perder de vista que utilizamos un corpus científico para expresarnos".