Ecosistemas de emprendimiento e innovación ganan espacio en los centros universitarios. En el país ya se encuentran universidades que adaptaron sus modelos pedagógicos y mallas curriculares para incentivar en los jóvenes la importancia de romper paradigmas a través
de la innovación.

Proyectos ambientales, de informática e incluso de impacto social se basan en este componente que rompe paradigmas en las universidades. Diego Montenegro, catedrático de la Universidad de los Hemisferios, señala que la innovación es la principal estrategia para desarrollar el Modelo Estratégico Educativo en los siguientes 10 años. Esto significa que para la institución, la innovación no solo es un plan, sino una cultura y estilo de vida transversal que se aplica a todas las carreras y al pénsum académico.

La Universidad de los Hemisferios, por ejemplo, destinará en 10 años, entre 5% y 10% de sus ingresos a modelos de innovación.

Otras universidades también implementan el esquema de nuevos modelos educativos innovadores. La Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) utiliza el programa Aprendizaje basado en problemas. Este consiste en que los docentes se conviertan en facilitadores de contenido, y los estudiantes son quienes se apropian de los contenidos en clase. Ricardo Hidalgo, rector de esta universidad, señala que este modelo ayuda a cambiar la metodología de la enseñanza y además fortalece la creatividad y el pensamiento crítico. El programa se instaló en los estudios de Medicina y Odontología; está previsto incorporarlo paulatinamente en otras carreras.

En la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) se construye la Jungla de Innovación. Este proyecto consiste en tomar el conocimiento y la ciencia para crear un ecosistema innovador. “Para esto, la estrategia no solo se centra en fomentar una cultura afín a la creatividad, sino formar grupos de asociatividad que compartan intereses comunes y diversos, y que estos dependan de la interacción y originalidad”, explica Juan Pablo Salgado, vicerrector de Investigación de la UPS.

Para dar vida a este proyecto, la universidad ya puso en marcha la generación de una comunidad con aproximadamente 800 estudiantes de los 24 000 que tiene a escala nacional. Allí trabajan en ideas innovadoras. También se implementó el Coworking Space, en donde los innovadores -sean egresados o de otras universidades- interactúan. Y el Boot Camp, programa de emprendimiento que desarrolla los proyectos. El paso final es conformar un espacio en el que los estudiantes desarrollen modelos de negocio y busquen financiamiento para llevarlos al mercado.