Juan Jung, coordinador de Asuntos Regulatorios de la Asiet y Cet.la. Foto: Cortesía / Asiet.

Juan Jung, coordinador de Asuntos Regulatorios de la Asiet y Cet.la. Foto: Cortesía / Asiet.

‘Ecuador tiene el reto de conectar a toda su población con la Internet’

26 de julio de 2015 16:55

En el marco del Congreso Latinoamericano de Telecomunicaciones 2015 realizado del 13 al 16 de julio en México, representantes de más de 26 países, incluyendo a Ecuador (con la Corporación Nacional de Telecomunicaciones), Juan Jung, coordinador del Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina (Cet.la) y de Asuntos Regulatorios de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet), analiza los desafíos regulatorios de este sector en la región y Ecuador.

¿Cuáles son los desafíos regulatorios que el sector de telecomunicaciones debe enfrentar en la región, en especial en Ecuador?
El desafío más grande que tenemos todos los actores vinculados con las telecomunicaciones y las tecnologías de la información en América Latina es el de cerrar la brecha digital. Necesitamos hacer que todos los ciudadanos puedan estar conectados, lo que indudablemente constituye una palanca para promover el desarrollo económico y social de nuestros pueblos. Los países en desarrollo, como son nuestras economías latinoamericanas, no pueden darse el lujo de quedar atrás en esta carrera.

En concreto, el gran desafío que tenemos es intentar igualar, o llegar lo más cerca posible, a los niveles de penetración de banda ancha fija y móvil de los países desarrollados en un futuro cercano. Tomando como referencia las proyecciones de penetración para Europa al 2020, ello representa un esfuerzo inversor considerable.

A través de un estudio que hemos desarrollado en el Centro de Estudios de Telecomunicaciones (Cetl.la), vemos que en Ecuador, los números sugieren una inversión en infraestructuras fijas y móviles del orden de los USD 962 millones promedio anual, para todo el sector, de aquí al 2020. Ello representa un 12% más de lo que invertiría la industria siguiendo su tendencia histórica, lo que representa un esfuerzo considerable que no puede ser abordado en forma aislada por alguno de los actores, sino que requiere que empresas, gobiernos y todos los ‘stakeholders’ relevantes cooperen.

El contexto en que debemos abordar ese desafío es complicado, dado que estamos presenciando un crecimiento considerable de tráfico sobre las redes, originado por mayor cantidad de usuarios y un uso intensivo de las redes, lo que demanda inversiones para aumentar la capacidad de transporte de las mismas.

Al mismo tiempo que los ingresos que perciben las operadoras por usuario se encuentran descendiendo (y la región registra niveles dentro de los más bajos del mundo). En paralelo, ciertos servicios provistos por las empresas de telecomunicaciones, como los de voz o mensajería, enfrentan cada vez más la competencia de jugadores que ofrecen servicios sobre Internet, que a diferencia de los primeros no se encuentran sujetos a los niveles regulatorios e impositivos de los primeros, y exhiben considerables dosis de poder de mercado.

Por tanto, para lograr cumplir nuestro objetivo de cerrar la brecha, necesitamos que gobiernos y empresas constituyan un clima de confianza, dado que un solo actor por sí mismo es incapaz de lograr semejante desafío. Y ese entorno propicio, deberá necesariamente brindar confianza y seguridad jurídica y crear las condiciones requeridas para el desarrollo de las necesarias inversiones.

Traducido a medidas concretas, nos referimos a un balance regulatorio entre todos los actores del ecosistema digital, que evite las asimetrías y promueva competencia sana entre los jugadores; se requiere asimismo de niveles tributarios razonables; mayores cantidades de espectro concursado a través de mecanismos que no cuenten con afán recaudatorio; y brindar facilidades para despliegue de infraestructuras, reducción de burocracia y trámites, entre otros.

¿Cuánto genera el sector de las Telecomunicaciones en Latinoamérica?
A nivel de América Latina, los datos más recientes que tenemos son los que ha publicado GSMA en su Mobile Economy Report de 2014, donde se estima que la contribución del ecosistema móvil al Producto Interno Bruto (PIB) es de USD 242 billones anuales (4,1% del PIB). Si a ello sumamos otras tecnologías, como las inalámbricas por ejemplo, no reveladas en dicho estudio, podemos concluir que el impacto económico es aún superior.

¿Cuál sería la evaluación sobre el desarrollo de las Telecomunicaciones en el Ecuador? ¿Qué hace falta en el país?
La industria en Ecuador ha realizado un esfuerzo considerable en inversiones, contribuyendo a incrementar la penetración de los servicios y a dinamizar la economía. Por citar un ejemplo, Ecuador hace ya varios años que ha superado el 100% de penetración de telefonía móvil. Sin embargo, aún quedan retos considerables. Actualmente más de la mitad de los ecuatorianos no utiliza Internet, lo que supone un desafío considerable de cómo conectar a esa población.
Se trata de un desafío posible, pero que no puede aislarse de las condiciones de entorno. Resulta importante tener en cuenta que los ingresos que las empresas operadoras obtienen por usuario en Ecuador son menores a los USD 10 mensuales, muy inferior en comparación con los cerca de USD 50 que perciben las empresas de telecomunicaciones en los EE.UU., por ejemplo.

Ello dificulta el financiamiento de las inversiones necesarias. Por tanto, si se quieren bajar aún más los precios para poder conectar a las personas no conectadas, será necesario encontrar mecanismos que permitan reducir los costos (por ejemplo a través de facilidades para el despliegue de infraestructuras, o reducciones en los niveles tributarios), y evitar establecer regulaciones exigentes pensadas en quienes ya están conectados (por ejemplo en temas de calidad), que pueden terminar dificultando el objetivo de conectar a los más desfavorecidos.
La flexibilidad comercial es muy importante para poder ofrecer servicios adaptados a las necesidades y capacidades de pago de los usuarios. En Ecuador, también resulta relevante flexibilizar las limitaciones a la importación de equipos.

¿Ecuador ha sido objeto de estudio y análisis en el sector de las Telecomunicaciones por parte del Centro de Estudios de Telecomunicaciones de la Asiet?
Desde el inicio del Centro de Estudios de Telecomunicaciones, una iniciativa de Asiet, lanzada hace un año durante el anterior encuentro regional, ya se ha publicado una serie que ha abordado temáticas muy diversas. Por citar un ejemplo, hemos publicado junto con la GSMA un estudio sobre las Consideraciones a tener en cuenta para Concursos de Espectro; también hemos lanzado otros estudios referidos, por ejemplo, a las buenas prácticas para el despliegue de infraestructuras para redes móviles; a los Programas de Alfabetización Digital en América Latina; al impacto económico regional de la Banda Ancha; al Cloud Computing, entre otros.
Actualmente nos encontramos finalizando un estudio sobre el Ecosistema Digital, que da cuenta de las transformaciones ocurridas en el mismo y de las medidas necesarias para promover el desarrollo digital en la región. También lanzaremos en breve la segunda parte de nuestro Desafío 2020, que da cuenta de las condiciones regulatorias necesarias para cerrar la brecha digital, y que incluye a Ecuador como caso de estudio.

¿Desde cuándo se desarrolla el Congreso Latinoamericano de Telecomunicaciones?
El Congreso Latinoamericano de Telecomunicaciones llegó este año a su tercera edición, tras las dos primeras celebradas en Panamá, citas que han venido consolidando al encuentro como el más relevante sobre telecomunicaciones en la región. Se trata de un punto de encuentro entre gobiernos, reguladores, empresas y organizaciones del sector, además de la academia y la sociedad civil, con la finalidad de discutir soluciones que permitan masificar el despliegue de la conectividad en la región y promover el desarrollo del ecosistema digital.

Para ello, el diálogo ‘multistakeholder’ que se genera en estos ámbitos es indudablemente fundamental. Durante el encuentro se han tratado las principales temáticas que hoy se encuentran a debate en el sector, como puede ser las tareas de cerrar la brecha digital y conectar a la población de menores recursos, las cuestiones relacionadas con la asignación de espectro, asuntos sobre seguridad y privacidad, los cambios que está sufriendo el ecosistema digital o las nuevas tecnologías y desafíos que vienen, como el Internet de las Cosas.