La semana pasada se desarrolló en Quito el foro Disrupción, Innovación aplicada para todos. Allí se habló de la necesidad de crear una cultura de creatividad en las organizaciones. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

La semana pasada se desarrolló en Quito el foro Disrupción, Innovación aplicada para todos. Allí se habló de la necesidad de crear una cultura de creatividad en las organizaciones. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

Ecuador trabaja para mejorar los indicadores de innovación

23 de junio de 2017 18:24

La situación no varía. Ecuador se mantiene rezagado en el Índice Mundial de Innovación. Este año, el país se ubicó en el puesto 92 entre 127 economías analizadas.

Si bien hubo una ligera mejora frente al 2016, cuando Ecuador ocupó el puesto 100, los datos dejan ver que el país se mantiene bastante atrás en esta materia.

La clasificación anual, divulgada por décima vez por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en colaboración con la Universidad de Cornell de EE.UU. y la escuela de negocios francesa Insead, evalúa el grado de innovación en 127 economías mediante docenas de parámetros, que van desde la presentación de solicitudes de patentes al gasto en educación. Suiza es por séptimo año consecutivo el líder absoluto de la clasificación 

En Ecuador, el tema se analiza con detenimiento e inquietud. En la Subecretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación señalan que el índice de la OMPI cuenta con parámetros que miden realidades distintas a las de países como el nuestro, es decir, no son comparables. “Se toman además datos relegados, lo cual genera que los reportes estén desactualizados para muchos países, entre estos el Ecuador”.

Para Camilo Pinzón, director de EDES Business School de la UTPL y vocero de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación, la ubicación de Ecuador en el índice se debe a cuatro variables: la seguridad jurídica, que tiene una percepción negativa; la capacidad de generar conocimiento científico, que tiene mucho por avanzar; la inversión en educación, en especial en bachillerato y universidad, que debe ser mayor; y la poca inversión privada en investigación y desarrollo (I+D).

Según Pinzón, si el país se enfoca en mejorar esos puntos críticos “mejoraremos en el ranking de innovación”. Este analista señala que es necesario que la academia, el sector público y la empresa privada trabajen de manera coordinada. Si ese triángulo funciona, la innovación despunta y se generará riqueza y bienestar. Eso es lo que ocurre en los países que lideran temas de innovación”.

Otra mirada es la de Nelson Baldeón, vocero en Ecuador del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Él considera que es complicado hacer innovación con un discurso político, socialista en este caso. “La innovación, la producción y la competitividad se dan con mercados abiertos, acuerdos comerciales, apertura de fronteras”.

El vocero del MIT añade que toda innovación se da de manera espontánea y natural y cita como ejemplo Silicon Valley, en Estados Unidos, donde los investigadores y científicos inventan algo y ven si funciona y si no es así siguen buscando, trabajando: “Claro que hay regulaciones, pero no se puede normar la innovación”.

Al respecto, la Subecretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación cree que la regulación es necesaria, pero reconoce que se debe simplificar la normativa.

Para el presidente de la Cámara de Industrias y Producción, Richard Martínez, un marco jurídico ayudará. “Es oportuno plantear una ley de quiebras de tal manera de que quienes se arriesguen a innovar y emprender tengan un marco jurídico que los respalde”.
Creatividad y diversión

Los ejemplos ayudan a entender lo que es la innovación y algunos se presentaron la semana pasada en el foro Disrupción, Innovación aplicada para todos, en Quito.

Un ejemplo que se contó en el encuentro fue el de un equipo de cirujanos que buscaba ser más eficiente y decidió copiar el modelo de trabajo de los equipos técnicos de pits de Fórmula 1. Ellos se demoran segundos en cambiar los neumáticos de los autos.

Este ejemplo sirve para demostrar cómo enfocarse en una sola cosa, trabajar todos en sincronía, bajo presión y con la coordinación de una persona. “Encontrar este tipo de soluciones es innovar, asegura Alex Grots, experto en Design Thinking (método de diseño en empresas) y metodologías ágiles para innovar e implementar resultados tangibles en grandes corporaciones y start ups”.

La innovación en las empresas, a decir de Grots, pasa por fases como la exploración y la explotación de la idea y se trata de tomar decisiones –pese a una gran incertidumbre– sin saber cuál será el resultado.

Para fomentar la innovación en las corporaciones, aconseja Grots, se debe crear una cultura de creatividad en los colaboradores, como lo hacen firmas como Alphabet, propietaria de Google.

Además, las ideas innovadoras deben tener resultados tangibles y, por sobre todo, deben ser divertidas. “La diversión puede cambiar el comportamiento de las personas”, señala el experto. Es decir, todas las ideas, además de ofrecer soluciones, deben ser entretenidas para que las personas quieran usarlas.

Chile y Costa Rica, los mejores de la región

GINEBRA , EFE (I)

Chile y Costa Rica son un año más las economías latinoamericanas más innovadoras, seguidas de México, aunque han perdido posiciones con respecto a 2016, según el Índice Mundial de Innovación, de la OMPI.

Suiza, Suecia, Holanda se ubican en los tres primeros lugares. Les siguen EE.UU., el Reino Unido, Dinamarca, Singapur, Finlandia, Alemania e Irlanda.

Chile se sitúa en el ránking mundial en el puesto 46, lo que significa dos posiciones menos que el año anterior, en tanto que Costa Rica ha perdido incluso ocho puestos, hasta el 53. México sin embargo, el tercer país latinoamericano en el ránking, ha escalado tres posiciones, hasta el puesto 58.

Le siguen Panamá (63), Colombia (65), Uruguay (67), Brasil (69), Perú (70), Argentina (76), República Dominicana (79), Jamaica (84), Paraguay (85), Trinidad y Tobago (91), Ecuador (92), Guatemala (98), El Salvador (103), Honduras (104) y Bolivia, el último país latinoamericano en el ránking, se sitúa en el puesto 106.

En los últimos años, las clasificaciones del Índice Mundial de Innovación en la región no han mejorado significativamente con respecto a otras regiones, y actualmente ningún país de América Latina y el Caribe presenta mejores resultados en innovación con respecto a sus niveles de desarrollo.

El informe destaca que las principales economías de América Latina y el Caribe (Chile, México, Brasil y Argentina) presentan resultados particularmente importantes en lo que respecta a instituciones, infraestructura y desarrollo empresarial.

Chile, México, Brasil y Argentina presentan asimismo buenos resultados en cuestiones relativas a capital humano e investigación, como pueden ser la calidad de las universidades, el número de estudiantes que siguen estudios superiores y la existencia de empresas internacionales de Investigación y Desarrollo (I+D), y a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).

Ello es así “gracias a la calidad de los servicios estatales por Internet, que atraen a un gran número de usuarios”, resalta el texto presentado por la OMPI.

Economías subsaharianas

En general, el índice de innovación revela que sigue habiendo un desfase en la capacidad innovadora entre países en desarrollo y desarrollados, y califica de mediocre la progresión general en actividades de investigación y desarrollo, tanto a nivel estatal como de las empresas.

“La innovación es el motor del crecimiento mundial, cada vez más dependiente de los conocimientos, pero son necesarias más inversiones para promover la creatividad humana y el rendimiento económico”, sostuvo el director general de la OMPI, Francis Gurry.

Un grupo de economías de ingresos medianos y bajos ha obtenido resultados considerablemente mejores en innovación que lo que habría podido pensarse: en total 17 economías pueden calificarse de “artífices de innovación” este año, lo que constituye un ligero incremento respecto de 2016. Nueve proceden de la región de África subsahariana, incluidos Kenia y Ruanda, y tres economías proceden de Europa del Este.

No lejos de gigantes de la innovación como China, Japón (14) y Corea del Sur (11) se encuentran varias economías asiáticas, entre otras, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia, Filipinas y Vietnam, que se están movilizando para mejorar sus ecosistemas de innovación.