Miguel Sánchez y  Paola Quezada son parte del equipo de la Fundación E.dúcate, que desarrolló el software. Foto: Wladimir Torres / LÍDERES

Miguel Sánchez y Paola Quezada son parte del equipo de la Fundación E.dúcate, que desarrolló el software. Foto: Wladimir Torres / LÍDERES

E.dúcate, un software educativo que llega a 1 000 planteles

28 de junio de 2016 08:23

En poco más de 12 años, este software educativo pasó de ser utilizado por un puñado de estudiantes de planteles de Ibarra y de Portoviejo, en las provincias de Imbabura y Manabí, en su orden, a estar actualmente en más de 1 000 planteles de todo el país.

El programa informático para escolares se implementó en el 2003, a modo de prueba, por iniciativa de la Fundación E.dúcate, que tiene la propiedad de su uso.

E.dúcate buscó que el programa Aprendizaje Personalizado Complementario Interconectado (APCI), que es eminentemente lúdico, permita reforzar el aprendizaje que reciben los alumnos en clases. Lo hace mediante una serie de ejercicios, que interactúan con los estudiantes desde primer año de educación Básica, hasta tercero de Bachillerato.

Las imágenes que se despliegan en el programa se relacionan con la edad del estudiante, y se acoplan a cada año escolar.

“La idea no es sustituir al docente, sino darle una herramienta adicional, para que fortalezca lo que ya imparte en el aula a los alumnos”, menciona Paola Quezada, coordinadora del proyecto.

La fundación entendió que cada niño no aprende al mismo ritmo, y por ello el software se adapta a los requerimientos de cada nivel de aprendizaje del estudiante.

Los ejercicios se despliegan a través de una serie de preguntas, con diferentes temáticas, a manera de lecciones. El software también tiene una versión en inglés.

Quezada explica que durante los primeros años de edad el software es más interactivo, es motivador. “No tiene respuestas negativas si no acierta. Está adaptado a las características de los niños según su edad”.

El programa arranca con una evaluación inicial que debe completar el estudiante. Si el alumno no aprueba esa lección inicial, hay otra lección “en proceso”, que lleva al niño a aprender todo aquello que su profesor le impartió durante su período normal de clase.

Luego de un tiempo de prueba, en el 2003, el programa se probó en 10 escuelas de Guayaquil. Actualmente lo utilizan alrededor de 600 000 alumnos, que incluye a estudiantes de 13 escuelas rurales, 126 colegios fiscales en Guayaquil y 450 escuelas fiscales y otro número similar de planteles particulares populares.

Los propietarios del software esperan en el futuro desarrollar una versión para uso en dispositivos inteligentes, como ‘smartphones’ y tabletas. De momento siguen mejorando su contenido y adaptándolo según los lineamientos pedagógicos del Ministerio de Educación.

Miguel Sánchez, asesor pedagógico de la fundación, acota que los planes de implementación del software se hacen con la participación de los planteles. “De eso depende del uso que se dé a la plataforma”, explica.

El software, que es gratuito, tiene dos partes: el APCI Profesor, y el APCI Niño. En el primero los docentes manejan las claves de cada usuario, o sea los alumnos y el contenido. “El software también es auditivo, le habla a los niños, les describe los ejercicios que se despliegan”, acota Sánchez.