El ecuatoriano prefiere pagar en efectivo al comprar por Internet
Un total de 780 000 hogares ecuatorianos compró mediante canales digitales en Ecuador durante el año pasado. Ellos adquirieron el 4% de los productos y servicios de su canasta familiar mediante esta alternativa.
Esa información consta en un informe de la firma Kantar. También, se determinó que -en el futuro- los hogares seguirán comprando a través de canales digitales.
Juan Pablo Del Alcázar Ponce es gerente de Mentinno–Formación Gerencia, que es una consultora de negocios y marketing. Según él, esos 780 000 hogares representan el 17,53% del total de hogares en el país. Pero la concentración está en Quito y Guayaquil, “que son las más conectadas y con mayor alfabetización en medios digitales”.
Del Alcázar dice que el confinamiento hizo que más personas compren por medios digitales. El 49% prefiere hacerlo mediante WhatsApp, el 44% con aplicaciones y el resto por sitios web.
“Una de las necesidades que tiene la sociedad latinoamericana es la confianza y las personas la logran con las plataformas de mensajería, que permiten tener una conexión más directa entre el comprador y el vendedor”.
De esa forma, explica Del Alcázar, pueden coordinar el pago, las entregas y las consultas sobre el producto. Antes, las plataformas de comercio electrónico usaban las líneas 1800 y, ahora, emplean este tipo de aplicaciones. Es decir, el usuario mira a la tienda en línea como un gran catálogo, pero la mayoría prefiere usar las plataformas de mensajería.
De acuerdo con el informe Ecuador Estado Digital, publicador en enero pasado por Mentinno-Innovation & Lifetime Value Partners, hay otro indicador relevante. En esa investigación se indica que el 68% de los usuarios prefiere pagar en efectivo, transferencia o cheque y el resto, con tarjetas de crédito o débito.
“Es una alerta importante para quienes venden en línea y, sobre todo, para quienes inician con el uso de este tipo de canales de venta. No deben descuidar las preferencias de los usuarios. Además, hay un grupo importante de ecuatorianos que no está bancarizado”, dice el experto.
Además, señala Del Alcázar, las empresas deben considerar otro aspecto importante porque hay una diferencia entre lo que sucede y lo que hacen las firmas.
Él explica que el 60,81% de los clientes llega a sus sitios web de comercio electrónico mediante los buscadores de Internet y solo el 4,12% a través de redes sociales. “Si analizamos cómo las empresas se promocionan o buscan clientes, los ejecutivos declaran que la mayor parte de las inversiones está en redes sociales”.
Durante el 2020, la mayor demanda se concretó en alimentos, higiene, salud, educación, pagos en línea y computación por el teletrabajo y educación virtual e, incluso, moda y belleza. Además, creció el uso en el sistema financiero, dice Del Alcázar. En esta última categoría, las transferencias fueron las de mayor crecimiento con el 80% con relación al 2019, mientras que los pagos de servicios mediante canales digitales aumentaron un 50%.
José Antonio Gómez, cofundador y director de Ventas de Spoonity, señala que el 61% de los consumidores en línea es mujer y el 39%, hombre. Mientras que el segmento de edad de mayor consumo fue de 26 a 45 años (jóvenes profesionales con poder adquisitivo y acostumbrados a utilizar la tecnología). Solo un 0,38% corresponde a mayores de 65 años, “lo cual también refleja un cambio en el estilo de vida de este grupo”.
Gómez agrega que en el 2019 ningún restaurante o cafetería contaba con opciones especializadas. A partir de la necesidad generada por la pandemia, implementaron estos sistemas. Como resultado, dice, las ventas de este tipo significaron un 60,7% del total de la facturación durante el período marzo a septiembre.
Y hay demanda porque los consumidores descubrieron y valoraron aún más los beneficios del servicio a domicilio, sobre todo por los riesgos que supuso y supone la existencia del covid-19, dice Gómez. “Estas ventajas van desde la comodidad de recibir todo en casa, así como la optimización del tiempo y la seguridad”.
Por otro lado, en un estudio del Observatorio de Comercio Electrónico de la Universidad Espíritu Santo de Guayaquil, se estimó que el 11% de todas las transacciones en el país correspondía a plataformas locales y el resto, a internacionales. El crecimiento se debe a que el año pasado se registró una mayor incursión de nuevas empresas o emprendedores por vender mediante los canales digitales, señala Del Alcázar.
El comercio por Internet enfrenta cinco desafíos
Redacción Cuenca (I)
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USD 2 300 millones fue el monto de ventas generadas mediante comercio electrónico durante el año pasado, de acuerdo con el reciente reporte publicado por la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico.
Esa cantidad representa un crecimiento de USD 700 millones o 43,75% al comparar con lo ocurrido en el 2019. Este gremio cree que durante este año se estima un crecimiento no menor a un doble dígito. Las categorías con mejor desempeño en el 2020 fueron alimentos e higiene, computación, electrodomésticos, moda y belleza, educación, pagos ‘on line’, juegos ‘on line’, comida para mascotas, delivery y telefonía celular.
Según el director General de la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico (CECE), Leonardo Otatti, otra categoría importante fue la deportiva. Dentro de este contexto general, “podemos destacar la venta en línea de indumentaria deportiva como calzado, camisetas y una amplia gama de accesorios e implementos como bicicletas estáticas, caminadoras, entre otros”.
En el 2019, la participación de las transacciones en línea dentro del comercio minorista (emprendimientos) era de apenas un 7,4%. Ese porcentaje aumentó al 15% en el 2020. “Entraron muchas categorías como restaurantes, bisutería, repostería, y nuevas marcas que ingresaron para hacer una oferta seria al consumidor, lo cual deja en evidencia la importancia del comercio electrónico dentro de la economía del país”, dice Otatti.
Según él, las compras en Ecuador no solo estuvieron limitadas a los ‘mileniales’, sino a los consumidores de distintas edades. “Mucha gente adulta, que antes no usaba esta modalidad, ahora se ve obligada y la respuesta fue buena”.
Otatti considera que mientras el comercio electrónico crece y madura sostenidamente, se enfrenta a desafíos que deberá superar.
El primero es la educación a la oferta. Para Otatti, es necesario profesionalizar la oferta que existe en comercios en línea, ya sean productos y servicios o por cualquier canal no presencial. Para ello es importante brindar conocimientos específicos para ofrecer una mejor experiencia.
El segundo reto es entender la demanda. Otatti advierte que las empresas deben identificar y diferenciar los productos que los usuarios prefieren comprar vía Internet y cuáles prefiere hacerlo de manera presencial. “Esto permitirá tener un panorama más claro, difundir los beneficios de comprar en línea y realizar los ajustes necesarios, para dar una mejor experiencia e interacción”.
El tercer aspecto es fortalecer la relación público-privada. Para ello, son necesarias las alianzas con el Gobierno para tomar mejores decisiones y que el diseño de estrategias sean beneficiosas para ambas partes y para el país.
Otro desafío es mejorar el alcance de la bancarización. Según Otatti, eso permitirá generar un ecosistema de formalidad, aumentar la confianza del consumidor para realizar transacciones.
Finalmente, está la tecnología. “Mejorar el alcance de digitalización de diversos sectores facilitando el acceso a dispositivos y mejorar el ancho de banda de Internet. No solo para dinamizar la economía sino facilitar el teletrabajo y teleeducación”.
El comportamiento
Crecimiento. En el 2020 se reportó un aumento del 800% en visitas a los sitios web y un 44% en órdenes en comparación con relación al 2019, según las últimas estadísticas de la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico.
El cliente. Uno de cada tres compradores eligió por primera vez el canal en línea para efectuar sus compras. La masa de compradores en línea se duplicó durante el confinamiento y esta cantidad sigue creciendo y aumentando su frecuencia de compra, según este gremio.
