El cacao arriba es el primer producto que obtuvo denominación de origen en el país. El grano se tuesta en las haciendas productoras, que están en zonas como Vinces y Naranjal. Foto: Archivo / LÍDERES

El cacao arriba es el primer producto que obtuvo denominación de origen en el país. El grano se tuesta en las haciendas productoras, que están en zonas como Vinces y Naranjal. Foto: Archivo / LÍDERES

Carolina Enríquez y
Evelyn Tapia Zurita (I)
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Ecuador oferta cinco productos con denominación de origen

12 de marzo de 2019 10:02


Cacao arriba, sombreros Montecristi, maní de Transkutukú, pitahaya de Palora y café Galápagos son productos ecuatorianos que están bajo la figura de denominación de origen.

¿Qué significa? Que dichos ar­tículos, propios de un lugar específico, se diferencian de los demás del mundo por características peculiares como su sabor, calidad, aroma, color, etc.
Según el Servicio Nacional de Derechos Intelectuales (Senadi), para que un bien obtenga características particulares influyen factores naturales como la humedad, la temperatura, la altura y factores humanos como los conocimientos tradicionales y las habilidades de los habitantes del lugar.

Alfredo Corral, abogado experto en propiedad intelectual, explica que “se otorga esta figura cuando un producto lleva el nombre de una zona geográfica específica. Son artículos que tienen un estatus por sus características”.

La denominación de origen garantiza que solo los productores de una área geográfica en especial puedan usar el nombre de la misma para distinguir a un artículo de otros. Por ejemplo, solo puede llamarse en el mundo cacao arriba al nacional; crece principalmente en Vinces (Los Ríos), Manabí, Esmeraldas y Naranjal (Guayas), según Francisco Miranda, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao (Anecacao).

En el mundo hay otros ejemplos: champagne es el licor que se produce en dicha zona francesa con ese nombre, en otros lugares se lo llama vino espumante.

Según el Senadi, la denominación de origen también permite que el precio de un producto en el mercado internacional sea mayor al que otros comunes. “Incrementa su valor hasta en un 30%, beneficiando de forma directa a pequeños y medianos productores” nacionales.

Para David López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito, hoy el consumidor está más consciente de los productos que adquiere y de toda su cadena de valor, por lo que valora aquellos que se diferencian de otros por sus especificidades.

“Les importa cómo se produjeron, de dónde vienen, qué características tienen, etc. Tener artículos con un valor agregado le permite al país captar compradores de mercados nicho. Estos bienes son rentables para toda la trazabilidad, toda la cadena”, dice.

La denominación de origen también es clave dentro de los acuerdos comerciales. Al suscribir el convenio con la Unión Europea (UE) se otorgó el beneficio para el cacao arriba nacional y 114 productos del bloque regional.

Así, nadie distinto a los productores y exportadores certificados de esta pepa pueden comercializarla en Europa. Si una industria quiere registrar en su etiqueta que el cacao con el que se elaboró su chocolate es de tipo arriba deberá realizar un pedido al Estado, a través de Senadi, explica Corral.

Esta entidad es la que se encarga de otorgar en el país la denominación de origen. La misma explicó que, actualmente, cuentan con solicitudes para obtener esta figura tres productos más, que se elaboran en las provincias de Zamora Chinchipe, Manabí y Carchi (ver más información en la página 11).

El proceso para solicitar una denominación de origen en Senadi se realiza en línea a través del sitio www.propiedadintelectual.gob.ec. La persona debe ingresar en ‘solicitudes en línea’, registrarse y seguir los pasos.

Actualmente, el proceso no tiene costo. La entidad hará análisis de fondo y forma, inspecciones para verificar el cumplimiento de condiciones y se emitirá el informe. “En virtud de eso se elaborará la resolución respectiva. Si la misma es favorable se emitirá el certificado de declaratoria de la denominación de origen propuesta” para un producto.

En febrero, el Ministerio de Agricultura y el de Producción lanzaron un acuerdo para impulsar la denominación de origen y hacer atractivos a los bienes.

Tres alimentos más están a la espera

Hace 11 años que en el país se expide el certificado de denominación de origen. El primer producto en obtenerlo y el que mejor se ha posicionado en el mercado internacional desde el 2008 es el cacao arriba.

“Somos el principal exportador de esta variedad, la certificación ayudó a que seamos más reconocidos y ha ayudado a posicionarnos en toda la cadena de chocolate”, explica Xavier Rosero, gerente técnico de la Federación de Exportadores (Fedexpor).

Desde el 2009 se han sumado cuatro productos, según el Servicio Nacional de Derechos Intelectuales (Senadi).

El último certificado se otorgó en junio del año pasado, a la pitahaya amarilla, una fruta que se produce en Palora, un poblado de la provincia de Morona Santiago.

Según el Senadi, tres productos están en proceso para obtener la certificación: el café de Palanda Chinchipe, de las zonas de Zumba y Palanda ( Zamora Chinchipe); el cacao de fortaleza del Valle, en Calceta (Manabí) y el queso amasado del Carchi.

La entidad además ha brindado asesoría a las productores que buscan solicitar la declaratoria para el Café que se produce en la localidad de Zaruma y de Loja.

Roberto Robalino, presidente de la Asociación de Productores de Pitahaya, con 700 agricultores, explica que el 90% de la pitahaya que exporta Ecuador es de la variedad que crece en Palora, por lo que considera que la denominación de origen ayudará a que la fruta se posicione en el exterior.

Robalino considera que de la mano con esta certificación, los productores necesitan que se abra el mercado chino, en donde se consumen grandes cantidades de fruta. “Hay sobreproducción de pitahaya, esa fruta podría entrar a China, pero se requieren permisos fitosanitarios, En diciembre, en la gira a China, el Gobierno prometió que se solucionaría esa barrera, pero aún no ocurre”.

Rosero señala que para que los productos agrícolas se posicionen no basta una certificación de origen. Se requiere un trabajo articulado con las entidades del Gobierno, que diseñen políticas de apertura de mercado y de promoción de exportaciones. “Los productores pueden tener mayor alcance si logran asociarse, homologar prácticas”.

Destaca que un trabajo arduo fue el que se realizó y todavía se realiza, para posicionar el sombrero de Montecristi, antes conocido como ‘Panama Hat’. “Antes a los productores no les querían comprar el producto si no tenía la etiqueta que diga Panama Hat, eso ha cambiado y los volúmenes de venta han crecido”, dice Rosero.