Las energías limpias marcan el norte de los negocios sostenibles y los gobiernos jugarán un papel clave en el éxito o el fracaso de este modelo, que se basa en el uso del viento, del sol y del agua.

En América Latina, las naciones que más emplean estas fuentes verdes son Paraguay y Uruguay, según la Organización Latinoamericana de Energía. En el primero, el factor clave es Itaipú, la represa hidroeléctrica que comparte con Brasil, mientras que en Uruguay juega un papel clave el tamaño de la población.

El reto para Ecuador y otros países está en imitar esos ejemplos y desarrollar proyectos de energías verdes con la participación conjunta del sector público, la empresa privada e incluso la academia. Es una apuesta que traerá beneficios de largo aliento para todos quienes habitamos el planeta.

El calentamiento global, la contaminación del aire y la inseguridad energética son tres de los grandes problemas que encara la humanidad, según un estudio de la Universidad de Stanford. Para enfrentar esos desafíos, el camino está en las energías limpias. Y allí se requiere de un esfuerzo colectivo.